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Las cadenas de comidas globales pierden clientes en su país de origen
UNA CAFETERÍA Y UNA HAMBURGUESERÍA MUY FAMOSAS

Las cadenas de comidas globales pierden clientes en su país de origen

El motivo principal: la suba de precios. Aunque hay cierto auge económico, los consumidores estadounidenses le dicen “no” a los precios caros. Las marcas reaccionan y buscan ofrecer opciones más económicas.

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Los estadounidenses se están volviendo consumidores más exigentes y cuidadosos con sus gastos y esto está impactando negativamente en las principales empresas de alimentación y bebidas. Dos de ellas son las que tienen mayor presencia en el mercado mundial.

Una es Starbucks –con 20.000 locales en todo el mundo- que reportó esta semana su segundo trimestre consecutivo de ventas a la baja. Por su lado, McDonald's -38.000 locales en el mundo- informó que sus ventas cayeron un 0,7% en Estados Unidos con respecto al mismo periodo del año anterior.

 Pero la tendencia también afecta a las bebidas alcohólicas: Diageo, fabricante del wisky Johnny Walker y de otras marcas populares, registró su primer descenso de ventas desde el inicio de la pandemia, liderado por un retroceso en Norteamérica.

“No es que los estadounidenses hayan renunciado repentinamente a la comida rápida o se hayan unido a un culto de abstemios. Pero después de varios años de subida de precios, buscamos ofertas donde podemos encontrarlas y derrochamos en las cosas que realmente queremos”, explican los analistas de consumo.

"Los consumidores están dispuestos a gastar, pero no en lo mismo de siempre", afirmó RJ Hottovy, responsable de investigación analítica de la agencia de marketing y analista de consumo Placer.ai. Y están "siendo definitivamente más selectivos con sus compras de comida".

La tendencia es especialmente visible entre las cadenas de restaurantes, como señaló en X Jonathan Maze, redactor jefe de Restaurant Business Magazine.

¿McDonald's? Un 0,7% menos.

¿Starbucks? Un 2% menos.

La gente está diciendo esencialmente "mira, si ya voy a pagar de más por la comida, mejor me siento y obtengo algún servicio de ella".

Esto no es del todo nuevo. Durante años, la diferencia de precios entre las cadenas de restaurantes —desde los tradicionalmente más baratos "restaurantes de servicio rápido" (como McDonald's) hasta los "fast casual" (Chipotle, Sweetgreen) y los "casual dining" (Applebee's)— se ha ido reduciendo.

McDonald's, antaño fiable y barato, subió sus precios, mientras que los restaurantes de comida rápida se han inclinado por el valor y la comodidad.

Una marca no conocida en Argentina, Applebee's, por ejemplo, se dirigió directamente a las hordas de clientes de McDonald's descontentos porque consideraban que la cadena había abusado de su poder para fijar precios. El director general de Dine Brands, la empresa matriz de Applebee's, dijo en una entrevista a CNN: "Puedes conseguir nuestra hamburguesa por un precio más bajo que el de McDonald's": "Puedes conseguir nuestra hamburguesa por US$ 9,99... ¿por qué aceptarías una hamburguesa de US$ 10... que puedes comer en una bolsa en tu coche?".

Chili's –otra cadena estadounidense- hizo aún más explícito su argumento de venta, anunciando la incorporación de una hamburguesa con "el doble de carne de vacuno que un Big Mac" a su menú de valor.

Ahora, McDonald's intenta recuperar a los clientes más pobres y, al mismo tiempo, atraer a los más pudientes que quieren algo nuevo. Para ello, está redoblando la promoción de su menú económico de US$ 5 e introduciendo una hamburguesa "Big Arch" de gama más alta.

“Si nos alejamos del espacio de la comida, todo esto coincide con la tendencia postpandémica de los compradores a darse pequeños lujos y experiencias dignas de Instagram. ¿Cenamos todas las noches comida para llevar? ¿Preparamos café en casa u optamos por una versión más barata de la bodega de la esquina? Por supuesto que sí”, grafican el fenómeno los analistas.

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