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Un libro de periodismo feminista con una red de muchas voces, entrevistas y recursos

Libro para tener como referencia de comunicación con perspectiva de género o como tratado de periodismo feminista, "La transversalidad del género: espacios y disputas", de la periodista Lenny Cáceres

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Libro para tener como referencia de comunicación con perspectiva de género o como tratado de periodismo feminista, "La transversalidad del género: espacios y disputas", de la periodista Lenny Cáceres, presenta un recorrido de las muchas voces que desde distintos campos disputan las violencias del patriarcado y despejan el camino para construir una sociedad justa, igualitaria y feminista.

¿Qué es el patriarcado? ¿Por qué el feminismo? ¿Cómo lograr una comunicación inclusiva, no sexista? ¿De qué hablamos cuando decimos violencia institucional? ¿Por qué los medios de comunicación son perpetuadores de las desigualdades?

Esas y otras cuestiones son las que aborda la autora en la primera parte del libro editado por Sudestada, donde como un inventario propone recursos y estrategias para comunicar de manera creativa y sin violencias, porque la comunicación es un territorio de lucha, un espacio donde los derechos se pueden conquistar.

A lo largo del volumen, la periodista también se ocupa de acercar información sobre áreas de género en el Estado, políticas públicas, recorridos de las luchas y aportes que faltan para una mirada integral sobre algunas problemáticas, como la invisibilización de las mujeres en el ámbito laboral o, por ejemplo, lo que llama el "feminismo express".

La segunda parte del texto se compone de muchas voces territoriales a partir de entrevistas a militantes, artistas, docentes, profesionales de la salud y del derecho, o referentes de instituciones que trabajan de manera integral con mujeres, disidencias, infancias y adolescencias o aportan a la construcción de nuevas masculinidades.

Como sintetiza en el prólogo Nadia Maribel Muñoz, el libro "presta voz" a quienes se encuentran en una situación favorecida, en algún aspecto; a quienes les caló tan hondo el daño de un sistema que debieron reinventarse para poder ser; a quienes pelearon en silencio por décadas; a quienes no reconocemos".

Lenny Cáceres nació en Río Negro pero hace más de cuatro décadas vive en Santa Rosa, La Pampa, donde dirige Diario Digital Femenino, un periódico creado en 2012 que trabaja de manera transversal con perspectiva de derechos humanos y de género. Periodista feminista, como se define, Cáceres dicta cursos, talleres y conferencias y ha escrito numerosos cuadernillos y guías para evitar la violencia simbólica en áreas de prensa y medios comunicación y consolidar un periodismo respetuoso e inclusivo.

"La transversalidad del género" lo pensó, en primer lugar, como abuela para dejar testimonio de sus nietos y nietas, el testimonio que no tuvo de su madre ni de su abuela, de quienes no supo de sus luchas o sus pensamientos. Pero también, cuenta a Télam, para que "cualquier persona que leyera el libro encontrara una voz, una señal sobre lo dañino de determinadas estructuras y sienta la necesidad de desarmarlas. Para que funcionarias y funcionarios puedan ver que desde el territorio las cosas se ven y viven diferente, y por ahí incentivar a que cambien algunas formas de gestionar, que no suman".

En este sentido, la autora entiende al periodismo feminista como práctica de intervención y de resistencia que disputa sentidos, desmantela desigualdades, expone las violencias y habilita otras perspectivas para repensar lo social cuando es capaz de incorporar una mirada integral e inclusiva. Un periodismo, que en palabras de Cáceres, "a los medios en general les falta mucho".

Se refiere a que en principio no reconocen "que sus profesionales necesitan capacitarse, actualizarse" así como también deben "dejar de justificar la repetición de estereotipos que sostienen desigualdades y por ende perpetúan tremendas violencias en nombre del rating o la frase justificadora: "es televisión, no es la vida". El periodismo feminista ha logrado mucho, hemos puesto en agenda muchos temas y el gran desafío sigue siendo la resistencia a modificar las estructuras culturales patriarcales".

¿Cuáles son los temas que atienden a la agenda actual del feminismo? Por un lado, "las tareas de cuidado compartidas es el eje central en estos tiempos y un debate que debemos profundizar hasta lograrlo" y "otro punto que desde mi óptica debe ser central es la participación política y social de las mujeres", considera.

"En la toma de decisiones, en los proyectos políticos, que dejen de generar normas y espacios por lo políticamente correcto y luego quede como 'una cosa de mujeres para mujeres', que la transversalidad de la perspectiva de género no se quede en lo discursivo, y que dejen de vernos como las que 'militamos' la vida, en los aspectos que quieran poner el foco, desde el voluntariado o ad honorem. No podemos hablar de género y pretender que las mujeres no cobremos por el trabajo realizado. Poder discernir cuándo es voluntario (por decisión personal) y cuándo no, es puntual", advierte como forma para despejar la confusión que muchas veces coloca a las feministas sólo en un lugar de militancia y no de trabajo.

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