A los 102 años, murió Christiane Dosne Pasqualini
Nació en Francia, se mudó a Canadá y luego a Argentina. Se destacó en el Conicet y en la Academia Nacional de Medicina. La historia de una pionera de la ciencia nacional.
A los 102 años murió Christiane Dosne de Pasqualini, investigadora científica y pionera en el estudio de las hormonas del estrés. Fue la primera mujer en ser incorporada como miembro de la Academia Nacional de Medicina en la Argentina. El biodrama musical Christiane estuvo inspirado en su vida.
Dosne de Pasqualini nació en París en 1920. Junto a sus tres hermanos, creció en un clima de cariño y optimismo. En su casa había una consigna: “Hay que ser alegre”.
Su padre era ingeniero y cuando le contaba sobre las clases de Marie Curie, a las que había asistido en la Sorbona, le provocaba “una extraña fascinación”. En sus primeros pasos hacia lo desconocido, tuvo que cambiarse de colegio, porque las monjas no enseñaban ciencia a las mujeres en esa época.
Con su familia Dosne de Pasqualini se fue a Canadá en 1926. Fue voluntaria un año antes de graduarse: trabajaba ad honorem durante sus vacaciones de 1938 en el laboratorio del Ottawa General Hospitaly. Después del doctorado siguió trabajando con un pionero en el estudio del estrés, Hans Selye. Este mentor le dijo un día: “Si quiere hacer investigación, cuánto antes la conozcan mejor”.
Poco después le notificaron a la joven doctora que había ganado una beca para ir a Buenos Aires. Eran los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Entusiasmada con la noticia, corrió al escritorio de Selye a contarle la novedad, según ella misma describe en “Quise lo que hice, autobiografía de una investigadora científica”. Estudiar un año en Argentina sería definitorio en su vida profesional y personal.
En pleno conflicto bélico, Christiane viajó durante un mes en barco y tren para llegar a Argentina. Durante el año que trabajó como becaria de Houssay, vivió en una pensión, aprendió el lunfardo, quizo ver un partido de Boca-River y aprendió las costumbres argentinas.
Tan sólo unos meses después de llegar, le escribía a su madre contándole que había encontrado en Argentina “el ambiente latino de su casa paterna junto a la alegría de vivir, que no existía en el anglosajón”. Eso incluía el ritmo de trabajo en el laboratorio, donde se apropió del “entusiasmo contagioso” que se respiraba a tiempo completo.
Adquirió la nacionalidad argentina y comenzó a trabajar en el campo de la medicina experimental en leucemia. En 1944, se casó con el médico endocrinólogo e investigador Rodolfo Pasqualini con quien compartió su pasión por la investigación científica. Juntos realizaron importantes contribuciones al campo de la medicina y la biología molecular y formaron parte de la comunidad científica nacional.
La pareja hizo un acuerdo: ella le pidió que el matrimonio nunca trabara su trabajo. Él pidió que Argentina fuera su país de residencia permanente. “Casarse y tener hijos, puede perfectamente conciliarse con el desarrollo normal de una carrera, con la colaboración incondicional de su esposo y sus hijos, colaboración con la que siempre pude contar”, afirmó.
Tuvieron cinco hijos Diana y Titania, Rodolfo Sergio -que hoy dirige el Instituto Halitus y se ha especializado en reproducción y fertilidad-, Enrique Emilio y Héctor.
Dosne de Pasqualini pasó a ocupar un asiento en la Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires en el año 1991. Con orientación en hematología, había fundado la Sección de Leucemia Experimental dentro del Instituto de Investigaciones Hematológicas de la Academia.
Fue Investigadora del Conicet desde 1963 y Emérita desde 2002. Fue promovida a la categoría Principal de la Carrera de Investigador en 1973, año en el que también fue nombrada como presidenta de la Sociedad Argentina de Inmunología (SAI).
Además, fue miembro del comité de la Revista Medicina y ganó innumerables reconocimientos, como el Premio Konex en 1993 y el Premio UNIFEM-NOEL en 1995. Este último galardón fue obtenido junto a la Madre Teresa de Calcuta.
A lo largo de su extensa carrera, Dosne de Pasqualini publicó más de trescientos trabajos en torno al origen de las células cancerosas y el comportamiento del sistema inmune durante el crecimiento tumoral.
La familia se expresó a través de Sergio Pasqualini: “Elevamos este mensaje y recordaremos siempre su persona, ejemplo de humildad, responsabilidad y dedicación que se transmitirá por siempre de generación en generación”, dijo un comunicado de Halitus.