“Novias de la calle”, un negocio que prospera en China
Cobran alrededor de un dólar y medio por un beso. O dos dólares por ir a ver una película al cine con el cliente... El negocio prospera –dicen- por las dificultades para socializar en un contexto de fuertes presiones laborales. Hay voces que cuestionan la “moralidad” de esta tendencia.
China está experimentando un crecimiento en el número de mujeres jóvenes dispuestas a vender su compañía. Las “novias de la calle” hacen que este servicio sea fácilmente accesible y muy barato de comprar.
De acuerdo con un informe realizado por el diario South China Morning Post, se está presentando una tendencia entre los adultos jóvenes a comprar conexiones emocionales en la calle. Las razones de este comportamiento incluyen las presiones en el mundo laboral y las responsabilidades familiares.
"Un yuan (14 centavos de dólar estadounidense) por un abrazo, 10 yuanes por un beso, 15 yuanes para ver una película juntos", se leía en un puesto instalado por una joven junto a una estación de metro en Shenzhen, ciudad en el sur del país, que es sede de algunas de las principales empresas tecnológicas chinas como Huawei y Tencent, informó la publicación. Otro decía: "20 yuanes (2,8 dólares estadounidenses) por ayudar con las tareas del hogar, 40 yuanes por hora por beber contigo".
Las opiniones sobre este tema han generado debates entre la ciudadanía, hay quienes lo consideran como un acto libre y que puede servir "para socializar y liberar el estrés". Sin embargo, pese a que se alega que las “novias de la calle” ofrecen sus servicios voluntariamente, hay quienes creen tener motivos para preocuparse por la seguridad de las mujeres que participan en esta actividad. Según el informe del South China Morning Post, otros también consideran que: "poner un precio a la compañía de las mujeres es irrespetuoso y socava su dignidad".
Según He Bo, abogado del bufete de abogados Sichuan Hongqi, citado por el Post, "El servicio de 'novias de la calle' opera actualmente fuera del marco regulatorio claro de las leyes existentes y conlleva el riesgo de transformarse en prostitución o transacciones de servicios sexuales". Además de esto, el abogado sugirió que la sociedad debía educar y guiar a los jóvenes a través de prácticas más saludables de interacción para que puedan satisfacer sus necesidades emocionales y sociales.