La provincia de Buenos Aires enfrenta una fuerte crisis debido a las severas inundaciones que han dejado bajo el agua más de cinco millones de hectáreas, con pérdidas económicas que se acercan a los 2.400 millones de dólares.
Ante la magnitud del desastre, el Gobierno de Axel Kicillof ha elevado un pedido a la administración nacional para que destrabe y ejecute de manera inmediata los fondos destinados a la crucial Etapa IV del Plan Maestro de la Cuenca del Río Salado.
El ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, cargó contra la Casa Rosada este lunes, señalando que la paralización de la obra es una cuestión de voluntad política y no de recursos. “El dinero para el dragado está disponible, lo que no hay es decisión política”, enfatizó Bianco, sugiriendo públicamente al Gobierno de Javier Milei que recurra a fondos subejecutados como el Fideicomiso de Infraestructura Hídrica o los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
Durante una conferencia de prensa, el funcionario bonaerense explicó que la obra del río Salado, fundamental para el drenaje de la Región, se desarrolló de forma continua durante más de dos décadas. Sin embargo, denunció que la asunción de la nueva gestión nacional en diciembre de 2023 coincidió con la interrupción de los trabajos correspondientes a la Etapa 2 del Tramo IV.
"La descontinuación en diciembre de 2023 generó un embudo hidráulico que impide el correcto escurrimiento del agua", afirmó Bianco, vinculando directamente la paralización a la profundización de los anegamientos actuales.
Esta situación impacta directamente en una zona que es el motor productivo de la Provincia. La Cuenca del Salado abarca 59 municipios y concentra cerca del 75% del stock vacuno bonaerense (el 28% del total nacional) y produce entre el 60% y 70% de los granos de la Provincia. Los 33 kilómetros de dragado pendientes bajo responsabilidad de Nación permitirían, según el ministro, recuperar aproximadamente tres millones de hectáreas productivas actualmente inutilizadas.
Especulaciones y responsabilidades
Bianco aclaró que si bien existe una Etapa V de la obra, los fondos para esa fase ya están comprometidos por la Provincia a través de un organismo internacional. No obstante, la continuidad de este tramo provincial depende ineludiblemente de que Nación complete la parte que le corresponde.
En un reciente eco de la disputa, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, había asegurado desde 9 de Julio que la administración nacional reactivaría las obras. Bianco recogió el guante, recordando que "la Etapa 4 fue iniciada en septiembre por el Gobierno nacional" y manifestando la esperanza de que se cumpla el plazo de finalización de un año mencionado por la funcionaria.
Mientras el Gobierno bonaerense despliega una serie de medidas de asistencia directa, que incluyen la declaración de emergencia agropecuaria en más de 30 distritos, beneficios fiscales de ARBA, y el refuerzo de fondos de emergencia, la queja central persiste: “Mientras la Provincia trabaja y asiste, la Nación mantiene paralizados los recursos”. El eje del reclamo es claro: la decisión de destrabar la obra del Salado es la clave para mitigar una crisis que afecta a más de 1,5 millones de bonaerenses y pone en jaque una porción vital de la producción agropecuaria argentina.
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