Pergamino comezó el día de ayer con los preparativos para celebrar las fiestas patronales de la beata María Crescencia que se llevarán a cabo el viernes 20 de mayo. En este marco, el padre Carlos Miri celebrará misa desde el miércoles hasta el domingo de la próxima semana a las 19 horas en la Parroquia Merced. A su vez, en la Capilla del Colegio del Huerto, donde descansan los restos de la beata, se realizará un triduo los días lunes, martes y jueves en el horario de las 18 horas.
El viernes 20 se celebrará en la ciudad el décimo aniversario de la beatificación de María Crescencia. La primer misa tendrá lugar a las 8 horas y la siguiente se realizará a las 9:30. Por la tarde se realizará la celebración de la Eucaristía a las 15:30 y luego a las 18:00. Esta última misa será presidida por el obispo de la Diócesis de San Nicolás, monseñor Hugo Santiago.
Su vida
María Crescencia Pérez nació en San Martín, provincia de Buenos Aires, el 17 de agosto de 1897. Fue la quinta hija de inmigrantes españoles que en 1905 decidieron mudarse a Pergamino en busca de un clima menos hostil para la enfermedad que padecía su madre. Dos años más tarde, junto a sus hermanas, ingresó al Hogar de Jesús donde cursó la primaria y tomó clases de costura y bordado, y sobre todas las cosas, en donde encontró su vocación.
En 1915 comenzó sus estudios religiosos en la Casa Provincial de las Hermanas del Huerto, en Buenos Aires. Tres años más tarde, y el mismo día en que tomó sus votos, su padre muere. Y en 1924, año en el que Crescencia tomó sus votos perpetuos, sufrió la pérdida de su hermana menor.
Su nueva vida religiosa la llevó a Mar del Plata donde trabajó con niños enfermos de tuberculosis ósea, formó un coro de niños y también fue cocinera. En esta ciudad se enfermó de broncopulmonitis y su salud comenzó poco a poco a deteriorarse. En 1928, y debido a su frágil salud, decidieron enviarla a Vallenar, Chile, donde pensaban que el clima ayudaría a su enfermedad. Su salud iría empeorando en el transcurso de los cuatro años que vivió en Chile hasta que el 20 de mayo de 1932, después de estar tres meses internada, María Crescencia falleció.
El milagro
En 1995 María Sara Pane, de 23 años, estuvo internada durante dos meses en el Hospital Aeronáutico de Pompeya por cuadro de hepatitis A agravado por la diabetes que padecía desde su niñez. En su estadía en el hospital, sus familiares le acercaron una estampita de María Crescencia y Sara comenzó a pedirle a la imágen por su mejoría. Su estado de salud fue empeorando y tuvo que ser trasladada de urgencia al Hospital Italiano. Tan grave era la situación que su nombre fue incluido en la lista de emergencia nacional para trasplante de hígado.
Sara recuerda que cuando los médicos le estaban practicando la biopsia previa a la operación de trasplante le pidió a la estampita de Crescencia que la ayudara. Una vez que el estudio finalizó Sara comenzó a sentirse mejor. Los médicos le realizaron nuevos estudios y quedaron sorprendidos al ver que en los mismos ya no aparecía el cuadro de hepatitis. Los resultados arrojaron como única anomalía la diabetes que sufría desde su infancia. Días más tarde Sara fue dada de alta en óptimas condiciones de salud.
Según lo quefigura en el volúmen religioso que acredita el milagro, la recuperación de Sara tuvo que ver con el pedido de intervención a María Cresencia por parte de la joven, de sus familiares y de las monjas que la visitaron en el Hospital Aeronáutico. Finalmente el 19 de diciembre de 2011 el papa Benedicto XVI aprobó su beatificación.
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