Nuevas masculinidades y la revisión de mandatos
En el país existen más de 50 espacios de reflexión con hombres que buscan revelarse al mandato de la masculinidad hegemónica. Los temas que se abordan, qué dicen sus protagonistas.
En los últimos años, el término “nuevas masculinidades” ha comenzado a circular cada vez con más fuerza en oposición a las masculinidades hegemónicas de características machista.
Estas “nuevas masculinidades” son estructuras que antes eran intocables y que de a poco, muy de a poco, en algunos espacios y en determinadas situaciones de la vida, los hombres se animan a cuestionar(se).
También se las puede identificar como parte de aquellos intentos conscientes por repensar las estructuras que se nos impone como sociedad, en la que los hombres, para reafirmar su masculinidad, deben cumplir con ciertas exigencias heredadas por mandato.
Como dice la escritora, antropóloga y activista feminista Rita Segato, "el mandato de masculinidad exige que los hombres constantemente pongan a prueba su potencia bélica, sexual y económica".
Es decir que se espera que un hombre demuestre su masculinidad a través de cumplir con las conocidas 5P del patriarcado: ser poderoso, público, político, potente y preñador.
La incomodidad es parte del cambio
Leandro Kohan, músico, terapeuta y coordinador de círculos de hombres y paternidades se refirió a las “nuevas masculinidades”, en qué consisten estos encuentros y cuáles son las problemáticas que aparecen con más frecuencia.
“El término nuevas masculinidades surge por la necesidad de empezar a corrernos de la masculinidad hegemónica, esa que nos marca cuál es la única forma de ser hombre en esta sociedad, que nos carga con una cantidad de preceptos que debemos cumplir y que, en caso de no hacerlo, corremos el riesgo de no pertenecer”, introduce.
“Qué pasa si no nos gusta el futbol, si no somos toscos, insensibles, si no podemos o queremos ser el único sostén económico del hogar, o si queremos ser cariñosos con otros hombres. Podemos necesitar llorar y está bien hacerlo, es natural, también compartir las tareas del hogar y de la crianza de igual a igual con nuestra compañera, y vivir nuestra sexualidad de manera plena, disfrutando de muchas más cosas que sólo la penetración y la eyaculación. Las nuevas masculinidades aparecen como una forma de abrir el panorama, de ver que hay otras posibilidades de ser hombres”.
Hace unos años atrás, Leandro participó activamente de un círculo de reflexión sobre masculinidades creado de manera espontánea por dos amigos, por la necesidad de poner en común miedos, inquietudes personales, repensar vínculos y revisar algunas creencias heredadas. Los encuentros eran semanales, presenciales, y si bien los participantes fueron rotando, solían ser unos 7 hombres presentes. Se sostuvo durante un año y medio.
Acerca de esos primeros encuentros, recuerda que una gran parte estaba destinada a la escucha activa, sin interrupciones, sin opinar ni juzgar al otro y ofreciendo la palabra en primera persona. También se proponían actividades como eran las meditaciones o caminatas en silencio.
“En los círculos sucedía algo que nos cuesta mucho hacer en otros ámbitos, y que es compartir cosas íntimas entre hombres en un contexto de confianza y sin ser juzgados. Es increíble la necesidad que tenemos de hacerlo y lo poco conscientes que somos. Después está el desafío cotidiano que implica no caer en el camino habitual de hablar solamente de banalidades cuanto te encontrás con amigos”.
Entre los temas que se compartían en círculo, la mayoría de las veces aparecían los miedos: “Salía el miedo a tener a una enfermedad, miedo a que le pasara algo a nuestro hijo o hija, incluso miedo a qué iba a venir después si decíamos que teníamos miedo, qué imagen quedaría de nosotros. También aparecían cuestiones vinculadas a la relación de pareja, y a veces también salía la pregunta de no saber cómo resolver o manejar emociones que nos tornaban violentos”.
De masturbación y pornografía también se habla mucho. “La masturbación, en la generalidad de los casos, era utilizada como una descarga y no como un espacio de encuentro con uno mismo y de exploración. Y estuvo bueno también empezar a explorar y repensarnos en ese sentido”.
“Estamos todos en revisión y transformación, hombres y mujeres, no queda otra. Yo no coordino los espacios desde un lugar evolucionado y acabado, sino desde mi profunda revisión continua y mi trabajo personal cotidiano”, desliza.
Actualmente coordina un espacio virtual llamado “Encuentros entre hombres”, donde se trabaja sobre la masculinidad, las opresiones y limitaciones de este modelo, sobre la sexualidad, los abusos recibidos y los ejercidos, sobre el placer, entre otras cosas.
A modo de reflexión, Leandro sostiene que “es enorme lo que ganamos los hombres al dejar caer estructuras patriarcales. Puede dar miedo, ser incómodo, pero vale la pena porque es transformador. Se abre un mundo muy distinto cuando logramos dejar de ser violentos (o al menos intentamos tomar algo de consciencia al respecto), o estamos más presentes en la crianza, o bien, dejamos de centrarnos en el acto sexual únicamente vinculado al momento de la eyaculación, por poner algunos ejemplos. Y si bien es cierto que muchas veces cuesta ir y sostener la presencia –como pasa en terapia-, el agradecimiento posterior por haber asistido es generalizado”.
El trabajo en red, la clave
En el país existen más de 50 espacios de diálogo, reflexión y trabajo (cada uno con múltiples metodologías y expectativas) para desarmar el mandato y abrir la pregunta acerca de qué significa ser “hombre” en esta sociedad.
En el 2020 se realizó el Primer Relevamiento de Experiencias de Trabajo con Varones y Masculinidades en el país coordinado por el Instituto de Masculinidades y Cambio Social (Argentina). Entre las más de 200 respuestas recibidas entre los participantes de todo el país, se destacó que: más del 95% de quienes respondieron el cuestionario les parece necesaria la existencia de un mapa para trabajar las masculinidades.
Entre los objetivos prioritarios del trabajo a realizar en grupos, más de la mitad apuntó a la concientización y transformación de conductas aprendidas, y un 20% a prevención de situaciones de violencia de género y complicidad machista. La mitad conocía espacios donde se trabaja en grupo acerca de las nuevas masculinidades, y casi el 60% se refirió a espacios de activismo o militancia, y en menor medida, a espacios estatales y ONG.
La información y los materiales se encuentran disponibles de manera gratuita a través de la página del Ministerio de las Mujeres, géneros y diversidades.