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Continúan los tironeos entre Cristina y Kicillof
PROVINCIALES

Continúan los tironeos entre Cristina y Kicillof

Ahora la discusión pasa por el cronograma electoral bonaerense.

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Después de la euforia de la capitulación de Cristina Fernández de Kirchner ante la exigencia de Axel Kicillof sobre el cronograma electoral elegido para la provincia de Buenos Aires, empezó a aparecer la letra chica del contrato que todavía los une bajo la supuesta necesidad de unidad política entre todos los sectores que componen Unión por la Patria.

El gobernador provincial pretendía modificar los tiempos electorales para evitar que, en la primera elección que debía organizar el Estado bonaerense, hubiera un poco más de distancia entre la fecha prevista para la presentación de candidatos, la consiguiente impresión de las listas y la elección en sí.

Sin embargo, tras aprobar la suspensión de las Primarias en la provincia de Buenos Aires, el kirchnerismo trabó el cambio de las fechas expresadas en el proyecto de Kicillof y se apegaron a las preexistentes desde 1950, la última vez que el gobernador había organizado las elecciones de manera independiente del Gobierno nacional.

El jefe de Estado provincial en su proyecto de suspensión de las PASO también proponía anticipar un mes todos los tiempos procesales que demanda la elección, desde la oficialización de las alianzas electorales, la presentación de listas de candidatos y la impresión de las listas. Su propuesta iniciaba el calendario electoral el 19 de junio para tener más tiempo entre la conformación de las sociedades políticas, el armado de las listas, su posterior impresión y la fecha de elecciones, que no cambiaba del original decreto que dispuso el 7 de septiembre. 19 de junio, 19 de julio, 19 de agosto y 7 de septiembre era la propuesta oficial.

Lo que terminó sucediendo, por presión del kirchnerismo y la aceptación de los restantes bloques legislativos, es que las alianzas debían oficializarse el 8 de julio. Cuarenta días después, el 18 de agosto, la presentación de las boletas y, veinte días después, la elección. La distancia entre la oficialización de los candidatos, el color y la marca de esas alianzas con la elección en sí es lo más complicado, por cuanto se dificulta la impresión y el traslado de las boletas en la extensión provincial.

Sobre el color puede haber una sorpresa y, por una cuestión de "costos", obviar el tema e imprimir boletas blanco y negro. Como antes del mundial del '78 y la televisión argentina, se elimina el color. Tampoco serían obligatorias las fotos de los candidatos. Todo apunta a que la gente deba leer a quién vota y no guiarse por colores o rostros. La última vez que se votó sin ninguna otra ornamentación que los números y la sigla fue en 2009, antes de la creación de las PASO, justamente el sistema electoral que ahora se suspende. 

Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, al igual que la mayoría de los otros bloques mayoritarios, no aceptaron los cambios del gobernador y, con los plazos previstos con la ley vigente del siglo pasado, emparejan las fechas del cierre de listas nacionales con las provinciales. Uno será el 8 de agosto y la nacional, el 17; mientras que las elecciones se realizarán el 7 de septiembre en el caso provincial y el 26 de octubre a nivel país.

“No estábamos para empezar a discutir las fechas… Cada uno iba a pedir lo que más le convenía y así tampoco salía la suspensión… Entonces, agarramos el único antecedente que teníamos y fuimos para adelante”, explicó un senador que participó desde un inicio en las deliberaciones sobre el proyecto que terminó siendo aprobado.

“El gobernador tuvo una gran semana. Ganó todas las discusiones que dio. Pero a nosotros nadie nos habló de nada. Nos mandaron un proyecto y pidieron que lo aprobemos, pero nadie del gabinete se acercó a preguntarnos si nos parecía correcto o no, qué veíamos sobre las fechas o la propia suspensión… Nada. Entonces, expusimos nuestras condiciones”, explicó, terminante, un especialista en la negociación política.

Al final del día, cuando casi todos ya habían abandonado la Casa, se dio a conocer la novedad de que un grupo de senadores había presentado un proyecto de ley para insistir con las reelecciones para cargos legislativos, senadores, diputados, concejales y consejeros escolares. Dejaron fuera de esa posibilidad a los intendentes. ¿El motivo? Lo que se elije ahora, en 2025, son esos cargos, y hay varios legisladores que son vitales para el desenvolvimiento del bloque oficialista, como Luis Vivona de Malvinas Argentinas.

Los intendentes no quedaron afuera del proyecto porque quienes presentaron el tema no quisieran beneficiarlos. La idea es que, el año que viene, bajo el mismo pretexto que ahora les habilitarían a los senadores y diputados, los jefes comunales también puedan pedir lo mismo.

La discusión sobre la fecha electoral y la forma en que se realizarán los comicios empezó hace algunas semanas, cuando se sentaron las autoridades judiciales y las provinciales. En la ocasión, los funcionarios que están bajo las órdenes de Alejo Ramos Padilla, el juez federal electoral responsable, hicieron varias preguntas y se mostraron bastante predispuestos para encarar el proceso electoral que a principio de año pretendían evitar. No obstante, se quedaron sorprendidos por cierta inexperiencia mostrada para argumentar algunos aspectos de la convocatoria para el próximo 7 de septiembre.

“¿Usted sabe que, si ustedes no presentan todo como corresponde, cualquier apelación yo la debo aceptar y podemos quedarnos sin elecciones?”, le recriminó de manera didáctica, pero contundente, el juez a una funcionaria técnica bonaerense.

Las relaciones entre los representantes de la expresidenta y el gobernador siguen tan distantes como en los últimos tiempos. La desconfianza es extrema y en cada oportunidad sale con toda intensidad. La idea de una lista de unidad es muy factible solo porque “la mayoría tiene miedo a perder”, reconoció hoy un funcionario bonaerense.

Por otra parte, Cristina continúa con sus recriminaciones a Milei. “Así que bajá a Tierra, hermano -pidió la expresidenta-, que acá abajo está todo muy mal después de la devaluación y tu acuerdo con el FMI. Como siempre, se profundizó la disparada de la inflación, la remarcación de precios no para y la gente está cada vez peor”, disparó.

Luego, CFK afirmó que este es el “tercer turno del Carry Trade”, ya que el primero habría sido financiado con la “brutal devaluación” de 2023, y el segundo “con los 23.000 millones de dólares que te entraron con el blanqueo”.

En la primera posdata del posteo, Cristina le dijo al presidente que “no parás de acumular millas para ser el Cipayo de Oro. Cuando te escuché darle la razón a Trump y su estúpida guerra comercial contra el mundo”, remarcó. Y agregó: “Pero me sirvió para entender clarito la grosería del presidente de EE.UU., cuando dijo “Me llaman para besarme el culo”.

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