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En Europa no se salva ni la Torre Eiffel en medio de una gran crisis energética
SE ACTIVÓ EL MODO AHORRO

En Europa no se salva ni la Torre Eiffel en medio de una gran crisis energética

Con el objetivo de achicar gastos, edificios emblemáticos apagan sus luminarias bastante más temprano de lo habitual.

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Ante la crisis energética que se vive en Europa por la guerra en Ucrania, París decidió adelantar desde el pasado 23 de septiembre el apagado de luces en las fachadas de edificios como la Alcaldía y también la Torre Eiffel, el Museo del Louvre o el Palacio de Versalles, en un gesto simbólico de sobriedad ante la difícil situación. En épocas normales, por caso, 336 proyectores colorean de oro la estructura de la Torre Eiffel durante toda la noche. Además, cada hora, 20.000 lámparas de bajo consumo se encienden y apagan, dando al monumento un aspecto resplandeciente. Este espectáculo, contemplado por miles de turistas cada día, ya no tiene lugar y sus luminarias se extinguen cada noche a las 23,45 y no a la 1 de la madrugada como en los buenos tiempos.

La alcaldesa Anne Hidalgo subrayó que esta reducción del horario de iluminación es un gesto “simbólicamente importante” porque demuestra que incluso la Torre Eiffel, con su notoriedad mundial y la carga de ejemplaridad que tiene, participa de las medidas de ahorro energético. La iluminación representa un 4 por ciento del consumo energético de funcionamiento.

Muchos han cuestionado la decisión, pensando en que podría tener un impacto negativo en el turismo. Cerrada durante largos períodos de tiempo durante la pandemia de Covid-19, la Torre Eiffel -obra del ingeniero Gustave Eiffel, terminada en 1889- ha retomado este año el mismo nivel de asistencia que antes de la crisis sanitaria, recibiendo una media de más de 20.000 visitantes por día.

En tanto, la Pirámide del Louvre, y también la fachada del Palacio de Versalles, se están apagando a las 22, a la misma hora que los edificios municipales de París, cuatro horas antes de lo usual. Está planeado que estas medidas de ahorro se extiendan también a las luces navideñas cuando se instalen en noviembre: se apagarán a las 23,45 en lugar de a las 2 de la mañana como los años anteriores) y se retirarán una semana antes, el 2 de enero.

Otra de las medidas adoptadas por las autoridades en el marco de la crisis de energía es la reducción de la calefacción en edificios públicos y escuelas de los 19° C a 18° C y hasta los 12° C los fines de semana o cuando estén desocupados. La excepción serán las guarderías y las residencias de ancianos. También los carteles luminosos y de publicidad permanecerán a oscuras entre la 1 y las 6 de la mañana.

La crisis no es broma. Aunque la mayoría de las propuestas de reducción de consumo son voluntarias, el gobierno del presidente Emmanuel Macron quiere que sean un éxito. Así, llamó a impulsar el teletrabajo y anunció “bonos” para quienes se inscriban en una plataforma para compartir autos y estimular el ahorro de nafta.

Francia, segunda economía de la Unión Europea (UE), ya llenó al 100 por ciento sus reservas de gas natural y alcanzó un acuerdo para que Alemania le suministre electricidad en caso de picos de consumo, máxime cuando su principal fuente para producirla, la energía nuclear, registra problemas.

Pero esto no es suficiente. “Es urgente actuar”, aseguró la ministra de Transición Energética, Agnés Pannier-Runacher, al presentar las medidas del gobierno, precisando que “el combate no se detendrá” en el próximo invierno boreal, a caballo entre 2022 y 2023.

Casi medio siglo después de la primera crisis del petróleo, los franceses, desde los hogares hasta las empresas, pasando por la administración pública, están aprendiendo otra vez a reducir su consumo eléctrico en las horas pico y a consumir menos gas en invierno.

ESCASEZ DE COMBUSTIBLE

En este marco, el desabastecimiento de combustible por una huelga de trabajadores en el sector petrolero en reclamo de aumentos salariales, continuó ayer en Francia y Macron pidió una solución “rápida”, cuando casi un tercio de las estaciones de servicio registra problemas de suministro.

“El bloqueo no es una manera de negociar”, dijo Macron durante una visita a Château-Gontier (oeste), poco después de que los huelguistas extendieran la medida de fuerza a unas 15 estaciones de servicio de autopista de una filial de TotalEnergies. El gobierno se encuentra bajo presión, ya que los llamados de los últimos días al diálogo no surtieron efecto.

Las imágenes de tiendas expendedoras de combustible cerradas o de largas colas ante las que permanecen abiertas se repiten en el país. En el norte, donde la situación es acuciante, ayer a la mañana, los automovilistas ya hacían cola ante la única estación de servicio abierta en Lille.

Los precios del combustible aumentaron por su parte la semana pasada unos 10 centavos en promedio el litro. El diésel alcanzó los 1,8035 euros (1,75 dólares), pese a los 30 centavos de rebaja aprobada por el Estado para contener la inflación.

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