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Las dos caras de la moneda de Inteligencia Artificial
PROS Y CONTRAS

Las dos caras de la moneda de Inteligencia Artificial

Los especialistas analizan virtudes y riesgos de “la próxima gran cosa” en materia de súper computación. “Deep fakes”, armas autónomas. Los datos a destacar

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El chatbot -algo así como ”robot conversador”- del programa ChatGPT, siglas angloparlantes de “Chat Generativo Previamente Entrenado”, es la comidilla del momento. Está en boca de todos, y se da maña para responder con coherencia casi todo; sorprendió gratamente al mismísimo BiIl Gates, y es el último grito de la “inteligencia artificial”.

En medio de inversiones de alto perfil, la IA parece estar a punto de saltar de los monitores para conquistar el mundo... una idea que muchos consideran bastante inquietante.

En las últimas semanas, aplicaciones con IA aprobaron exámenes de Derecho en la Universidad de Minnesota, lograron un master en administración en la prestigiosa escuela Wharton, y superaron con holgura la prueba de ingreso a Medicina en España.

También sobrepasaron la exigente vara que propuso el propio Gates a sus programadores: una IA acertó 59 preguntas sobre 60 en el durísimo examen de Biología AP Bio, y escribió seis “sobresalientes” respuestas a preguntas abiertas de ese test.

Como consecuencia, el 23 de enero pasado, Microsoft anunció la tercera fase de su sociedad con OpenAI, un acuerdo de inversión “plurianual y multibillonario” para “acelerar” los descubrimientos del laboratorio de investigación fundado en 2015 por San Altman como entidad sin fines de lucro -condición que ya no es tal-. Es la apuesta mas fuerte de la empresa de Gates en este momento: “estamos ante el avance tecnológico más importante desde la interfaz gráfica de usuario” sentenció el padre de Windows.

Hasta ahora, todo parecía color de rosa. Pero las espinas no tardaron en aparecer. El megamillonario Elon Musk, junto a decenas de expertos mundiales, científicos, ejecutivos, filósofos y sociólogos, firmó un llamado a hacer una pausa de seis meses en la investigación sobre inteligencias artificiales (IA) más potentes que el ChatGPT 4, última versión del bot hasta el momento, por advertir “grandes riesgos para la humanidad”.

Por medio de la solicitud, publicada en futureoflife.org, el dueño de Twitter y fundador de SpaceX y Tesla, junto al historiador Yuval Noah Harari, el co-fundador de Apple Steve Wozniak, miembros del laboratorio de AI DeepMind de Google, el director de Stability AI, Emad Mostaque, expertos y académicos estadounidenses de e ingenieros ejecutivos de Microsoft, abogan por una moratoria “hasta que se establezcan sistemas de seguridad con nuevas autoridades reguladoras, vigilancia de los sistemas de IA, técnicas que ayuden a distinguir entre lo real y lo artificial, e instituciones capaces de hacer frente a la dramática perturbación económica y política, especialmente para la democracia) que causará la IA”.

El propio director de Open AI, Sam Altman, ha reconocido tener algo de miedo a que su creación sea usada para “desinformación a gran escala” y “ciberataques”, y admite que “la empresa necesita tiempo para adaptarse”.

Los firmantes del petitorio se preguntan “¿debemos permitir a las máquinas inundar nuestros canales de información con propaganda y mentiras? ¿Debemos automatizar todos los trabajos, incluidos los gratificantes? ¿Debemos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización?”, y responden: “estas decisiones no deben delegarse en líderes tecnológicos no electos”.

Un relevamiento encargado por Open AI midió recientemente el impacto de los modelos Generative Pre-trained Transformer (GPT) en el mercado laboral de los EEUU, y concluyó que “en torno al 80 por ciento de la fuerza laboral podría verse afectada en al menos el 10% de sus tareas debido a la introducción de las GPT”. Además, se estimó que “un 19% de los trabajadores podría ver afectado al menos el 50% de sus tareas, con una particularidad: los empleos de mayores ingresos podrían ser los más expuestos al riesgo de ver reducidos sus salarios”.

Entre ellos, algunos del los más calificados, como programadores, redactores, abogados, contadores, ingenieros, auditores, matemáticos, diseñadores web, y empleados administrativos.

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