El suicidio del senador nacional Matías Rodríguez sacudió a toda la política fueguina. El motivo ya es inocultable: su esposa, Laura Ávila, concejal de Ushuaia, mantiene un romance desde hace dos años con el intendente de esa ciudad, Walter Vuoto.
Este último fue padrino del matrimonio de Ávila y Rodríguez, como también de uno de sus hijos. Algunos creen que La Cámpora protege a Vuoto, y otros que ya le soltó la mano. Preocupación entre los políticos de Tierra del Fuego por dos episodios vinculados al narcotráfico: un doble homicidio de octubre del 2022, que sería un ajuste de cuentas narco; y la detención -en septiembre de este año- del secretario de Gobierno de Ushuaia, encontrado en la Ruta 3 con 257 gramos de droga en su auto. “La gente de Walter (Vuoto) está pasada de rosca”, plantea un alto funcionario de la provincia.
Historia complicada
El 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista, el intendente de Ushuaia ni siquiera se molestó en disimular sus sentimientos. En una foto junto a Laura Ávila, concejal de la ciudad que gobierna, twitteó: “La lealtad es amor, lealtad es elegir una causa”. El problema, con la palabra amor en el medio del posteo, es que Ávila era la esposa del senador Matías Rodríguez, que un día después apareció sin vida, en lo que ya fue confirmado como suicidio.
Los rumores se volvieron rápidamente certeza. El suicidio se volvió causa judicial de gran impacto público, y además circuló un manuscrito que supuestamente es de Rodríguez, corto y preciso. “Esta madrugada del 18 de Octubre encontré a Walter Vuoto y Laura Ávila en la habitación matrimonial de la casa de Walter. Me confesaron son amantes hace tiempo. Mi amigo, padrino de boda y de mi hijo. Ella mi esposa, amor de mi vida, juntos 22 años”, reza el manuscrito.
Esta carta circuló en un grupo de Whatsapp de La Cámpora y después fue retirada del mismo, pero ya habían hecho una captura de pantalla que se viralizó. Un análisis grafológico podrá confirmar si efectivamente la letra y firma son del senador fallecido. Pero los detalles desagradables van más allá: según las primeras pericias del cuerpo, el muerto fue objeto de muchos golpes. Hasta podrían acreditarse patadas en la cabeza mientras estaba en el piso, con un supuesto autor bastante claro: el “pata de lana”.
Con este mar de fondo, el intendente de Ushuaia estuvo más de diez días para reaparecer públicamente. A tal punto que en las elecciones generales del 19 de noviembre no fue a votar. Sí apareció durante una reunión con taxistas y remiseros, preocupados por el avance de Uber en una de las joyas turísticas de la Patagonia. En su primera aparición pública tras el suicidio de su ex compadre, Vuoto se mostró con un rosario en la mano.
La Cámpora no perdona, y el temor por el narcotráfico
Los rumores sobre el vínculo amoroso de Vuoto con Laura Ávila no son nuevos, y ya tuvieron impacto sobre su vida política. La Cámpora, o más particularmente Cristina Fernández de Kirchner, no perdonan romances de alto perfil, violencia de género o infidelidades entre compañeros. Así lo puede atestiguar José “El Petiso” Ottavis, a quien la propia Cristina llamó cuando se supo su romance con la mediática Victoria “Vicky” Xipolitakis. “Estamos muy enamorados”, argumentó cuando la “jefa” -entonces presidente del país- le preguntó si era cierta esa relación. “Me alegro, te felicito. Espero que sean muy felices. Pero es una cosa u otra. Si seguís con ella tenés que renunciar a tus cargos políticos”, dijo CFK, tras lo cual cortó la comunicación.
Otro caso llamativo fueron las denuncias de acoso sexual contra Jorge “El Loco” Romero, que era el número 1 de La Cámpora en Provincia de Buenos Aires. Cuando certificaron la veracidad de las denuncias, Romero y otros tres directivos fueron obligados a renunciar. El caso de Vuoto se mantuvo con más bajo perfil, quizás por lo lejana de la escenografía, pero hace un año ya no pertenece a La Cámpora y armó su propio partido político.
Con el suicidio del senador Rodríguez consumado, dos funcionarios nacionales importantes viajaron hasta “la isla” (como le dicen los fueguinos a su provincia) y le ordenaron que renuncie a su titularidad en el Partido Justicialista (PJ) de Tierra del Fuego, como también a un cargo nacional en el mismo partido. Por ahora no se conocen definiciones, pero Vuoto ya sabe que está aislado.
En todos los sectores de Unión por la Patria crece la preocupación por el “descontrol” que se vive tanto en la vida como en la gestión de Vuoto. En octubre del año pasado, en Río Grande hubo un doble homicidio que terminó con varios detenidos y una hipótesis muy clara: se trató de un ajuste de cuentas entre narcotraficantes.
En el juicio, uno de los asesinos condenados declaró que era empleado de la Municipalidad de Ushuaia, y que había sido contratado por recomendación del concejal Gabriel de la Vega, compañero de bancada de Ávila y políticamente alineado con Vuoto. El caso no trascendió a nivel nacional, pero el resto de la política fueguina vio allí un indicio preocupante sobre la vinculación de algunos colegas con el narcotráfico.
Esa preocupación creció de forma exponencial en septiembre de este año, cuando el secretario de Gobierno de Ushuaia, Néstor Eduardo Barrientos, fue detenido en Chubut con 257 gramos que contenían catinona, una nueva sustancia psicoactiva que produce euforia. La cantidad encontrada, junto a pipas, picadores y una balanza, evidenciaron que Barrientos no llevaba todo eso para consumo personal. Para colmo, circulaba en la Ruta Nacional 3, la única que -cruce del Estrecho de Magallanes mediante- recorre la Isla Grande de Tierra del Fuego de norte a sur.
Vuoto no tuvo más remedio que despedir a Barrientos, que ocupaba uno de los cargos más importantes de su intendencia, señalado además como su “mano derecha”. Ya no se trata de rumores de vieja data sobre las costumbres personales de Vuoto, que al fin y al cabo forman parte de su vida privada. En apenas dos meses, esto ya se volvió un problema político: su secretario de Gobierno fue detenido con drogas, en tanto que un senador nacional que fue su amigo terminó con su vida. A esta altura, Vuoto es un problema para todo el oficialismo fueguino.
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