Unesco: "El uso de tecnología en las aulas y en el hogar entorpece el aprendizaje"
El uso de tecnología en las aulas y en el hogar por parte del alumnado puede provocar distracciones y, por consiguiente, entorpecer el aprendizaje", concluye el informe que la Unesco ha publicado sobre la tecnología en la educación y que alerta sobre el uso de móviles y ordenadores en el aula, así como de productos digitales.
El organismo advierte de la falta de evidencia de las mejoras que producen la tecnología de la información y, en cambio, subraya las consecuencias que si han demostrado ser negativas con un uso excesivo o inadecuado. Defiende la labor del maestro en el aula, insustituible por la tecnología que debe limitarse a ser un recurso de apoyo cuando sea evidente su beneficio. Y carga contra las empresas que comercializan productos digitales sin evidencias científicas.
Los teléfonos inteligentes interfieren en las clases y no existen evidencias de que ayudan a mejorar el aprendizaje
"No todo cambio constituye un progreso", indica la Unesco y "el hecho de que se pueda hacer no siempre significa que deba hacerse". Así, en este sentido, apela a aprender de los errores pasados al utilizar la tecnología en la educación para no repetirlos en el futuro.
"Debemos enseñar a los niños a vivir tanto con la tecnología como sin ella; a tomar lo que necesiten de la abundancia de información, pero a ignorar lo que no es necesario; a dejar que la tecnología apoye, pero nunca suplante, las interacciones humanas en la enseñanza y el aprendizaje".
El nuevo informe mundial pone de relieve que se carece de una reglamentación adecuadas. Se insta a los países a que establezcan sus propias condiciones para el diseño y el uso de la tecnología en la educación, de modo que nunca sustituya a la enseñanza presencial y dirigida por docentes, y apoye el objetivo compartido de una educación de calidad para todos.
Para la Unesco, los teléfonos inteligentes interfieren en las clases, no existen evidencias de que ayuden a mejorar el aprendizaje, incluida la inteligencia artificial, y, en cambio, expone a los niños al ciberacoso.
Los datos de evaluaciones internacionales a gran escala, como los que ofrece el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), sugieren una relación negativa entre un uso excesivo de las TIC y los resultados académicos de los estudiantes.
En 14 países, se ha concluido que el mero hecho de estar cerca de un dispositivo móvil distrae a los estudiantes y tiene un efecto negativo en el aprendizaje." Sin embargo, menos de una cuarta parte de países ha prohibido el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas".
“La revolución digital tiene un potencial inconmensurable pero, así como se han hecho advertencias sobre cómo se debe regular en la sociedad, se debe prestar una atención similar a la forma en que se utiliza en la educación”, señala la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, en el informe.
“Su uso -continúa- debe ser para mejorar las experiencias de aprendizaje y para el bienestar de los estudiantes y maestros, no en detrimento de ellos", continuó, por lo que hay que mantener la prioridad de las necesidades del alumno y apoyar a los maestros, teniendo en cuenta que "las conexiones en línea no reemplazan la interacción humana”.
La Unesco insta a que los países tengan objetivos y principios claros para garantizar que la tecnología digital en la educación sea beneficiosa y evite daños, tanto para la salud de los estudiantes como para la democracia y los derechos humanos en general (delitos de odio o falta de privacidad).
No existen investigaciones sólidas e imparciales que demuestren que la tecnología digital agrega valor a la educación
La Unesco recalca que no existen investigaciones sólidas que demuestren que la tecnología digital agrega valor a la educación. Y que gran parte de algunas investigaciones no son neutras pues fueron financiadas por empresas que querían comercializar productos de aprendizaje digital.
Según la argumentación, la tecnología evoluciona a un ritmo mayor del que es posible evaluar: de media, los productos de tecnología educativa cambian cada 36 meses. La mayor parte de las pruebas proceden de los países más ricos y de compañías que intentan vender sus productos.
El informe advierte de que la creciente influencia de estas empresas en la política educativa en todo el mundo es “un motivo de preocupación”.
Los países están "despertando" a la necesidad de colocar a los estudiantes en el centro del análisis. China, por ejemplo, ha establecido límites en el uso de dispositivos digitales como herramientas de enseñanza, limitándolos al 30% de todo el tiempo de enseñanza, y se espera que los estudiantes tomen descansos regulares frente a las pantallas.
Un estudio en EE.UU. con más de 2 millones de estudiantes concluyó que las brechas de aprendizaje se amplían si se enseña solo online
Pone el ejemplo sobre el alcance de la tecnología sobre un examen de 23 aplicaciones de matemáticas utilizadas a nivel de primaria que demostró que se centraban en el ejercicio y la práctica, no en habilidades avanzadas.
"Cualquier avance debe centrarse en los resultados del aprendizaje, no en el aporte tecnológico", indica el informe. Para ello pone el ejemplo de Perú, donde se distribuyeron más de un millón de portátiles sin incorporarse en la pedagogía, por lo que el aprendizaje no mejoró. En Estados Unidos, un análisis de más de dos millones de estudiantes concluyó que las brechas de aprendizaje se ampliaban cuando la enseñanza se impartía exclusivamente a distancia.
Y no es necesario que la tecnología sea avanzada para ser efectiva. En China, las grabaciones de clases de alta calidad proporcionadas a 100 millones de estudiantes de zonas rurales mejoraron sus resultados un 32% y redujeron la brecha de ingresos entre dichas zonas y las urbanas un 38%.
La Unesco incluye cuatro preguntas de reflexión en la presentación del informe que se resumen a continuación:
1. ¿La tecnología es adecuada?
El uso de la tecnología puede mejorar ciertas formas e aprendizaje en algunos contextos. El informe cita evidencia que demuestra que los beneficios del aprendizaje desaparecen si la tecnología se utiliza en exceso o en ausencia de un docente calificado. Por ejemplo, la distribución de computadoras a los estudiantes no mejora el aprendizaje si los docentes no participan en la experiencia pedagógica. Los teléfonos inteligentes en las escuelas también han demostrado ser una distracción del aprendizaje y, sin embargo, menos de una cuarta parte de los países prohíben su uso en las escuelas.
Por otra parte, las desigualdades de aprendizaje entre estudiantes aumentan cuando la enseñanza es exclusivamente a distancia y los contenidos en línea no siempre son apropiados para el contexto. Un estudio de las colecciones de recursos educativos abiertos reveló que casi el 90% de los repositorios en línea de enseñanza superior se crearon en Europa o en Norteamérica. El 92% del material de la biblioteca mundial Open Educational Resources Commons se publica en inglés.
2. ¿Es equitativa?
Durante la pandemia de coronavirus, la transición acelerada hacia el aprendizaje en línea dejó fuera al menos a 500 millones de estudiantes en todo el mundo, afectando sobre todo a los más pobres y a los que viven en zonas rurales.
El informe subraya que el derecho a la educación es cada vez más sinónimo de derecho a una conectividad significativa y, sin embargo, una de cada cuatro escuelas primarias carece de electricidad. Hace un llamamiento para que todos los países establezcan puntos de referencia para la conexión de las escuelas a Internet de aquí a 2030 y para que la atención se siga centrando en los más marginados.
3. ¿Es ampliable?
Ahora más que nunca se requiere evidencia fiable, rigurosa e imparcial sobre el valor añadido de la tecnología en el aprendizaje, pero no se dispone de ella. La mayoría de la evidencia procede de Estados Unidos, donde What Works Clearinghouse señaló que menos del 2% de las intervenciones educativas evaluadas tenían “evidencia fuerte o moderada de efectividad”. Cuando la evidencia solo se obtiene de las propias empresas de tecnología, existe el riesgo de que esté sesgada.
Muchos países ignoran los costos a largo plazo de las adquisiciones de tecnología y el mercado de EdTech se está expandiendo mientras las necesidades básicas de educación siguen sin satisfacerse.
El coste de pasar al aprendizaje digital básico en los países de ingresos bajos y de conectar todas las escuelas a Internet en los países de ingresos medio-bajos añadiría un 50% a su actual déficit de financiación para la consecución de las metas nacionales del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4. Una plena transformación digital de la educación con conectividad a internet en las escuelas y los hogares costaría más de mil millones al día solo para funcionar.
4. ¿Es sostenible?
El vertiginoso ritmo de evolución de la tecnología obliga a los sistemas de educación a adaptarse. La alfabetización digital y el pensamiento crítico son cada vez más importantes, sobre todo dado el crecimiento de la Inteligencia Artificial generativa. Datos adicionales adjuntos al informe indican que este movimiento de adaptación ya ha iniciado: el 54% de los países encuestados han definido las competencias que quieren desarrollar para el futuro. Pero sólo 11 de los 51 gobiernos encuestados tienen currículos sobre la IA.
Además de estas competencias, no hay que pasar por alto la alfabetización básica, ya que también es fundamental para la aplicación digital: los estudiantes con mejores habilidades de lectura tienen muchas menos probabilidades de ser engañados por correos electrónicos de phishing.
Además, el personal docente también necesita una formación adecuada, aunque solo la mitad de los países cuentan actualmente con normas para desarrollar sus competencias en tecnologías de la información y la comunicación. Pocos programas de formación docente cubren la ciberseguridad, a pesar de que el 5% de los ataques de ransomware tienen como objetivo la educación.
La sostenibilidad también requiere una mayor garantía de los derechos de los usuarios de la tecnología. En la actualidad, sólo el 16% de los países garantizan por ley la privacidad de los datos en la educación. Según un análisis, el 89% de los 163 productos tecnológicos educativos pueden sondear a los niños. Además, 39 de los 42 gobiernos que impartieron educación en línea durante la pandemia fomentaron usos que “ponían en riesgo o vulneraban” los derechos de las y los niños.