En las últimas semanas muchos usuarios de celulares reportaron haber recibido llamadas constantes, molestas, sin criterio de día ni horario. Es decir: de noche bien tarde o a la mañana bien temprano y a mediodía cuando todos presumen que las personas normales almuerzan. Pero lo más fastidioso aún es que cuando atienden… silencio.
La comunicación nunca se concreta. El interlocutor que se mostró tan insistente, cuando se le responde, corta. Entre la intriga y el enojo, el usuario del celular se pregunta qué es este bombardeo de llamadas para nada ¿Para nada? Veamos.
Estas llamadas metódicas y constantes se denomina “Robocalling” o “robollamadas”, según su traducción al español. Se trata de una técnica que se utiliza para realizar llamadas con sistemas de marcación automática. Se montan centralitas para que una máquina simplemente haga las llamadas de modo incansable y persistente.
"Cortó..."
¿Con qué finalidad? En general, se usan para hacer publicidad telefónica, que es lo que se presume por lo general. Pero cuando no responden, ahí se cruza una sombre de temor. “¿Para qué llamaron?”, se genera la intriga. Y no es sonsa: porque estas acciones sirven también para varios tipos de estafa.
El robocalling funciona de manera sencilla. A un programa informático se le dan una lista de teléfonos y esta va realizando llamadas de forma automática. Por eso, cuando alguien descuelga una llamada que se ha hecho con esta técnica da igual lo que se diga porque no habrá nadie al otro lado para responder.
Entonces, dependiendo del objetivo de la llamada pueden pasar tres cosas. Puede que simplemente la llamada se cuelgue cuando se agarra el teléfono. Pero también puede que pasados unos segundos, aparezca una persona real o simplemente se empiece a reproducir una grabación.
Las llamadas automatizadas llevan realizándose desde hace décadas. En los años 90 se utilizaban para comprobar qué números de teléfono estaban activos, pero hoy en día se utilizan para muchas otras finalidades.
Pero al final, el robocalling no es ni bueno ni malo en sí mismo, eso depende de la finalidad de la empresa que lo use. Lo que es seguro es que para quienes las reciben es molesto. Finalmente la central evita que sea una persona la que tenga que ir marcando y llamando a los números telefónicos, y es una máquina la que lo hace en su lugar.
Se hacen llamadas masivas a miles de números, y solo cuando alguien al otro lado responde le ponen con un agente que le dice lo que le tenga que decir para vender lo que sea. También puede ser que la empresa lo use solo para difundir mensajes pregrabados. Esto puede ser para hacer publicidad, para transmitir algún mensaje político en campaña electoral.
Robo de datos
Pero también se utilizan para difundir campañas de estafas telefónicas en los que, con las sucesivas llamadas generan confusión o intriga hasta que alguien responde y después de algún libreto ingenioso terminan pidiendo datos con los que cometer algún robo o estafa.
También puede ser que pongan un mensaje grabado con el mismo fin.
Muchas robollamadas son llamadas no deseadas, y se han desarrollado varios métodos para prevenirlas. Varios países han creado registros de no llamar, pero en general son ineficaces e incluso legalmente problemáticos en algunos casos.
En consecuencia, surgió un mercado de productos que permiten a los consumidores bloquear las llamadas automáticas. La mayoría de estos productos utilizan métodos similares a los utilizados para mitigar el SPIT (spam a través de VoIP). Sin embargo, debido a la complejidad del problema, ningún método es suficientemente confiable.
Las soluciones están disponibles como productos de hardware y software. Las aplicaciones móviles de este tipo son especialmente frecuentes, ya que utilizan técnicas que no requieren la modificación de infraestructura. Entre los distintos productos disponibles están las listas de números bloqueados, las aplicaciones con bases de datos de números generadas mediante crowdsourcing (como Truecaller), y suplantación de identificación de llamadas, entre otras.
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