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Enfermedades inflamatorias intestinales: el doble desafío del cuidado y el control
SALUD

Enfermedades inflamatorias intestinales: el doble desafío del cuidado y el control

Estas patologías autoinmunes, que incluyen la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la colitis indeterminada, se caracterizan por la hinchazón crónica del tracto digestivo y presentan síntomas que pueden reactivarse de manera intermitente

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Hoy, 19 de mayo, es un día de concientización ya que se conmemora como la jornada de las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), que representan un desafío constante en el campo de la gastroenterología. Estas patologías autoinmunes, que incluyen la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la colitis indeterminada, se caracterizan por la inflamación crónica del tracto digestivo y presentan síntomas que pueden reactivarse de manera intermitente.

Para actualizar el conocimiento científico y discutir los últimos avances en su tratamiento, se recuperan algunos de los abordajes del V Congreso Panamericano de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa celebrado en abril en Buenos Aires.

Las EII son condiciones crónicas que afectan significativamente la calidad de vida de quienes las padecen. Según expertos de Mayo Clinic, la evolución de estas enfermedades puede ser constante o manifestarse en períodos de brotes y remisión, con complicaciones que varían en severidad y pueden llegar a ser graves. En el caso de la enfermedad de Crohn, cualquier tramo del aparato digestivo puede verse afectado, desde la boca hasta el ano.

En contraste, la colitis ulcerosa se limita al intestino grueso. Aproximadamente en el 10% de los casos, los síntomas iniciales son superpuestos y se clasifica como colitis indeterminada hasta que la evolución de la enfermedad permite un diagnóstico más preciso.

El V Congreso Panamericano de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa, organizado por la Pan American Crohn’s and Colitis Organisation (PANCCO), reúne a destacados profesionales de la gastroenterología de Argentina y del mundo. “En esta quinta edición, abordamos desde los avances médicos y científicos más recientes hasta aspectos relevantes vinculados a la calidad de la atención, aspectos epidemiológicos y políticas sanitarias, así como aspectos psicológicos y sociales”, destacó el doctor Guillermo Veitia, presidente de PANCCO.

La disponibilidad de nuevas alternativas terapéuticas farmacológicas, nutricionales y quirúrgicas ha cambiado el curso natural de las EII. La implementación de estos tratamientos requiere una constante actualización y la integración de equipos multidisciplinarios especializados.

La doctora María Eugenia Linares del Hospital de Clínicas explicó que el objetivo actual del tratamiento no solo busca mejorar los síntomas, sino también lograr la cicatrización de la mucosa intestinal, lo cual está asociado a una remisión prolongada y una mejor calidad de vida para los pacientes.

En América Latina, la información sobre la incidencia y prevalencia de las EII es limitada. Según el doctor Pablo Lubrano, gastroenterólogo del Sanatorio Mater Dei, los datos específicos son escasos, aunque se estima que entre 5 y 10 millones de personas en todo el mundo viven con estas enfermedades. Estudios epidemiológicos en la región muestran variaciones significativas, como la incidencia y prevalencia reportada en Brasil y México.

Para abordar esta falta de datos, el Grupo Argentino de Crohn y Colitis Ulcerosa (GADECCU) ha iniciado el Registro Argentino de Crohn y Colitis Ulcerosa (RAdeCCU), con el objetivo de comprender mejor la distribución y el fenotipo de estas enfermedades en Argentina.

Las EII no solo afectan la salud física, sino también la salud mental y la capacidad para llevar a cabo actividades diarias. El doctor Juan De Paula, presidente del Congreso y miembro fundador de PANCCO y GADECCU, enfatizó que el diagnóstico temprano es crucial para evitar complicaciones a largo plazo. Los síntomas, que incluyen diarrea persistente, dolor abdominal y sangrado en las heces, a menudo generan pudor y vergüenza, lo que puede llevar al aislamiento social y afectar la calidad de vida de los pacientes.

La consolidación de políticas públicas acordes con las necesidades actuales es esencial para mejorar el manejo de las EII. Estas enfermedades, consideradas “poco frecuentes” en Argentina, requieren un enfoque integral que incluya no solo el tratamiento médico, sino también el apoyo psicológico y social para los pacientes. La doctora Linares resaltó que “los avances del conocimiento científico han permitido evolucionar en los objetivos terapéuticos, buscando no solo aliviar los síntomas, sino también impactar en el curso natural de la enfermedad”.

 

EL CONTROL

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, sigue siendo un desafío significativo para los pacientes y profesionales de la salud. A pesar de dos décadas de avances en investigación y desarrollo de tratamientos, cerca del 50% de los afectados aún no logra un control adecuado de su condición, lo que impacta gravemente su calidad de vida y productividad laboral.

Hace veinte años, las opciones terapéuticas para la EII eran limitadas, confinadas principalmente al uso de corticoides. Sin embargo, la investigación ha permitido multiplicar las opciones disponibles y establecer metas más ambiciosas para el tratamiento, según el doctor Fernando Gomollón, jefe de la Sección de Enfermedad Inflamatoria Intestinal en el Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. Hoy en día, los tratamientos buscan no solo aliviar los síntomas, sino alcanzar la remisión completa de la enfermedad en términos clínicos, bioquímicos y endoscópicos.

A pesar de estos avances, un reciente estudio internacional, el IBD Podcast, coordinado en España por el doctor Gomollón y publicado en Digestive Diseases and Sciences, revela que el 53,1% de los pacientes con enfermedad de Crohn y el 41,5% de aquellos con colitis ulcerosa no logran controlar adecuadamente su enfermedad.

La falta de control de la EII tiene consecuencias profundas. El estudio muestra que uno de cada tres pacientes con colitis ulcerosa no puede contener las heces durante al menos 15 minutos, y el 72% de los pacientes con EII activa sufre de fatiga. Además, la ansiedad y la depresión afectan a un 20% de estos pacientes.

Este deterioro en la calidad de vida se acompaña de un aumento en los costos de atención médica y una notable pérdida de productividad laboral, siendo esta dos veces mayor en pacientes con Crohn no controlado y cinco veces mayor en aquellos con colitis ulcerosa no controlada.

La doctora Maribel Vera, jefa de la Unidad de EII en el Hospital Universitario Puerta de Hierro en Madrid, subraya la importancia de un seguimiento riguroso y un abordaje multidisciplinar para minimizar el daño crónico que la EII puede causar. La cicatrización de la mucosa, observada a través de endoscopias, es un indicador crucial de mejoría y mejor pronóstico para los pacientes. Sin embargo, el estudio IBD muestra que muchos pacientes no logran esta cicatrización, lo que los expone a mayores complicaciones.

Pablo Solana, paciente de colitis ulcerosa y representante de la Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de Aragón, relata su experiencia con la enfermedad. Diagnosticarlo a los 18 años significó un viaje lleno de desafíos y cambios de tratamiento, desde corticoides hasta terapias biológicas. Solana enfatiza la importancia de la comunicación con los profesionales de salud y de ser parte activa en las decisiones sobre su tratamiento.

El futuro del manejo de la EII se centra en varios frentes. Uno de los objetivos es reducir el uso de corticoides debido a su alta toxicidad a largo plazo. Además, la medicina de precisión y el desarrollo de nuevas terapias no invasivas representan áreas prometedoras que necesitan mayor apoyo e investigación. La calidad de vida de los pacientes también puede mejorar con un enfoque integral que incluya aspectos dietéticos y apoyo a la salud mental.

La batalla contra la EII continúa, y aunque los avances son significativos, el camino por recorrer es largo. Optimizar el tratamiento y el seguimiento de los pacientes es vital para mejorar su calidad de vida y reducir las complicaciones asociadas a esta compleja enfermedad.

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