Una turista se subió ayer miércoles a la estatua del Baco de Giambologna, en Florencia, la abrazó y adoptó posturas soeces que simulaban un acto sexual, lo que provocó una ola de indignación y crítica hacia los turistas que no respetan el patrimonio cultural de la ciudad, reportan medios locales.
Un transeúnte le tomó fotos a la joven visitante cuando realizaba las poses y las imágenes fueron divulgadas por redes sociales, generando críticas hacia la chica por ofender los bienes culturales locales. Algunos usuarios pidieron prisión para la turista, que habría estado borracha, mientras que otros sugirieron que los viajeros deberían pasar una prueba para comprobar si consideran la fragilidad del acervo cultural de Florencia.
"Este es el resultado de años de intentos de convertir Florencia en Disneylandia", decía una de las críticas.
Patrizia Asproni, presidenta de Confcultura, una asociación que promueve el patrimonio cultural italiano, declaró a los medios de comunicación italianos que estas "repetidas muestras de grosería y barbarie" tienen lugar "porque todo el mundo se siente con derecho a hacer lo que quiera con impunidad".
Asproni pidió que se aplique el "modelo Singapur" para el turismo, con "controles estrictos, multas altísimas y tolerancia cero" para los malos comportamientos.
Como contrapartida, varios medios, así como políticos, defendieron a la joven, sugiriendo que solamente estaba ebria. "Es una transfiguración: cuando el arte es más verdadero que la vida", escribió en su cuenta de X Vittorio Sgarbi, un político italiano, añadiendo que la escena representó "una exaltación amorosa".
Sin embargo, luego aclaró que no quería justificar las acciones de la chica que, según él, "se equivocó, pero sintió irracionalmente el poder del arte como la vida absoluta".
El Baco de Giambologna es una escultura de bronce creada en el siglo XVI y se encuentra protegida en el Museo Nacional del Bargello. A pesar de que la visitante se subió a una copia del original, los florentinos expresan su descontento por el hecho de que los turistas traten los bienes del patrimonio cultural como si fueran objetos de entretenimiento.
Florencia recibe cada año a más de 5 millones de turistas y esto genera también en la población local cierto hartazgo en la población local que está de por sí susceptible a comportamientos como los de la joven de este caso.
Esta ciudad es una de las más famosas de Italia por su arte, arquitectura y gastronomía. La Galería Uffizi, la Galería de la Academia, la Piazza del Duomo y la Piazza della Signoria son algunos de sus sitios más iconográficos.
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