Un reciente estudio con más de 100.000 participantes revela que el consumo de carne roja procesada, como salchichas, bacon o mortadela, está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar demencia. Sin embargo, no se observó una asociación similar con la carne roja no procesada, como los filetes de cerdo o vaca.
¿Qué dice el estudio?
En este estudio publicado en la revista Neurology, se siguió a 133.771 personas con una edad promedio de 49 años durante hasta 43 años. De este grupo, 11.173 desarrollaron demencia. Los resultados mostraron que quienes consumían más carne roja procesada (al menos dos raciones por semana) tenían un 13% más de riesgo de sufrir demencia que aquellos que comían menos de tres porciones al mes.
A pesar de que este es un estudio observacional, lo que significa que no se puede confirmar una causa directa, los investigadores sugieren que en países como España, reducir el consumo de carne procesada y sustituirla por opciones más saludables podría disminuir significativamente los casos de demencia.
Carne roja procesada vs. carne roja no procesada
Lo más sorprendente es que no se encontró una relación entre el consumo de carne roja no procesada y el aumento del riesgo de demencia. Sin embargo, las personas que comían más carne roja (7 porciones a la semana) sí presentaban un 16% más de riesgo subjetivo de deterioro cognitivo, según un cuestionario de autoevaluación.
¿Por qué afecta la carne procesada al cerebro?
El principal problema de la carne roja procesada son sus altos niveles de grasa saturada y compuestos como los nitritos, que se usan para conservar y dar sabor a los productos. Estos componentes pueden inducir inflamación y estrés oxidativo, dañando las células cerebrales. Además, la carne roja no procesada también tiene efectos negativos debido a su contenido de carnitina, que puede afectar la salud cerebral al aumentar los niveles de TMAO, una molécula vinculada a la acumulación de placa en las arterias.
¿Qué alimentos pueden sustituir la carne procesada?
El estudio analizó qué pasaría si se reemplazara una porción diaria de carne roja procesada por otros alimentos. Los resultados mostraron que:
- Pescado: Reducción del 28% en el riesgo de demencia.
- Nueces y legumbres: Reducción del 19%.
- Pollo: Reducción del 16%.
Incorporar estos alimentos en la dieta en lugar de carne roja procesada podría ser un gran paso para cuidar la salud cognitiva.
La importancia de una dieta equilibrada
El experto en nutrición Jordi Salas-Salvadó explica que la relación entre la carne roja y la demencia tiene que ver con los efectos de las grasas saturadas y otros compuestos que afectan la salud cardiovascular y cerebral. El consumo excesivo de carne roja puede provocar un aumento del colesterol y contribuir a enfermedades como la arteriosclerosis, lo que a su vez afecta al cerebro.
Aunque es necesario reducir el consumo de carne procesada, no se trata de eliminarla completamente, sino de moderar su consumo y sustituirla por opciones más saludables. Salas-Salvadó recomienda seguir una dieta variada basada en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y productos propios de la dieta mediterránea.
Conclusión
El estudio destaca la importancia de ajustar nuestros hábitos alimenticios para proteger la salud cerebral. Reducir el consumo de carne roja procesada y optar por alternativas más saludables no solo favorece el bienestar general, sino también el cuidado de nuestro cerebro a largo plazo.
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