Arte: la Inteligencia Artificial quedó bajo la lupa
El arte contemporáneo digital como generador de obra: ¿le saca peso al artista?
La aparición de obras basadas en “La joven de la perla” -del artista barroco Johannes Vermeer, que adquieren nueva apariencia con la inteligencia artificial-, la creación del primer manga japonés ilustrado por esta tecnología o un reciente concurso que consagró ganador a un trabajo realizado con un programa de generación de imágenes, son hitos recientes que ponen en crisis las nociones de creación y autoría en un arte atravesado por plataformas que agilizan la creación artística o la escritura, como la resonante aparición del chatGPT.
El debate sobre los riesgos y alcances que involucran el uso masivo de la IA se disparó entre otras cuestiones en noviembre pasado cuando la empresa estadounidense OpenAI lanzó ChatGPT, un programa de escritura automática que masivamente pasó a ser usado por usuarios asombrados por su capacidad para responder preguntas con claridad, escribir sonetos y expedirse sobre temas complicados como ensayos, lo que alertó a las instituciones académicas.
En este caso, el tema relevante se centró en la pérdida de trabajo, algo que se respalda en el reciente estudio publicado por la empresa sobre los alcances de los GPT (Generative Pre-trained Transformer) y el potencial impacto de los grandes modelos lingüísticos automatizados en el mercado laboral de Estados Unidos.
Entre las conclusiones preliminares observan que los trabajos más amenazados son los de mayor capacitación y retribución: matemáticos, escritores, diseñadores de interfaces web y digitales, programadores, periodistas, contadores, entre otros.
“No es de extrañar que la IA produzca rechazo. Fue así siempre que irrumpieron grandes cambios en la historia -dice la ensayista Elena Oliveras-. Podemos imaginarnos cómo habrán vivido los griegos del siglo V a.C. el tránsito de la oralidad a la escritura, cómo habrán sentido el reemplazo de esa especie de actor-educador que fue el rapsoda, por una tediosa letra muda. Asimismo, la invención de la imprenta con Gutenberg, hacia 1450, contó con detractores que veían como peligroso el acceso del pueblo al conocimiento.
Hoy queremos saber si la irrupción masiva de programas de generación de imágenes, como Midjourney, o de textos como ChatGPT, puede competir con la creatividad artística de las personas. Y muchos preguntan: ¿qué quedará finalmente del ‘factor humano’ en tiempos de las nuevas tecnologías?”
Las discusiones en torno a los cambios decisivos que generará la asimilación de esta tecnología en los procesos de creación de textos y obras de arte tuvieron en agosto de 2022 uno de sus hitos: el concurso de la Feria Estatal de Colorado (Estados Unidos) consagró ganadora en la categoría artes digitales a la obra “Teatro de ópera espacial” , realizada por Jason Allen con la asistencia de la plataforma Midjourney, una de las nuevas herramientas de IA que en el último año, junto a Dall-E o Stable Diffusion, entre otras, viene impactando sobre la escena artística.
Para Oliveras, el ejemplo del artista premiado por la obra realizada con la plataforma Midjourney, sirve para matizar las lecturas totalizantes sobre la incidencia de la IA: “(Allen) aclaró que no se limitó a lo que el cuerpo de datos espontáneamente le brindaba sino que trabajó durante 80 horas hasta encontrar buenas entradas que mezclaran el estilo vida victoriano con las escafandras de unos astronautas. Buscó detalles de iluminación y color generando 900 imágenes de las que retuvo tres que fueron retocadas luego con Photoshop.
Y para mejorar la definición, antes de hacerlas imprimir sobre tela, utilizó Gigapixel AI. Lo que hizo Jason fue un trabajo de co-autoría y post producción, algo que muchos artistas contemporáneos ya hacen”. Otros casos más recientes aunque menos resonantes sobre los alcances de esta herramienta se inscriben en la misma línea de cuestionamiento al uso de las IA para la creación.