Pese a ser un cuadro frecuente y de mucha gravedad, siete de cada diez argentinos no saben cómo reaccionar frente a un ACV. Así lo mostró un sondeo difundido en el marco del Día Mundial del Accidente Cerebrovascular, que se conmemora hoy.
La encuesta, realizada por médicos neurólogos entre 814 argentinos de 16 a 65 años en distintas ciudades del país, expuso el bajo nivel de preparación de la mayoría de la gente para identificar y reaccionar adecuadamente frente a un accidente cerebrovascular.
Ante la pregunta de si sabrían cómo proceder en caso de que alguien a su alrededor estuviese sufriendo un ACV, el 39% de los consultados dijo que no y un 29% admitió no estar seguro.
“Los resultados del relevamiento coinciden con lo que vemos habitualmente en nuestra práctica clínica. La gente no sabe cómo reaccionar. En ocasiones, los pacientes inclusive prefieren esperar a que se les pasen los síntomas y la realidad indica todo lo contrario: cuanto antes el individuo llegue a un centro hospitalario preparado para abordar el ACV, mayores serán las chances de tratar exitosamente el cuadro para evitar que deje secuelas o minimizar esas consecuencias”, cuenta el médico neurólogo Pablo Ioli, vicepresidente de la Sociedad Neurológica Argentina.
“Las primeras cuatro horas y media desde el comienzo de los síntomas son cruciales, por eso es vital identificar rápidamente los síntomas y contactar a un servicio de emergencias que, a su vez, pueda detectar el ACV, determinar la hora de inicio y notificar a un centro que esté preparado para recibir al paciente”, señala el médico.
Llamativamente, el relevamiento mostró que el ACV no es una circunstancia ajena a nuestra población: el 64% de los consultados reconoció que conocía a alguien cercano que sí lo presentó, e inclusive un 4% declaró haber tenido un ACV.
Si bien la enorme mayoría de los consultados estuvo de acuerdo en que cada minuto cuenta para evitar secuelas permanentes, las opiniones se encontraron divididas con relación a los centros de salud a los cuales acudir. Mientras que 4 de cada 10 consideran que cualquier centro puede atender un ACV, la misma proporción piensa lo contrario. Y sólo un 16% se manifestó en desacuerdo absoluto con que cualquier centro de salud pueda recibir y tratar debidamente a un paciente con esta sintomatología.
“En algún punto, todos tienen un poco de razón. Cualquier centro de salud es mejor que quedarse en la propia casa o en el trabajo; lo imperativo es llamar a Emergencias para que lo trasladen de forma urgente. Sin embargo, es muy importante trabajar para que los servicios de emergencia sepan que - ante un ACV- hay centros adecuadamente preparados, que cuentan con personal entrenado, procedimientos detallados, equipamiento específico y amplitud horaria para abordar esta urgencia médica; mientras que muchos otros centros lamentablemente no cuentan con todo esto”, dice neuróloga Virginia Pujol Lereis.
Como señala la médica, “resulta clave establecer protocolos, difundir la información y promover que los servicios de emergencias públicos, de obras sociales, prepagas direccionen al paciente con un ACV a un centro hospitalario que esté preparado para dar respuesta inmediata y satisfactoria ante un episodio de este tipo, que muchas veces inclusive pone en riesgo la vida”.
La encuesta, que contó con el apoyo de Boehringer Ingelheim, se hizo en el marco de la campaña “Actuá con velocidad”, una iniciativa destinada a mejorar el reconocimiento de los principales síntomas de ACV en la comunidad.
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