El “cometa verde” dará una vuelta por la Tierra
La última vez que el cuerpo celeste pasó cerca de nuestro planeta fue durante el Paleolítico Superior, cuando los neandertales todavía vagaban por el mundo.
El cometa 2022 E3 (ZTF), más conocido como el “cometa verde”, pasará cerca de la Tierra la semana próxima después de 50 mil años de su último acercamiento y los astrónomos creen que, si las condiciones meteorológicas lo permiten, podría verse a simple vista desde nuestra región.
Concretamente, la astrónoma local Beatriz García estimó que en el hemisferio sur podría hacerse visible recién el 4 de febrero. El cometa tiene una órbita larga que lo lleva desde los confines del Sistema Solar hacia el Sol durante miles de años y ahora estará más cerca de la Tierra el 1 de febrero, a una distancia de 42 millones de kilómetros que equivalen a 109 veces la distancia media de la Tierra a la Luna.
En los días que rodean su máximo acercamiento, se espera que se vuelva más brillante y más fácil de ver a simple vista o, en todo caso, con binoculares.
“No sabemos cuán brillante va a ser, las predicciones dicen que se va a ver a simple vista, pero nadie lo sabe con absoluta seguridad. Vamos a ver a fin de mes cuando alcance su máxima aproximación”, dijo García, doctora en Astronomía e investigadora principal del Conicet. Y puntualizó: “Las predicciones son que podría alcanzar un brillo integrado, de magnitud 5, en cuyo caso se vería porque es una magnitud que el ojo humano puede detectar”.
Quienes vivan en el norte del planeta van a contar con mejores oportunidades para verlo, mientras que, en el hemisferio sur, “recién va a poder ser detectado en la noche del 4 de febrero. Se va a ver mirando hacia el norte, en el atardecer y ya muy adentrada la noche es cuando uno espera verlo mejor. El problema es que también va a haber una Luna creciente y eso puede llegar a ser un obstáculo”.
POR QUÉ SU NOMBRE
El cometa 2022 E3 (ZTF) fue descubierto a principios de marzo de 2022 por la cámara de sondeo del programa “Zwicky Transient Facility” del Observatorio Palomar, en California, Estados Unidos.
Respecto a por qué fue bautizado como el “cometa verde”, García detalló que tiene que ver con su composición química: “Si bien el cometa es principalmente hielo de agua, está mezclado con material de la nebulosa original cuando se formó el Sistema Solar y ese material se libera al aproximarse al Sol”.
Como tal vez se sepa, los cometas son escombros interplanetarios, restos rocosos resultantes de la formación del Sistema Solar. Suelen viajar cientos de kilómetros y se pueden observar solo cuando están cerca de la Tierra.
Los cuerpos celestes de entre 10 unidades astronómicas y 50 metros se les llaman “meteoroides”, y entre estos, están los meteoritos cuando se precipitan hacia la Tierra. Los cometas, comparados con enormes bolas de nieve, están compuestos de roca, hielo, polvo, CO2 y otros gases.
Suelen originarse en el cinturón de Kuiper, en el Sistema Solar exterior, y a medida que viajan hacia el Sol empiezan a deshacerse. Cuando el Sol evapora el hielo, deja a su paso un halo de polvo y gas alrededor del núcleo denominado coma, que, al moverse, origina una cola que puede alcanzar una longitud de millones de kilómetros.
En este caso, como apunta la especialista, el cometa tiene una “coma verdosa, una corta y ancha cola de polvo y una larga y tenue cola de iones”, según la NASA. De hecho, muchos cometas brillan en verde y está relacionado con una molécula reactiva llamada dicarbono, que emite luz de ese colar cuando la luz solar la descompone.
La coma -la neblina que rodea la bola de gas, polvo y roca congelados en el centro de un cometabrilla en verde, mientras que la cola permanece blanca.