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La interna radical se mete en el debate por el Presupuesto bonaerense
BLOQUES DIVIDIDOS, POSTURAS DISTINTAS

La interna radical se mete en el debate por el Presupuesto bonaerense

Mientras que un bando se muestra más colaboracionista con el proyecto de Kicillof, el otro es intransigente.

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El debate por el Presupuesto bonaerense exhibió las grietas profundas que existen en el peronismo. Legisladores del PJ sumados a camporistas dieron vuelta como una media el proyecto que había enviado Axel Kicillof a la Legislatura. Finalmente el debate se frustró y no hay certezas respecto de si podrá reflotarse.

Sin embargo, no fueron las únicas rispideces que asomaron en medio de tanta polémica. El radicalismo también mostró sus propias fisuras que llevan largos meses con división de bloque incluida en la Cámara de Diputados, y que por un lado encuentra a un sector en una postura más intransigente respecto del proyecto del Gobernador y otro con una posición más colaboracionista.

La UCR está partida en dos. Por un lado está el bloque que lidera Diego Garciarena, identificado con el senador nacional Maximiliano Abad. Del otro lado del mostrador aparece la bancada que conduce el platense Claudio Frangul, integrada por diputados que responden a Facundo Manes y Martín Lousteau.

El bloque de Frangul firmó el despacho para que se trate el Presupuesto. El de Garciarena reclamó varios cambios, algunos de los cuales no pasaron el filtro del Ejecutivo. No sólo eso: planteó que debían ponerse en discusión los cargos vacantes que existen en la Suprema Corte. Uno de ellos es ambicionado por los radicales abadistas desde hace largos meses.

Ese planteo también fue rechazado por el Gobernador, que no quiere saber nada con abrir esa discusión en un contexto en el que debería ceder al menos dos de las otras tres vacantes a Cristina Kirchner y Sergio Massa. Con la ex presidenta, cabe acotar, el diálogo sigue cortado.

El bloque de Garciarena tiene un poder de fuego mayor que el de Frangul. Como mantiene un acuerdo táctico con el PRO y la Coalición Cívica, son la llave para que se vote el capítulo del endeudamiento que reclama Kicillof y que está incluido en el Presupuesto. Sin esas bancadas, el PJ no puede reunir los dos tercios necesarios para esa aprobación.

Esa división radical marca la pelea interna que se dio por la conducción del Comité Provincia que sigue judicializada. El sector de Abad postuló a Miguel Fernández, quien virtualmente ejerce el cargo. Del otro lado apareció el nombre de Pablo Domenichini, diputado del sector de Lousteau. Domenichini fue quien estampó la firma para que el proyecto de Kicillof llegara al recinto.

En las últimas horas esa pelea volvió a quedar expuesta en un comunicado difundido por el bloque de Frangul donde critica sin nombrarlo al esquema de Garciarena y busca tender un puente con el Ejecutivo en respaldo a los intendentes radicales, inquietos porque no tienen fondos asegurados.

“Entendemos que la falta de un Presupuesto y una ley Impositiva no solo generaría un manejo discrecional de los recursos públicos, sino que también afectaría directamente a los municipios, dejándolos sin los fondos necesarios para infraestructura, servicios esenciales y acceso a créditos para maquinarias y obras”, sostuvo la bancada que conduce Frangul.

Luego, recordó que “hemos planteado nuestras prioridades con absoluta claridad: garantizar un Fondo de Inversión Municipal actualizado, que permita a los intendentes continuar desarrollando obras e infraestructura local. Exigir la continuidad de obras viales y de infraestructura, especialmente en las rutas provinciales. Promover la aprobación de nuestro proyecto de reforma integral de IOMA, orientado a brindar soluciones definitivas a los bonaerenses y limitar las actualizaciones desmedidas en los impuestos provinciales, asegurando beneficios como el régimen de buen contribuyente”.

Y después, apuntó al reclamo del otro sector radical por quedarse con un cargo en la Corte. “Nuestro bloque tiene una posición clara: no participaremos en prácticas de la vieja política. No buscamos beneficios personales ni prebendas que vayan en detrimento de los intereses de los bonaerenses”.

En el medio, hay especulaciones de todo tipo. Hay quienes hablan de la buena sintonía entre el sector de Lousteau y Kicillof. De hecho, la Universidad Almirante Brown que preside Domenichini, tiene fondos incluidos en el Presupuesto que sigue sin salir. En fuentes radicales se menciona la posibilidad de un eventual entendimiento electoral entre el senador nacional y el Gobernador si Kicillof termina rompiendo con Cristina Kirchner.

Esas especulaciones llegan al campamento de Abad también con tinte electoral. Hay sectores que hablan de una buena sintonía con la Casa Rosada.

De una u otra forma, el debate por el Presupuesto volvió a dejar a los radicales bonaerenses en veredas opuestas.

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