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Cazzu: del trap al papel con una revolución feminista con ritmo y furia
MÚSICA

Cazzu: del trap al papel con una revolución feminista con ritmo y furia

La artista argentina, apodada “la jefa”, explora esa tensión con lucidez y crudeza.

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Julieta Emilia Cazzuchelli (Jujuy, 31 años), conocida como Cazzu, no solo es pionera del trap latinoamericano: ahora también irrumpe en el mundo editorial con la misma fuerza con la que conquistó la música. Su libro Perreo, una revolución (Penguin Random House, 2025) es un manifiesto personal y político que responde a una pregunta que la persiguió durante años: “¿Se puede ser feminista y reguetonera al mismo tiempo?”

La artista argentina, apodada “la jefa”, explora esa tensión con lucidez y crudeza. “Cuando una mujer capitaliza sus desgracias, compone un acto de justicia”, escribe en las primeras páginas. Y eso hizo: convirtió rupturas, críticas y estigmas en canciones y ahora en un libro que incomoda, interpela y empodera.

Una voz que incomoda y transforma

Cazzu habla del reguetón como un espacio de resistencia. “El reguetón incomoda a los conservadores porque propone otra mujer: una perra desinhibida que controla su cuerpo, sus decisiones y su sexualidad”, afirma. En sus letras, la mujer no es objeto, sino protagonista. Y lo más revelador: no hay héroes ni salvadores. Todo sucede porque ellas lo deciden.

En Perreo, una revolución, Cazzu analiza cómo a las mujeres se les cuestiona el derecho a narrar experiencias sexuales o de “maleanteo”, mientras que a los hombres se les celebra por lo mismo. “¿Por qué la libertad de vender historias sexuales en la música solo les pertenece a ellos?”, se pregunta.

El libro también recorre canciones icónicas del reguetón y reflexiona sobre el consentimiento como eje central. En la mayoría de las letras, la voluntad femenina está presente, aunque muchas veces ignorada por quienes critican el género.

Influencias, diálogos y referentes

Para construir su obra, Cazzu se apoyó en conversaciones con artistas como Noriel, Ñengo Flow, Tokischa, Anitta e Ivy Queen. También cita libros que la marcaron: El síndrome de la impostora de Elisabeth Cadoche y Anne de Montarlot, Ñamérica de Martín Caparrós, Teoría King Kong de Virginie Despentes, y el cuento El empapelado amarillo de Charlotte Perkins.

Estas referencias le permiten tejer una narrativa que va más allá de la música: es una reflexión sobre el lugar de las mujeres en espacios históricamente dominados por hombres, y sobre cómo transformar la furia en arte.

Fama, ruptura y renacimiento

Durante la presentación del libro en Ciudad de México, Cazzu se mostró serena pero firme. “De todas las mierdas que me han pasado, escribí un libro y algunas canciones”, dijo ante una sala llena de periodistas. Tras una ruptura mediática y el nacimiento de su hija, la artista reflexiona sobre cómo habitar el espacio público con respeto y estrategia: “Me sirvo del deseo de los otros de oírme hablar para filtrar mis monstruosidades. Como una loca que pone una bomba con la voz más dulce”.

Reconoce que la fama le llegó de forma intempestiva, pero que todo lo vivido la preparó para este nuevo inicio. “La primera decisión que tomé fue el silencio. Pensar qué iba a hacer cuando me hicieran preguntas que desataran cosas que hace tiempo no se desataban”, cuenta.

Latinaje: éxito y poder femenino

En julio, su canción Con otra, parte del disco Latinaje, se convirtió en la más reproducida por una artista femenina en 2025, superando a Abracadabra de Lady Gaga. La cumbia, género al que regresa con fuerza, le permite contar historias de infidelidad, advertencia y superación desde una voz femenina poderosa.

La crítica celebra Latinaje como una obra madura, que consolida a Cazzu como una figura clave en la música latinoamericana. Sus fanáticos se multiplican y su influencia crece más allá de los géneros que transita.

Un matriarcado como raíz

Al final de la charla, Cazzu habla de su madre, su abuela y sus tías como su “matriarcado favorito”. Mujeres que enfrentaron la violencia sin miedo y que le enseñaron que la valentía no se explica, se hereda. “Con una mamá así, que si el opresor llegaba a la puerta salía a poner el cuerpo, no hay más que explicar de dónde sale la valentía”, concluye.

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