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Axel Kicillof y el equilibrio de tensar sin romper
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Axel Kicillof y el equilibrio de tensar sin romper

El gobernador se encuentra dentro de un dilema en la interna del PJ.

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Axel Kicillof se encuentra sumergido en estos días en un estado psicológico profundo de revelación y crisis, que se asemeja a un proceso de duelo, luego de resistir los intentos de subordinación política de La Cámpora y de quien fuera su mentora durante más de una década, la expresidenta Cristina Kirchner.

La decisión de no apoyarla en su carrera a la presidencia del Partido Justicialista lo pone al Gobernador bonaerense en un punto de no retorno en el vínculo de confianza con quien fuera su jefa política. Ahora debe definir hasta qué punto tensar la cuerda para afirmar su autoridad y construir su propio camino, sabiendo que pasarse de largo puede ser letal para sus aspiraciones presidenciales.

"La línea entre tensar y no romper es muy fina. Axel tiene que manejar ese equilibrio y medir sus respuestas a los ataques y provocaciones de La Cámpora. Creo que lo viene manejando bien. No le conviene romper porque el núcleo duro de su electorado es el mismo que el de Cristina y sería contraproducente", analizó uno de los pocos diputados nacionales que en la interna entre Kicillof y el Instituto Patria, tira para La Plata.

El dirigente aseguró que "el trasvasamiento en parte ya se hizo" a favor del mandatario bonaerense, y que "hay una falla de lectura de quienes se niegan a verlo y siguen aferrados a escenarios antiguos. Quieren que Axel se someta para que, una vez castrado, ahí sí le den el respaldo. El problema de eso es que la lógica del poder delegado o tutelado no va más. Fracasó con Alberto Fernández".

Los gestos de independentismo del gobernador bonaerense, que luego de asegurarse la reelección empezó a construir un polo de poder propio alejado de La Cámpora, alteró a Máximo Kirchner, que lo sintió como una amenaza al liderazgo de su madre. Es por eso que durante meses los coroneles camporistas se dedicaron a esmerilar públicamente al gobernador.

Para ellos, la construcción política propia de Kicillof no solo desconoce la conducción de Cristina Kirchner sino que busca reemplazarla, poniendo en peligro los privilegios que siempre gozaron en cada cierre de listas. En algún punto, la ex jefa de Estado terminó por creer esta teoría y se olvidó de que había sido ella quien en diciembre del 2022 había convocado a otros dirigentes "nacionales y populares" a empuñar el "bastón de mariscal". Así fue que la anfitriona del Instituto Patria tomó la decisión de postularse como candidata a presidir el PJ, carrera en la que ya estaba lanzado desde meses antes el gobernador riojano, Ricardo Quintela.

Con "La Jefa" presidiendo el PJ, entienden en La Cámpora, se termina el debate por la conducción del movimiento y la lapicera para la confección de las listas seguirá en manos de su "propietaria natural", a salvo de la supuesta codicia de Kicillof.

Pese a ganar dos veces en la provincia de Buenos Aires contra viento y marea, el Gobernador no tiene prácticamente representantes propios ni en la Legislatura ni en el Congreso nacional.La razón es que se subordinó a la conducción de Cristina Kirchner, cuyo dedo siempre favoreció a La Cámpora y otros sectores afines.

Mucho antes de que Cristina Kirchner le pidiera a La Cámpora que lanzara un "operativo clamor" para el PJ, Quintela ya estaba en carrera para el mismo cargo. El riojano recibió la bendición de Kicillof, pero el inesperado lanzamiento de Cristina Kirchner al PJ desconcertó al kicillofismo, que ya estaba comprometido con Quintela.

"Si no hubiera sido por la operación coordinada de disciplinamiento que referentes de La Cámpora desplegaron en simultáneo exigiéndole a Kicillof que apoye a Cristina, yo creo que él la hubiera apoyado voluntariamente. Pero con La Cámpora dándole órdenes, Axel no podía hacerlo porque hubiera sido mostrarse débil de carácter y de autoridad", reflexionó el intendente consultado.

Las razones de esta opción de prescindencia de Kicillof hay que buscarlas en la carta pública firmada por él en la que aseguraba que "la lógica del sometimiento o la traición entró en crisis".

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