Los animales, ¿tienen sentimientos?
Muchas personas con mascotas no tienen dudas de que sus animales casi que solamente falta que les hablen para expresar el amor que les prodigan. Pero ciencia y creencia sostienen que esto no es así: los “bichitos” no tienen conciencia, solo instinto. ¿Es así?
¿Tiene sentimientos los animales? La ciencia y la teología coinciden en este punto. Entre la blasfemia y la ignorancia, decir eso para estas ramas del conocimiento es una estupidez: definitivamente, no la tienen.
Pero paradójicamente, uno de los mayores científicos que ha dado la humanidad, Charles Darwin, padre de la teoría de la Evolución, los animales sí tienen conciencia. "No existe una diferencia fundamental entre el hombre y los animales en su capacidad de sentir placer y dolor, felicidad y miseria", escribió Darwin.
Y seguramente los ocho de cada diez argentinos -encuesta global de la consultora alemana GFK de 2021- que admiten tener una mascota en sus casas estarán de acuerdo con el bueno de Charles: los dueños de los Bobys, Príncipes, Pochos, Batatas, Tobys, Sultanes, entre otros muchos simpáticos nombres dirán que reciben más amor de los maullidos, ladridos y/o gorjeos que ellos les dan, que de sus vecinos….
Pero bueno. No son opiniones imparciales, mucho menos “científicas”. Pero en respaldo de todos aquellos que se sienten mejor acompañados por un animal que por personas –como la diva francesa de los años 60 acuñó la frase “cuanto más conozco a las personas, más me gustan los animales”- comienzan a surgir voces científicas que creen que, efectivamente, los animales tienen sentimientos…
Gorilas "cariñosos"
Ya en los años 80s trascendió el trabajo de la primatóloga (investigadora de primates, nuestros “primos”, según Darwin) Dian Fossey que se fue a vivir al medio de la selva en Ruanda y Congo. Años de observación la llevaron a concluir que los gorilas son criaturas sorprendentemente “inteligentes y sociales”. Luego se demostró que experimentan una amplia gama de emociones.
Al igual que los humanos, los gorilas pueden sentir alegría, tristeza, miedo y afecto. Forman fuertes lazos familiares y cuidan a sus crías con cariño. Además, se comunican a través de gestos, vocalizaciones y expresiones faciales, escribió en su notas científicas, Fossey cuya vida –terminada de modo cruento por cazadores furtivos de fauna que ella defendía- fue retratada en la película “Gorilas en la niebla”, en base el libro del mismo nombre que ella publicó en 1983.
Distintos etólogos (especialistas en comportamiento animal) luego recopilarían largas pruebas de “inteligencia animal” en el uso de herramientas. Los chimpancés, por ejemplo, son conocidos por usar palos y ramas para atrapar termitas o sacar hormigas de sus nidos y comerlas. También pueden usar piedras para romper nueces.
Los cuervos también han demostrado habilidades sorprendentes con herramientas: pueden doblar alambres para obtener comida o usar objetos pesados para alcanzar alimentos inaccesibles.
Algunos delfines usan esponjas marinas como protección al buscar comida en el fondo del océano. Los colocan en sus hocicos para evitar rasparse. Y las nutrias marinas Utilizan piedras para abrir ostras o almejas y acceder a los deliciosos mariscos en su interior.
En resumen, la capacidad de usar herramientas no es exclusiva de los humanos y es un testimonio de la inteligencia y adaptabilidad de muchas especies en nuestro planeta. ¿Pero es signo de “conciencia”? Hasta ahora todo eso se atribuyó a algo difuso como “el instinto”…
"Tenemos investigadores de diferentes campos que empiezan a atreverse a hacer preguntas sobre la conciencia animal y a pensar explícitamente en cómo su investigación podría ser relevante para esas preguntas", afirma el profesor Jonathan Birch de la London School of Economics.
Abejas “juguetonas”
Uno de esos investigadores es el profesor Lars Chittka de la Universidad Queen Mary de Londres que ha trabajado en muchos de los principales estudios sobre la inteligencia de las abejas. Ahora sabemos que las abejas pueden contar, reconocer rostros humanos y aprender a utilizar herramientas.
"Si las abejas son tan inteligentes, tal vez puedan pensar y sentir algo que sea la base de la conciencia", afirma. Los experimentos del profesor Chittka demostraron que las abejas modificaban su comportamiento después de un incidente traumático y parecían capaces de jugar, haciendo rodar pequeñas bolas de madera, una actividad que, según él, parecían disfrutar.
"Dada toda la evidencia que hay sobre la mesa, es muy probable que las abejas tengan conciencia", concluyó Chittka, que es uno de los científicos más influyentes y respetados en la investigación con animales.
Pero esto que se verifica en criaturas más simples como las abejas, también posiblemente se perciba en las serpientes, los pulpos, los cangrejos y posiblemente incluso las moscas de la fruta. Y claro –como se explicó más arriba- aplica a los llamados animales superiores, como los simios y los delfines, que han alcanzado un estado de desarrollo más avanzado que otros animales.
¿Canción o conciencia animal?
Lo que se ha descubierto puede no ser una prueba concluyente de la conciencia animal, pero en conjunto, es suficiente para sugerir que existe "una posibilidad realista" de que los animales sean capaces de tener conciencia, indica Birch.
Más allá de las polémicas y con estas consideraciones científicas en la mano, muchos coinciden en que ha llegado el momento de reevaluar nuestra idea sobre la conciencia animal (Atención: no confundir con la “Canción Animal” de Soda Stereo). Este grupo de científicos busca financiación para hacer nuevas investigaciones y determinar si los animales son conscientes y, de ser así, en qué medida.
El preconcepto de que no lo son –al menos, en la cosmovisión científica- viene a partir de la máxima del filósofo francés René Descartes, quien dijo: "Pienso, luego existo". Y añadió: "El lenguaje es el único signo cierto del pensamiento escondido en un cuerpo", añadió. ¿Cómo se expresa esa conciencia? Con el lenguaje… Cómo los animales no hablan –o no conocemos su lenguaje- se da por hecho que no piensan…}
Pero muchos científicos empiezan a dejar de lado esa cosmovisión antropocéntrica y abren la puerta a la posibilidad de la conciencia animal. Pero… ¿Para qué tantos estudios? Si desde siempre se sabe que el perro es el mejor amigo del hombre….