Pergamino
INFORME ESPECIAL

Suicidio juvenil: hablarlo para comprenderlo

Diario Núcleo habló con el psicólogo Ernesto Páez, uno de los ideólogos de la Ley Nacional de Prevención del Suicidio, sobre esta problemática que afecta a los jóvenes de Pergamino y de todo el país.

La Ley 27.130, más conocidad como la Ley Nacional de Prevención del Suicidio, se promulgó en el Congreso de la Nación el 11 de marzo de 2015 y fue publicada en el Boletín Oficial el 8 de abril del mismo año.

En su artículo 1º la ley dispone: "Declárase de interés nacional en todo el territorio de la República Argentina, la atención biopsicosocial, la investigación científica y epidemiológica, la capacitación profesional en la detección y atención de las personas en riesgo de suicidio y la asistencia a las familias de víctimas del suicidio". 

La autoridad de aplicación es referida al Ministerio de Salud y contempla su trabajo articulado con el resto de las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el Artículo Nº 7, la ley prevé una serie de disposiciones para su prevención como el desarrollo de programas de capacitación destinados a los responsables en los ámbitos educativo, laboral, recreativo y en contextos de encierro, promoviendo el desarrollo de habilidades en los equipos institucionales; campañas de concientización sobre factores de riesgo y generación de factores de protección a través de los medios masivos de comunicación y otros alternativos; y la creación de una una línea telefónica gratuita de escucha a situaciones críticas con operadores debidamente capacitados para atender las consultas.              

Según estadísiticas del Ministerio de Salud, en Argentina durante el año 2021 el suicidio fue la primera causa de muerte por causas externas entre los jóvenes de 15 a 24 años de edad, superando incluso a los decesos por accidentes de tráfico vehiculares. En el período comprendido entre el año 2010 y el 2019, la franja etaria que presentó más casos fue también la de 15 a 24 años, por lo cual durante los últimos  10 años no varió el foco en donde afecta mayoritariamente este comportamiento.       

La ciudad de Pergamino no está exenta de esta problemática y desde el Consejo Local han decidido desde el año 2020 realizar reuniones mensuales en el Salón Azul de la Municipalidad para trabajar en la prevención. También han ideado la organización de jornadas de capacitación y sensibilización a partir de encuentros de 12 horas durante dos días.

Diario Núcleo dialogó en exclusiva con el psicólogo Ernesto Páez, quien junto a Martín Álvarez fueron los promotores de la Ley Nacional de Prevención del Suicidio, acerca de esta problemática en los jóvenes que afecta a la ciudad, a la provincia y al país. 

La tendencia que preocupa 

- ¿Por qué se registran tantos casos de suicidios entre los jóvenes de 15 a 24 años?

- El comportamiento suicida en la adolescencia es una situación que viene a cerrar un proceso de insatisfacción acerca de cómo se le presenta la vida. Esto quiere decir la dificultad para poder resolver sus emociones y sus conflictos inter e intrapersonales. En las crisis emocionales los pensamientos negativos juegan un papel fundamental y se presentan características como la baja autoestima y la desesperanza. Y esto, sumado al aislamiento social y la soledad, hacen un impacto muy fuerte.

  • Ernesto Páez durente su exposición en el Centro Cultural Bellas Artes de Pergamino

- Nombraste aislamiento social y soledad, ¿Crees que la pandemia alimentó este tipo de comportamiento?

- La verdad es que provocó una mella muy grande en la estructura psíquica de la juventud y de la población en general. Pensá que en la vida de los adolescentes uno de los factores más importantes es la sociabilización, y a pesar de que se abrió paso la virtualidad durante ese período, los jóvenes igualmente necesitan del contacto social y del acompañamiento de sus pares. Igualmente quiero decir que previo a la pandemia, más precisamente desde el 2010, ya teníamos el rango etario de 15 a 24 años como el más complejo.

"Es muy importante la adhesión municipal"

- ¿Cómo ayuda la Ley Nacional de Prevención del Suicidio en este contexto de alarma?

- Vamos a centrarnos en Pergamino. Como primer punto es muy importante la adhesión municipal a este proyecto. Hay que generar espacios de atención y programas destinados al acompañamiento de la persona con comportamiento suicida. La adhesión municipal también ayudaría a la creación de un espacio de atención telefónica y virtual a la persona que se encuentra en crisis, lo cual es muy necesario. Se debería abordar la problemática desde una mirada interdisciplinaria e intersectorial con espacios de capacitación y de fortalecimiento de las propias prácticas para lograr mayor impacto en las intervenciones familiares, educativas y de la comunidad en general. Un respaldo municipal sería clave para que los profesionales tengan un marco de conocimiento.

- Más allá de la acción municipal, ¿qué se podría hacer desde el seno familiar en estos casos?

- Por empezar, no minimizar la situación. Deben tomar conciencia que se encuentran en frente de un problema de salud mental y que lo fundamental es tener una escucha atenta y profunda. Es imperante no juzgar ni calificar lo que dice el joven con problemas. La persona tiene que sentirse escuchada y contenida para poder generar un espacio de reflexión en forma conjunta con su familia. Este es el camino correcto para luego generar un puente hacia la atención terapéutica necesaria.

"Al no hablarlo se dificulta la intervención"

Ernesto Páez y Martín Álvarez realizaron en el Centro Cultural Bellas Artes una jornada titulada "Introducción a la suicidología" en donde disertaron los días viernes y sábado sobre esta problemática de cara al público en general y a profesionales. Estas jornadas fueron organizadas por el Consejo Local de Niños, Niñas y Adolescentes de Pergamino.

- Durante tu exposición abierta al público mencionaste la palabra tabú, ¿qué tan importante sería dejar de interpretar de esa manera al suicidio?

- Es la piedra fundamental que tenemos que correr en este momento porque muchas comunidades y sectores pretenden reproducir que de este tema no hay que hablar. Y esto genera, en primer lugar, una situación de estigmatización en la persona que padece este tipo de comportamientos. Y por otro lado, al no hablarlo se dificulta la intervención, y es por esto que el no diálogo es uno de los grandes obstáculos para desarrollar intervenciones que tengan un impacto eficaz y duradero. Y no sólo en la persona sino también en el contexto comunitario. Es muy importante nominar a la palabra y por sobre todas las cosas generar espacios de contención y reflexión para darle rienda suelta a una vida más saludable.