El auto eléctrico se presenta como una de las grandes soluciones para revertir los efectos del cambio climático. Pero... ¿podría ser que generen algún tipo de impacto en la salud psíquica de los conductores? Parece ser que sí: se llama "ansiedad de autonomía" y es el miedo que sienten los propietarios de este tipo de vehículos a quedarse tirados en la ruta sin haber encontrado una estación para recargar sus baterías.
Eso es la situación que vivieron la pasada Semana Santa miles de conductores en España que -como en Argentina- aprovecharon para tomarse unos días de descanso pero en un momento se enfrentaron con que sus baterías se agotaban y... no había puntos de recarga suficientes.
Esos viajeros europeos debieron esperar hasta dos horas en los "surtidores eléctricos" para poder recargar y continuar su viaje. Antes de llegar a ese punto, sus ojos se posaron decenas de veces en el medidor de carga y los acosó la pregunta "¿Llegaremos?".
Es que Los vehículos eléctricos que están actualmente disponibles tienen una autonomía que arranca en los 160 kilómetros y debería ser suficiente. Pero aún así la ausencia de una red difundida de estaciones de recarga hace que los propietarios de estos autos... sufran con la idea de quedarse en medio de un viaje sin potencia en sus motores.
El dilema: ¿Llego o no llego?
Esta idea en un punto se vuelve obsesiva y les provoca preocupación constante que se define como "ansiedad de autonomía". Quien la padece empieza a hacerse preguntas como ¿El aire acondicionado o la calefacción influyen mucho en el consumo de mi vehículos? ¿Debería disminuir la velocidad para ahorrar más batería? ¿Podré encontrar estaciones de carga? Estos pensamientos generan niveles de estrés y ansiedad bastante importantes.
También los conductores -¿y su grupo familiar?- pueden llegar a sentirse inseguros y vulnerables durante sus trayectos en rutas largas por temor a quedarse sin batería. Esto los lleva a caer en la búsqueda obsesiva de estaciones de recarga: alguien con ansiedad por la autonomía puede pasar horas investigando sobre los puntos de recarga cada vez que va a agarrar su coche para un trayecto relativamente largo.
Pero al menos de ese mal, la Argentina todavía está lejos: en España el parque de autos totalmente eléctricos es de 300.000 unidades y las estaciones de carga son unas 30.000... En nuestro país no llegan a 50.000 la cantidad de eléctricos pero con la salvedad de que el 80% son híbridos. Aunque su demanda tiende a crecer.
¿Y en Argentina?
En los primeros 6 meses de este año, se patentaron en Argentina 4.672 vehículos híbridos y eléctricos, una gran mayoría, (84%,8) con tecnología HEV (por las siglas en inglés de los autos híbridos: hybrid electric vehicles). Diferentes a los BEV, sigla de Battery Electric Vehicle, un auto 100% eléctrico. Es sinónimo de EV (Electric Vehicle). Así son los Tesla que fabrica el ultra millonario Elon Musk.
La otra categoría la integran los MHEV: Mild Hybrid Electric Vehicle que utiliza un motor eléctrico alimentado por batería para respaldar un motor a combustión convencional a fin de mejorar la eficiencia y reducir las emisiones. Son más nafteros que los híbridos puros.
Hoy, en el mercado nacional, un Renault Megane E-Tech tiene un precio de lista que arranca en $71.000.000. Otro modelo de la marca francesa, el Kwid E-Tech, está en $29.881.017. Y un utilitario de Ford, el E-Transit, arranca en $88.082.280. Pero esos costos se amortizan –en algunos casos- con exenciones en los pagos de patentes, como en el caso de CABA.
En el caso de los híbridos entonces la ansiedad no tendría lugar: acabada la batería se pone en marcha el motor a combustible líquido. La ansiedad y la demora por las colas en las estaciones de servicio, por ahora, queda para cuando se anuncia que va a aumentar la nafta...
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