Los Faros del Fin del Mundo de Tierra del Fuego
La historia del territorio sur está marcada por las exploraciones marítimas y, como prueba de esas hazañas, a lo largo de la costa del canal Beagle y sobre los acantilados del norte de la isla, se alzan los vigías que una vez ayudaron a los navegantes a cruzar los mares australes: los faros de Tierra del Fuego.
Una de las postales más icónicas de Ushuaia es la que muestra al Les Eclaireurs, un pequeño faro de piedra rojo y blanco que se alza en medio del Canal Beagle al que se arriba contratando una navegación con algún operador turístico o agencia de viaje.
Sin embargo, el Eclaireurs no es el único faro que posee la isla.
A 129 kilómetros de la ciudad de Ushuaia, la estancia Moat cuenta con la llamada Baliza de Punta Moat, una zona que además de albergar a los pioneros y estancieros, también fue residencia de los últimos Yámanas de la isla durante el siglo XX.
Para llegar hay que transitar la ruta nacional 3 y de ahí tomar la ruta provincial J, que conduce a Puerto Almanza, Estancia Harberton y a la Estancia Moat.
Fundada en 1902 por Antonio Isorna, el origen del nombre, de acuerdo a distintas fuentes, pudo deberse a un marinero de alguna de las expediciones del siglo XIX o a un topónimo descriptivo en idioma inglés dado que Moat significa "foso".
En una punta rocosa en la Bahía Moat se erige la baliza Davison, que si bien no es un faro propiamente dicho, posee una estructura similar, de unos 6 metros de altura, con restos de pintura blanca y roja y una luz en la cúspide que se encuentra apagada, y es un área donde también se encuentra emplazado un Destacamento de la Prefectura Naval.
Otro de estos monumentos de la historia náutica es el Faro del Cabo San Pablo al que se llega conduciendo por la ruta nacional 3, y luego se toma la ruta provincial A, que se dirige hacia la costa.
En esta zona se encuentra un buque que naufragó en 1985, el Desdémona, y en lo alto de un acantilado el faro original de piedra, construido en 1945, y que en 1949 un terremoto inclinó la torre por lo que se decidió de-sactivarlo.
En 1966 se construyó otro faro, una estructura piramidal amarilla y negra de 6 metros de altura y con un alcance luminoso de 11,2 millas náuticas cuya linterna es alimentada a energía fotovoltaica y actualmente continúa en funcionamiento.
El Cabo San Pablo es reconocido como zona de numerosos naufragios en la historia de Tierra del Fuego.
En tanto, el Faro del Cabo Domingo está ubicado en el norte de la isla, a pocos kilómetros de la ciudad de Río Grande, y se accede a él por la ruta nacional 3.
Situado sobre un acantilado de casi 100 metros de altura, es un punto muy visitado por turistas y locales.
El faro de Cabo Domingo fue puesto en servicio el 15 de enero de 1933 por la Armada Argentina y tiene una altura de 6 metros. Su estructura está compuesta de una torre prismática triangular metálica, pintada a franjas horizontales blancas y negras, y actualmente utiliza energía fotovoltaica y posee un alcance óptico de 7,3 millas náuticas.
El Faro Cabo San Pío, ubicado en Península Mitre, frente a Isla Nueva, en la zona de entrada al Canal Beagle, con una estructura que consiste en una torre cónica de franjas blancas y rojas de 8 metros de altura, una linterna alimentada con paneles solares desde marzo de 1985, y un alcance óptico de 9,2 millas- fue puesto en servicio el 22 de marzo de 1919.
En tanto, el faro de San Juan de Salvamento en Isla de los Estados, que fue oficialmente encendido el 25 de mayo de 1884, fue construido en madera y no poseía torre ya que estaba situado sobre un promontorio a más de 60 metros de altura.
El techo era de lona y el interior tenía una cocina a leña y cuatro de las paredes poseían una ventana que despedían luz producida con lámparas de aceite.
El faro de San Juan de Salvamento dejó de operar el 1º de octubre de 1902 cuando se puso en funcionamiento un nuevo faro en Isla Año Nuevo, el cual poseía una mejor ubicación y un equipamiento más moderno.
Sin embargo, los numerosos relatos de naufragios y accidentes ocurridos en esta zona hicieron que el faro de Salvamento ganara fama entre los navegantes y exploradores.
Algunos historiadores sugieren que las crónicas que dejó Adrien de Gerlache sobre la Isla de los Estados fueron la fuente de inspiración para la novela del escritor francés Julio Verne: 'El faro del fin del mundo, publicada en 1905.