El enorme pozo de gas natural de Turkmenistán, convertido en una atracción turística y bautizado por los residentes locales como 'las Puertas del infierno', estaría apagándose tras más de 50 años de arder, según datos presentados en una conferencia científica internacional celebrada este mes en la capital del país, Asjabad, informa la agencia estatal de noticias de Turkmenistán.
El cráter, de 60 metros de diámetro y unos 30 metros de profundidad, formado a raíz de un accidente durante la perforación de un pozo exploratorio en 1971, ha ardido durante décadas, convirtiéndose en una importante fuente de emisiones de metano. En 2022, el Gobierno ordenó buscar la forma de apagarlo debido al impacto nocivo de la enorme cantidad del gas que se quema en la zona, que no pueden aprovechar ni comercializar, y no deja de ser un problema para la ecología y la salud de la población local.
Con este propósito, se puso en marcha un proyecto que ha cambiado la situación drásticamente, ya que la mayor parte del gas que alimenta el cráter está casi agotada, como los muestran datos del monitoreo regular y múltiples sensores, afirmó Irina Luryeva, del consorcio estatal de gas natural Turkmengaz.
Si en 2013 las llamas del cráter, situado en el desierto de Karakum, en las inmediaciones de la aldea de Darvaza, podían verse a kilómetros de distancia, ahora son visibles solo de cerca, según lo confirman imágenes satelitales. Esto debido a que se ha limitado el flujo de gas en su interior a través de la rehabilitación y perforación de numerosos pozos alrededor del sitio para capturar el metano.
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