Las fiestas de la cosecha, los fines de semana de Carnaval y los clásicos de fútbol reordenan las calles, las conversaciones y las rutinas diarias. Proporcionan historias compartidas sobre “quiénes somos” y quién pertenece a cada lugar. La curva emocional de estas ocasiones se superpone cada vez más a la manera en que la gente se acerca a los juegos competitivos y a las apuestas digitales, desde las quinielas informales de barrio hasta la marca MelBet Argentina, que habla directamente a los aficionados locales.
Cosechar identidad en Mendoza
Pocos eventos ilustran esto mejor que la Fiesta Nacional de la Vendimia, el festival de la cosecha de uva en Mendoza. En su formato moderno, creado en 1936, la Vendimia es uno de los festivales al aire libre más importantes de Argentina y celebra la industria vitivinícola que moldea el paisaje y la economía de la provincia. Cada departamento de Mendoza prepara su propia celebración antes de que las delegaciones confluyan en la capital provincial para los desfiles y el acto central en el teatro griego Frank Romero Day, con bailarines, la elección de la Reina Nacional de la Vendimia y fuegos artificiales.
Los festivales como pegamento social
¿Por qué importan tanto festivales como la Vendimia? Un estudio de 2024 de Emmy Rutagand, publicado en la revista International Journal of Humanity and Social Sciences, concluyó que los festivales culturales refuerzan los lazos estrechos dentro de las familias y los barrios y, al mismo tiempo, tienden puentes entre grupos sociales distintos, mejorando la cohesión social. Trabajos anteriores sobre festivales de música europeos llegaron a conclusiones similares, describiendo cómo los eventos temporales generan un “capital social” duradero a través de redes de confianza y recuerdos compartidos. En Mendoza, esos hallazgos se reflejan en la forma en que los residentes describen la Vendimia como el momento en que la provincia narra públicamente su propia identidad.
Fines de semana de Carnaval y multitudes en movimiento
Los largos fines de semana de Carnaval desempeñan un papel similar a escala nacional. En marzo de 2025, las autoridades turísticas argentinas y la entidad empresaria CAME informaron que alrededor de 2,8 millones de personas viajaron dentro del país durante el feriado extendido, con un gasto de 701 mil millones de pesos, un aumento real cercano a un tercio respecto de 2024. El Carnaval funciona hoy como un ritual que impulsa a familias y grupos de amigos a moverse, encontrarse y mezclarse, ya sea en balnearios de la costa o en pequeñas ciudades del interior.
Días de clásico en Buenos Aires
El fútbol ofrece una ilustración aun más intensa. El Superclásico entre Boca Juniors y River Plate se disputa oficialmente desde 1913 y es considerado uno de los derbis más apasionados del mundo. Historias de clubes y medios especializados suelen señalar que alrededor del 70 % de los hinchas argentinos apoyan a uno de estos dos equipos, de modo que cada enfrentamiento resuena mucho más allá de los estadios de La Bombonera y el Estadio Más Monumental.
Tras las remodelaciones recientes, el Más Monumental alcanzó una capacidad cercana a los 85.000 espectadores y ha registrado algunos de los promedios de asistencia más altos del fútbol mundial; en abril de 2025, un Superclásico allí reunió a más de 85.000 hinchas en el triunfo 2–1 de River Plate sobre Boca. Los días de clásico reorganizan los horarios de trabajo, las reuniones familiares y las actividades comerciales en los barrios cercanos. El resultado se procesa a través de conversaciones, memes y debates que pueden durar varios días, convirtiendo un solo partido en un drama social recurrente.
Ensayo emocional: de los festivales a los juegos
La conexión entre los eventos regionales y los juegos no es casual. Ambos se apoyan en una tensión cuidadosamente manejada: el silencio antes de los fuegos artificiales en Mendoza, la pausa previa a un penalti en un Superclásico, los segundos entre colocar una apuesta y ver dónde caerá la bola en una cuadrícula digital. Los casinos en línea han adoptado esta psicología mediante productos simples y rápidos, cuyas reglas son fáciles de aprender pero cuyos resultados siguen siendo inciertos. Entre estos productos se encuentra el plinko game, en el que una ficha virtual cae a través de un campo de clavijas y rebota de forma imprevisible hasta detenerse en casilleros multiplicadores en la parte inferior de la pantalla, retomando el famoso segmento “Plinko” del programa televisivo “The Price Is Right” y sus adaptaciones modernas en la web.
Los psicólogos que estudian la toma de riesgos sostienen que estos entornos pueden funcionar como espacios de ensayo emocional: las personas exploran cómo reaccionan ante la anticipación, la decepción y el éxito repentino en un contexto que perciben como separado de la vida cotidiana. Sin embargo, igual que ocurre con los festivales y los clásicos, las consecuencias son reales. Para las comunidades de toda Argentina, el desafío consiste en preservar el poder inclusivo y generador de identidad de los eventos regionales, al tiempo que se garantiza que las culturas competitivas que los rodean sigan siendo transparentes, bien reguladas y genuinamente sociales.
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