El resultado del balotaje de este domingo es determinante porque abre un nuevo escenario político en la Argentina, así gane Sergio Massa o Javier Milei. Uno de los dirigentes que está directamente afectado por el desenlace electoral es el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Básicamente porque todo lo proyectado para su segundo mandato de gobierno, luego de imponerse en la elección general del pasado 22 de octubre, está condicionado por quién gane el mano a mano entre el candidato de Unión por la Patria y el postulante de La Libertad Avanza.
Hasta el momento previo al inicio de la veda, Kicillof planteó el mismo escenario con el que transcurrió toda la campaña del balotaje. “Todo lo que prometimos hacer en la provincia de Buenos Aires corre riesgo si gana Milei”, dijo antes del inicio de la veda electoral. Es lo que viene sosteniendo en los diferentes actos de campaña y en reuniones con dirigentes de Unión por la Patria. Los planes del mandato 2023-2027 están atados exclusivamente a quién se imponga el próximo domingo.
Kicillof requiere de recursos para la ejecución de sus planes, por ejemplo, los trabajos que se enmarcan en su plan 6X6 que incluía al momento de su lanzamiento -en febrero del año pasado- la pavimentación integral de 110.000 cuadras; la construcción de 134 casas de la provincia; 7.600 aulas nuevas entre varios proyectos más. Algunos anuncios ya se encuentran en plena ejecución. Otros, admiten, están en zona riesgo.
Un tema que pone en alerta a la administración de Kicillof -si Milei se convierte en el próximo presidente- es el recorte de las transferencias directas que vía Aportes del Tesoro Nacional (ATN), del que hizo uso la gestión bonaerense durante el gobierno de Alberto Fernández. El desembolso de tipo de recursos es una decisión política; no así los fondos automáticos que son vía ley de coparticipación federal. Buenos Aires es una de las más perjudicadas en lo que refiere a la coparticipación, pero una de las más beneficiadas por ATN.
Allí entran en juego también los intendentes y los fondos que se destinan a los municipios. Por ejemplo, durante la gestión de Fernández se le dio forma al Programa Nacional para el Fortalecimiento de Seguridad; un “mini” fondo del conurbano que significó el desembolso de 10 mil millones de pesos para la compra de patrulleros, equipamiento y armas a destinarse a 24 municipios de la región metropolitana.
Con Massa presidente la historia será otra en lo que refiere a la transferencia de recursos para la provincia de Buenos Aires. Quizás los matices con Kicillof afloren en materia política o en otros asuntos sobre por ejemplo cómo continuar la relación con el Fondo Monetario Internacional. Sobre algunos temas, Massa y Kicillof no opinan lo mismo. Sin embargo, el mandatario provincial se convirtió en el jefe de campaña no oficial de Massa en el territorio bonaerense, casi su primer militante. A sabiendas del acompañamiento que obtuvo en las urnas en octubre, Kicillof se puso a disposición de la necesidad electoral del ministro de Economía.
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