La cantante francesa Françoise Hardy, fallecida ayer a los 80 años de edad, fue un ícono de los años 1960 sin quererlo, una artista que hizo de la discreción su escudo y de la melancolía su estilo musical.
Su hijo Thomas Dutronc dio a conocer en redes el fallecimiento de la artista, quien fue diagnosticada con un primer cáncer en 2004.
“Cantar no era algo natural para mí”, reconoció tiempo atrás la popular estrella que, sin embargo, tuvo varios éxitos, siendo el mayor “Tous les garçons et les filles”, una canción que interpretó con apenas 18 años (1962).
El impacto enorme de esa canción en toda una generación de jóvenes franceses pudo encasillarla como ídolo yeyé, pero Hardy supo cultivar otros terrenos musicales, sin perder popularidad.
Nacida en 1944 en un barrio popular de París, hija de una madre soltera, obtuvo su primera guitarra a los 16 años y cursó estudios en un pequeño conservatorio de música.
Logró hacerse notar en el bullicioso mundo musical parisino de principios de los años 1960, donde estrellas nacientes como Johnny Halliday (vecino de barrio) se trazaban un destino a la sombra del rock and roll anglosajón. En 1964 interpretó “Mon amie la rose”, otro gran éxito. Y en 1968 repitió el suceso con una versión de “Comment te dire adieu”, de Serge Gainsbourg.
Françoise Hardy fue también un icono de la moda. Su físico andrógino y su discreción marcaban distancias con estrellas exuberantes como Brigitte Bardot.
Tenía el pelo largo, flequillo y lucía a la perfección los futuristas vestidos metálicos del costurero Paco Rabanne. Logró convertirse en modelo de revistas como Paris Match. El famoso fotógrafo estadounidense William Klein la inmortalizó en blanco y negro.
“Cuando Mick Jagger dijo que yo representaba su ideal femenino, ¡oh, là, là... Esta frase acabó con mi imagen de joven ingenua con un físico poco agraciado”, comentó en una ocasión.
SIN QUERER...
Su gran historia de amor se llamó Jacques Dutronc, otra de las estrellas de esa generación rebelde. Juntos tuvieron a su hijo Thomas, que también se convirtió en cantante. Dutronc le fue infiel (entre otras, con la actriz Romy Schneider) y la pareja se acabó separando, aunque vivieron en el mismo edificio.
Esa experiencia agridulce impregnó toda su obra. Compuso, en ese marco, “Mensaje personal” en 1973, de nuevo un gran éxito. Como otras estrellas francesas, Hardy aprovechará su popularidad internacional para atreverse con otras lenguas. En inglés sacará dos canciones en 1970: “El teléfono corté” y “Sol”, de escaso éxito. Al año siguiente lanza el álbum “La question”, realizado en colaboración con el guitarrista brasileño Tuca.
“Durante toda mi vida busqué melodías bellas. Escucharlas me lleva al éxtasis”, explicó Hardy en una entrevista con la AFP en 2018.
La artista pondría fin a su carrera musical en 1988, aunque en los años 2000 vuelve a retomarla, apoyada por estrellas de su generación.
Aficionada a la astrología, le fue detectado un primer cáncer en 2004. “La muerte solo afecta al cuerpo. Al morir, el cuerpo libera el alma. Pero de todas formas la muerte del cuerpo es una prueba considerable, y le tengo miedo, como todo el mundo”, confesó en 2018.
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