Durante esta semana, la Argentina podría enfrentar un fenómeno meteorológico conocido como ciclogénesis que se desarrollará sobre el Litoral y el noreste del país (NEA). Según el pronóstico de Meteored, este proceso estaría asociado a lluvias intensas y tormentas fuertes hacia el fin de semana.
La ciclogénesis es la formación y desarrollo de un centro de baja presión atmosférica. Este fenómeno está relacionado con cambios drásticos en la presión y el viento, provocando condiciones meteorológicas severas como lluvias intensas, tormentas y vientos fuertes. Cuando se intensifica rápidamente, se denomina "bomba meteorológica".
Tras un fin de semana inusualmente frío para diciembre, la situación meteorológica comenzará a cambiar. Desde el miércoles, los vientos del norte favorecerán un ascenso térmico en la franja central del país, con temperaturas máximas de hasta 35 °C en provincias como La Pampa, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Sin embargo, esta mejora será temporal. Hacia el viernes, se prevé la formación de un centro de baja presión en el noreste argentino, intensificándose el sábado. Esto podría generar lluvias abundantes y tormentas fuertes en Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones.
Impacto esperado
El modelo meteorológico ECMWF indica que el fenómeno podría generar acumulados significativos de precipitaciones, especialmente en el noreste del país. Aunque el desarrollo de la ciclogénesis es complejo y difícil de predecir con precisión, las actualizaciones meteorológicas se realizarán en tiempo real para informar sobre la intensidad y ubicación exacta del evento.
Los habitantes de las zonas afectadas deben estar atentos a los pronósticos y tomar precauciones ante posibles lluvias torrenciales, vientos intensos y tormentas severas. El seguimiento continuo de este evento será clave para mitigar sus posibles efectos.
Como se explicó, las ciclogénesis explosivas, también conocidas como bombas meteorológicas, son algunas de las tormentas más violentas y rápidas en intensificarse. Aquí hay algunas de las más notables:
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La bomba de Reykjavik (2015): Esta ciclogénesis explosiva causó vientos de hasta 155 km/h y una caída de presión de 48 milibares en solo 24 horas en Islandia.
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La bomba de Nueva Inglaterra (2017): Esta tormenta provocó vientos de más de 100 km/h y una caída de presión de 30 milibares en 24 horas, afectando a la costa este de los Estados Unidos.
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