Axel Kicillof esbozó hace algunos días en La Plata la necesidad de que el oficialismo empiece a reconfigurarse para volver a enamorar a la sociedad.
Aseguró que “no” va a “entusiasmar con un discurso nostálgico” y que había que “componer una nueva canción” y no “una que sepamos todos”.
La definición generó mucho ruido, porque aún cuando no haya sido la intención del Gobernador hablar del poskirchnerismo, sus afirmaciones sonaron en esa dirección. Más aún cuando provinieron de uno de los pocos dirigentes que acaso puedan salir victoriosos del duro reto que tiene por delante Unión por la Patria.
Máximo Kirchner no titubeó demasiado en exponer sus siempre latentes diferencias con Kicillof. “No soy músico, soy dirigente. Más allá de los pentagramas, en lo que hay que fijarse muy bien es en la gestión del gobierno, eso es lo que importa”, le retrucó.
No se trata de un episodio aislado. El oficialismo, al menos en la Provincia, parece estar transitado por una etapa de realineamientos anticipados, aún con una elección en el medio en la que todos ponen en juego porciones de poder demasiado importantes. La organización del acto previsto para el miércoles 27 en Ensenada es otra muestra de ese cuadro.
Esa movida en apoyo a las candidaturas de Sergio Massa y del propio Kicillof es organizada por un grupo de intendentes y dirigentes mucho más cercanos al Gobernador que a La Cámpora. También empezó a orbitar en ese esquema Andrés “Cuervo” Larroque, ya escindido del camporismo y armador de su propio espacio que bautizó La Patria es el Otro. Se trata de señales más que concretas en el sentido de que hay dirigentes que empiezan a ver al mandatario bonaerense en un rol que va más allá del mero administrador de la Provincia.
Kicillof prefiere eludir la polémica. Pero sigue brindando algunas señales de campaña que van en sintonía con aquellas declaraciones que causaron revuelo. Distintas acciones de gobierno que anunció en los últimos días tienen como destinatarios a los jóvenes, que representan una importante porción del electorado que hoy parece captada en buena parte por Javier Milei.
Diferentes análisis del voto que se produjo en las PASO muestran que el libertario se quedó con una porción importante de esa franja etaria que hasta no hace mucho parecía patrimonio atesorado por La Cámpora. El Gobernador parece estar transitando, o al menos lo intenta, un camino de seducción sobre aquellos que se desenamoraron del sector que lidera Máximo Kirchner.
En forma paralela, discurre la campaña electoral. Juntos por el Cambio acaba de pegar un viraje discursivo que de alguna manera plantea volver a sus fuentes: exhibirse como el mayor exponente del antikirchnerismo. Patricia Bullrich se abraza a los resultados de los focus groups que realizaron sus principales consultores que le aconsejaron transitar ese camino. No resultó casual que en las últimas horas hablara de “aniquilar” al kirchnerismo.
Ese mismo lenguaje utilizó en el nuevo envión que pretende darle a su campaña que arrancó desde la Provincia el viernes. En esa misma sintonía se mostró el candidato a gobernador Néstor Grindetti, que reclamó con dureza a Kicillof que pague deudas que su administración mantiene con los municipios.
Cerca de Grindetti creen que es una estrategia acertada. Anotan, de paso, el resultado de algunos sondeos que, aseguran, les marcarían un estancamiento de Milei.
El intento por reencauzar la campaña nacional no encuentra unanimidad respecto del norte a seguir. Hay dirigentes que creen que no hay que ir tanto por el camino del antikirchnerismo, sino de tratar de horadar el voto al libertario. Exhibiendo, para eso, que Juntos por el Cambio puede aplicar muchas de las reformas que propone Milei pero con el valor agregado de la gobernabilidad que le otorga un buen número de legisladores nacionales y gobernadores.
Los libertarios, mientras tanto, aceleraron un paso más. Acaso haya sido un gesto simbólico, pero debería anotarse en la ristra de mensajes de Milei en el sentido de ir a fondo con varias reformas que han permeado fuerte en el electorado. En La Plata encabezó una caravana y enarboló una motosierra, sinónimo del feroz recorte de gastos que promete. En Olavarría, el viernes, directamente le dio arranque, para sorpresa de su propia hermana y de la candidato a gobernadora Carolina Píparo que estaban a su lado.
En el equipo bonaerense de La Libertad Avanza se entusiasman con un crecimiento que, incluso, podría derivar en que candidatos de Milei se queden con el control de algunos municipios. No descartan dar batacazos en Bahía Blanca, Punta Alta, Olavarría y, en el Conurbano, en Merlo, Morón, La Matanza y Esteban Echeverría. En algunos de ellos, a los candidatos locales ya les fue muy bien. El resto dependería de una nueva sorpresa en el volumen de apoyos que consiga el líder libertario. El mismo arrastre que aguarda Píparo para meterse en la pelea con Kicillof.
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