Sara Facio, emblema de la fotografía de autor y quien con su lente retrara a figuras como Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Alejandra Pizarnik y, entre otras, a quien fuera su pareja María Elena Walsh, falleció ayer los 92 años.
Además de fotógrafa, Facio fue fotoperiodista, gestora cultural, editora, curadora, impulsora de la fotografía de autor y promotora de su entrada en la colección del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). También fue impulsora de la Fotogalería del San Martín.
Había nacido el 18 de abril de 1932, en San Isidro. En 1953 se graduó en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Dos años después recibió una beca del Gobierno de Francia para estudiar historia del arte y viajó, con su amiga Alicia D’Amico -otra futura gran fotógrafa- para ver museos, obras y producir un libro de la historia del arte. En ese viaje ambas adquirieron sus primeras cámaras fotográficas y empezaron a tomar fotos como pasatiempo. En su regreso a Buenos Aires, el padre de su amiga Alicia, fotógrafo profesional, descubrió el talento de ambas y las incentivó a interiorizarse en ese arte.
Facio trabajó por el reconocimiento de la fotografía como arte, logrando, junto con otros colegas, su merecido lugar en museos y galerías, así como condiciones laborales de la profesión.
Acompañada por Annemarie Heinrich, como su tutora, se introdujo en el fotoperiodismo, disciplina a la que se dedicó durante muchos años. Con ayuda del Fondo Nacional de las Artes obtuvo su primera cámara fotográfica profesional.
En 1968 se editó Buenos Aires, Buenos Aires, el primer libro de fotos firmado por Facio y Heinrich, con texto de Julio Cortázar. En 1976 llegó Humanario, en el que publicó una serie de fotos de institutos psiquiátricos, nuevamente con textos de Cortázar. En estas publicaciones, ambas fotógrafas se propusieron captar la vida en la ciudad, aun mostrando su peor cara. Es también autora de un libro sobre la historia de su disciplina: La fotografía en la Argentina: desde 1840 a nuestros días.
Sara Facio se destacó por la serie de retratos emblemáticos realizados a artistas, escritores, músicos, deportistas y otras personalidades de la cultura en Argentina y Latinoamérica, como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, María Elena Walsh, Ernesto Sábato, Astor Piazzolla, Pablo Neruda, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, Doris Lessing y Federico Leloir, entre otros.
En 1979 fundó, junto a colegas como Alicia D’Amico, Eduardo Comesaña, Andy Goldstein, Annemarie Heinrich, María Cristina Orive y Juan Travnik, el Consejo Argentino de Fotografía, con el objetivo de difundir y estudiar la fotografía nacional y abrir diálogos con la producción internacional. En 1973, junto con María Cristina Orive, creó La Azotea, una editorial fotográfica dedicada exclusivamente a la producción y difusión del arte fotográfico.
Sara Facio donó el 25 por ciento de las fotografías de su archivo personal al patrimonio fotográfico del Museo Nacional de Bellas Artes. Su biblioteca personal fue constituida durante sesenta años, en los que trabó vínculos con artistas e instituciones de todo el mundo, a partir de su actividad como fotógrafa, editora y gestora cultural. Está formada por más de mil volúmenes dedicados a la historia del medio, colecciones especializadas y ensayos fotográficos.
Desde su creación hasta 2012, la artista estuvo a cargo de gestionar el crecimiento de este acervo y fue curadora de distintas exhibiciones temporarias con este patrimonio, tanto en el Bellas Artes como en otros espacios.
En 2018 expuso en el MALBA una de sus últimas grandes series: “Sara Facio. Perón” en la que mostraba, por primera vez, un registro personal de 115 imágenes -en su mayoría inéditas- sobre dos años claves del peronismo, de 1972 a 1974.
Curada por el platense Ataúlfo Peréz Aznar, la exposición abarcó los 591 días que van desde el 17 de noviembre de 1972 -el regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina tras su exilio en Madrid hasta el 1° de julio de 1974, día de su muerte-. Se incluyeron, además, documentos, diarios de la época y contactos de las fotografías que Facio guardó durante décadas.
Festejos en el Obelisco, jóvenes agitando banderas, la asunción de Héctor Cámpora, gente acercándose al palco en Ezeiza, Montoneros esperando en la plaza y un hombre sentado en el cordón de la vereda con un diario que anuncia la muerte de Perón son algunas de las míticas fotos que mostró.
Según dijo en ese entonces, “los años del peronismo marcaron mi vida”: “Siempre consideré que este era un registro profesional, con excepción de una serie de fotos del día de la muerte de Perón. Cuando me enteré de su muerte, salí corriendo hacia Plaza de Mayo, antes de que me pidieran las fotos y, a la noche, me llamó todo el mundo. Esas fotos las saqué con mucha emoción porque me contagió el sufrimiento de la gente, muchos eran colegas. Una de esas fotos se hizo bastante conocida: ‘Los muchachos peronistas’.
En la actualidad, dirigía la Fundación María Elena Walsh, quien fue su pareja durante décadas. La noticia de su muerte fue confirmada por Graciela García Romero, encargada de su archivo personal.
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