La Estación Espacial Internacional (EEI) es el primer asentamiento humano permanente en el espacio. Es un proyecto de colaboración multinacional que involucra a cinco agencias espaciales: NASA (Estados Unidos), Roscosmos (Rusia), JAXA (Japón), ESA (Europa) y CSA (Canadá) y desde su puesta en órbita, hace 23 años, cerca de 280 personas de esos y otros países la han visitado. Y ahora se comenzó a estudiar cuáles fueron los hábitos de esas personas en lo que constituye el primer estudio de arqueología… en el espacio.
Los astronautas suelen pasar un promedio de seis meses en la EEI durante sus misiones aunque, en algunas ocasiones, las misiones pueden extenderse hasta un año o más, dependiendo de los objetivos y circunstancias específicas. Cómo vivieron esas experiencias las personas que allí estuvieron es lo que buscará develar con este estudio.
Generalmente se considera que la arqueología es el estudio del pasado distante, pero en este caso se considera ideal para revelar cómo se adaptan las personas a los vuelos espaciales de larga duración. El experimento se denomina SQuARE y apunta a desarrollar un método arqueológico estándar para su uso en el espacio en la que astronautas analizarán la vida de otros astronautas.
La EEI sirve como un laboratorio de investigación en microgravedad donde se realizan estudios en diversos campos como la astrobiología, astronomía, meteorología y física. Además, es un lugar para probar sistemas y equipos necesarios para misiones espaciales de larga duración, como las misiones a la Luna y Marte. Semejante menú de actividades dejó sus huellas en la estación y a ellos apunta esta original investigación.
Recuerdos de astronautas
El equipo ha estudiado exposiciones de fotografías, íconos religiosos y obras de arte realizadas por miembros de la tripulación de diferentes países; ha observado la carga que regresa a la Tierra y ha utilizado el archivo fotográfico histórico de la NASA para examinar las relaciones entre los miembros de la tripulación que sirven juntos.
También se estudiaron las tecnologías simples, como el velcro y las bolsas de plástico sellables, que los astronautas usan para recrear el efecto terrestre de la gravedad en el entorno de microgravedad, para mantener las cosas donde las dejaron, para que no se vayan flotando.
“Más recientemente, recopilamos datos sobre cómo la tripulación utilizó los objetos dentro de la estación espacial adaptando una de las técnicas arqueológicas más tradicionales, el ‘pozo de prueba con pala’. En la Tierra, una vez identificado un yacimiento arqueológico, se traza una cuadrícula de cuadrados de un metro de lado y algunos de ellos se excavan como ‘pozos de prueba’. Estas muestras dan una idea del yacimiento en su conjunto”, contaron en un artículo
Justin Walsh, Profesor de historia del arte, arqueología y estudios espaciales de la Universidad Chapman; y Alicia Gorman, profesor asociado de Arqueología y Estudios Espaciales de la Universidad de Flinders. Ambas casas de estudio son de Estados Unidos.
“En enero de 2022, le pedimos a la tripulación de la estación espacial que diseñara cinco áreas de muestra de forma aproximadamente cuadrada. Elegimos las ubicaciones cuadradas para abarcar zonas de trabajo, ciencia, ejercicio y ocio. La tripulación también seleccionó una sexta área en función de su propia idea de lo que podría ser interesante observar. Nuestro estudio fue patrocinado por el Laboratorio Nacional de la Estación Espacial Internacional”, detallan.
Luego, durante 60 días, la tripulación fotografió cada cuadrado todos los días para documentar los objetos dentro de sus límites. Las fotografías resultantes muestran la riqueza del paisaje cultural de la estación espacial, al tiempo que revelan cuán lejos está la vida en el espacio de las imágenes de ciencia ficción: la estación espacial está desordenada y es caótica, abarrotada y sucia. No hay límites entre el lugar donde trabaja la tripulación y el lugar donde descansa. Hay poca o ninguna privacidad. Ni siquiera hay una ducha.
Mucho desorden... científico
Uno de los lugares donde ese desorden se hizo más evidente fue en las áreas destinadas a aseo personal y necesidades íntimas. “Tiene cierto sentido colocar los artículos de higiene personal cerca del inodoro y de las máquinas de ejercicio que cada astronauta utiliza durante horas todos los días. Pero se trata de un espacio sumamente público, por el que pasan constantemente otras personas. La ubicación del kit de artículos de higiene personal muestra lo inadecuadas que son las instalaciones en materia de higiene y privacidad”, observó el estudio.
Con el paso del tiempo seguramente surgirán más observaciones que serán claves para futuras misiones al espacio. Por de pronto, una de las conclusiones es que ”estos datos sugieren que los diseñadores de futuras estaciones espaciales, como las comerciales actualmente planificadas para la órbita terrestre baja o la estación Gateway que se está construyendo para la órbita lunar, podrían necesitar hacer del almacenamiento una mayor prioridad”.
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