“Aquí me pongo a cantar/ al compás de la vigüela” tal vez sean los versos más famosos de la literatura nacional. Son las primeras palabras que nos acercan a un momento de la vida del gaucho payador Martín. Obligado a incorporarse al ejército por parte de quienes lo menospreciaban al igual que a los indios, este gaucho se torna víctima de la opresión y la injusticia, y huye para convertirse en un matrero fuera de la ley. Ahora, mucho tiempo después de la creación de esos versos ya célebres y para celebrar los 150 años de la publicación de José Hernández, hasta el 24 de noviembre habrá una gran lectura colectiva en redes sociales sobre el texto gauchesco, en la que se convoca a las usuarias y los usuarios a compartir de lunes a sábado un canto por día, con el hashtag #MFierro150.
Como pasó con las lecturas colectivas de “La Divina Comedia” de Dante Alighieri, “El Quijote” de Cervantes o los textos de Shakespeare, en Argentina ahora llega a las redes “El gaucho Martín Fierro” para que las redes sociales sean la condición de posibilidad de su “redescubrimiento” y canten al son de los versos del gaucho, que como se dijo comienzan así: “Aquí me pongo a cantar/al compás de la vigüela,/que el hombre que lo desvela/ una pena extraordinaria,/como la ave solitaria/ con el cantar se consuela”.
La campaña #MFierro150 la impulsan el licenciado y profesor de Letras Sebastián Noejovich; el escritor, editor y gestor Esteban Castromán y Marina Tabasso, estudiante de medicina y agitadora de lecturas en redes sociales. En palabras de Noejovich, “la desacralización de esta obra es una de las condiciones para su redescubrimiento”.
La iniciativa propone la lectura de un canto por día, de lunes a sábado, de manera simultánea en Twitter, Instagram y Facebook para celebrar el número redondo del más icónico texto literario nacional cuya primera parte se publicó en 1872 y desde entonces consolidó el género gauchesco, uno de los tópicos o territorios fundamentales de la tradición argentina, la cultural y la literaria. La idea es generar experiencias diversas de lectura y “sumar dibujos, recitados, improvisaciones, o lo que espontáneamente provoque la lectura de la obra”, explicó Noejovich.
En su opinión, “la experiencia de lectura se vuelve más intensa y enriquecedora, como cualquier experiencia humana, cuando no se realiza en soledad. Las redes sociales son entonces un canal ideal para crear comunidades de lectura y descubrir a grandes públicos la belleza y la vigencia de esta obra central de nuestra cultura”.
UNA OBRA, MUCHAS LECTURAS
Luego de un siglo y medio de múltiples relecturas y hasta reescrituras -desde cuentos como “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz”, de Jorge Luis Borges, a textos como El Martín Fierro ordenado alfabéticamente (2007), de Pablo Katchadjian; El guacho Martín Fierro (2011), de Oscar Fariña, y Las aventuras de la China Iron (2017), de Gabriela Cabezón Cámara-, ¿cómo se aborda hoy el poemario más emblemático de la cultura literaria argentina? ¿Qué nuevas relaciones se pueden encontrar con otras narrativas contemporáneas?
Para el crítico literario, editor y ensayista Ángel Núñez, el Martín Fierro “es un poema que la mayoría de los argentinos de todas las edades y épocas ha considerado un símbolo propio, un ejemplo de lucha y tenacidad, un representante de lo más auténtico del pueblo. Es nuestro canto nacional”.
El editor apunta que “aquel modesto folleto en papel ordinario que se vendía a 10 pesos y que tuvo mucho éxito entre la gente del pueblo, los gauchos de entonces que se sintieron identificados con ese hombre rebelde que peleaba contra la adversidad, tardó en ser comprendido por la gente culta, porque era literatura gauchesca, ordinaria y popular. El Martín Fierro narra las vidas de cuatro personajes (Fierro y sus dos hijos, Cruz y su hijo), pero es esencialmente un poema, un canto que nos trae otros mensajes, porque Fierro ‘desde el vientre de su madre, vino a este mundo a cantar’, a decirnos otras cosas”, opina.
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