La vitamina D es un nutriente que el cuerpo humano necesita para fortalecer los huesos y mantenerlos saludables. Si se toma un multivitamínico con vitamina D, se puede mejorar la salud ósea, entre otros beneficios. Pero un nuevo estudio realizado en los Estados Unidos reveló que los suplementos de vitamina D pueden no ser eficaces si la persona tiene sobrepeso. Los investigadores hicieron una revisión de las pruebas existentes.
Encontraron que el beneficio del suplemento de vitamina D sólo es aplicable a las personas con un peso saludable. Porque descubrieron que la vitamina puede metabolizarse de forma diferente en personas con un índice de masa corporal elevado.
El estudio fue publicado en la revista JAMA Network Open. Se trata de un nuevo análisis de los datos de VITAL, que consiste en un gran ensayo clínico a escala nacional que evaluó si tomar suplementos de vitamina D u omega-3 de origen marino podía reducir el riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardíacas o ataques cerebrovasculares.
“El análisis de los datos originales de VITAL encontró que la suplementación con vitamina D se correlacionaba con efectos positivos en varios resultados de salud, pero sólo entre las personas con un IMC inferior a 25, dijo la primera autora Deirdre K. Tobias, ScD, epidemióloga asociada en la División de Medicina Preventiva del Hospital Brigham y de la Escuela de Salud de la Universidad de Harvard.
“Parece que ocurre algo diferente con el metabolismo de la vitamina D a mayor peso corporal, y este estudio puede ayudar a explicar la disminución de los resultados de la suplementación en individuos con un IMC elevado”, agregó.
La vitamina D es un nutriente esencial que interviene en muchos procesos biológicos, sobre todo en la absorción de minerales como el calcio y el magnesio. Aunque parte de la vitamina D que se necesita se produce en el organismo a partir de la luz solar, las deficiencias de vitamina D suelen tratarse con suplementos.
Los estudios de laboratorio, la investigación epidemiológica y la investigación clínica también han sugerido que la vitamina D puede desempeñar un papel en la incidencia y la progresión del cáncer y las enfermedades cardiovasculares, y fueron esas pruebas las que impulsaron el ensayo VITAL original.
El ensayo fue aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en 25.871 participantes estadounidenses, entre los que había hombres mayores de 50 años y mujeres mayores de 55 años. Todos los participantes estaban libres de cáncer y enfermedades cardiovasculares en el momento de la inscripción.
Si bien el ensayo encontró escasos beneficios de la suplementación con vitamina D para prevenir el cáncer, el infarto de miocardio o el ataque cerebrovascular en la cohorte general, se observó una correlación estadística entre el índice de masa corporal y la incidencia de cáncer, la mortalidad por cáncer y la incidencia de enfermedades autoinmunes. Otros estudios sugieren resultados similares para la diabetes de tipo 2.
El nuevo estudio pretendía investigar esa correlación. Los investigadores analizaron los datos de 16.515 participantes del ensayo original que proporcionaron muestras de sangre al inicio del estudio (antes de la asignación aleatoria a la vitamina D), así como de 2.742 con una muestra de sangre de seguimiento tomada al cabo de dos años.
Los investigadores midieron los niveles de vitamina D total y libre, así como muchos otros biomarcadores novedosos de la vitamina D, como sus metabolitos, el calcio y la hormona paratiroidea, que ayuda al organismo a utilizar la vitamina D.
“La mayoría de los estudios de este tipo se centran en el nivel sanguíneo total de vitamina D”, comentó la doctora JoAnn Manson, autora principal del estudio, jefa de la División de Medicina Preventiva del Brigham e investigadora principal de VITAL. “El hecho de que pudiéramos observar este perfil ampliado de metabolitos de la vitamina D y nuevos biomarcadores nos proporcionó una perspectiva única sobre la disponibilidad y la actividad de la vitamina D, y sobre si el metabolismo de la vitamina D podría estar alterado en algunas personas pero no en otras”, expresó.
Los investigadores descubrieron que la suplementación con vitamina D aumentaba la mayoría de los biomarcadores asociados al metabolismo de la vitamina D en las personas, independientemente de su peso. Sin embargo, estos aumentos fueron significativamente menores en las personas con índice de masa corporal elevado.
“Observamos diferencias sorprendentes después de dos años, lo que indica una respuesta embotada a la suplementación con vitamina D con un índice de masa corporal más elevado”, dijo Tobias. “Esto puede tener implicaciones clínicas y explicar potencialmente algunas de las diferencias observadas en la eficacia de la suplementación con vitamina D según el estado de obesidad”.
“Este estudio arroja luz sobre por qué estamos viendo reducciones del 30-40 por ciento en las muertes por cáncer, enfermedades autoinmunes y otros resultados con la suplementación de vitamina D entre aquellos con índice de masa corporal más bajo, pero un beneficio mínimo en aquellos con un índice más alto. Sugiere que puede ser posible lograr beneficios en toda la población con una dosificación más personalizada de la vitamina D”, dijo Manson.
“Estos matices dejan claro que hay más en la historia de la vitamina D”, subrayó. Los autores concluyeron que los hallazgos del estudio son una llamada a la acción para que la comunidad investigadora siga explorando los beneficios potenciales de la suplementación con vitamina D para prevenir el cáncer y otras enfermedades y para que tenga en cuenta el índice de masa corporal a la hora de evaluar los efectos del suplemento sobre la salud.
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