Axel Kicillof mira escenarios: un opositor que cae mejor y el efecto Milei
El triunfo del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, fue una de las pocas victorias oficialistas. En el equipo provincial anidan sensaciones encontradas.
Axel Kicillof terminó portando una de las pocas banderas de victoria que consiguió enarbolar el oficialismo. El Gobernador de la provincia de Buenos Aires encaminó su plan de reelección con el 36 por ciento de los votos que obtuvo en las Primarias y se transformó en el candidato que más adhesiones consiguió en territorio bonaerense.
En el equipo provincial anidan sensaciones encontradas. Por un lado, Kicillof logró surfear la ola de Javier Milei. El libertario, que arrasó en muchas provincias, encontró un dique de contención en el peronismo bonaerense. La gestión provincial fue, en ese sentido, un freno importante para el partido de Milei, La Libertad Avanza, que aceleró sobre varios distritos, pero sin derramar la incidencia que obtuvo en otras provincias.
El sector de Milei consiguió casi el 24 por ciento de los votos que tuvo una particularidad: la fidelidad de ese votante que prácticamente no cortó la boleta de gobernador que lideraba Carolina Píparo.
Te puede interesar: El peronismo confía en remontada tras malos resultados de las PASO
Las inquietudes en la Gobernación pasan por algunos resultados sorpresivos que se registraron en el Conurbano, el histórico bastión del peronismo. En La Matanza, Berazategui y Florencio Varela, por caso, los libertarios quedaron segundos. Esa penetración sobre sectores sociales postergados que habitualmente se inclinaban por el peronismo, encienden luces de alerta.
Kicillof reunió ayer a su equipo de gobierno para analizar el escenario que quedó de las Primarias. Esas realidades locales formaron parte del debate como así también la situación de algunos distritos donde el mandatario estima que puede mejorar.
Más allá de esa revisión puntual hay quienes interpretan que Unión por la Patria quedó bien posicionada de cara al objetivo central de retener el gobierno bonaerense. Y no sólo porque Kicillof obtuvo ese piso alto del 36 por ciento con el agregado que tuvo un corte de boleta a favor de 4 puntos por encima de las boletas nacionales de Sergio Massa y Juan Grabois. La división de la oposición es otro aspecto que ingresa en el análisis.
Puedes leer: Legislatura bonaerense: los libertarios de Milei sumarían 19 bancas
Por un lado, la mencionada performance de Píparo que quedó arañando los 24 puntos en una elección sorprendente. Por el otro, la sumatoria de los dos postulantes de Juntos por el Cambio que reunieron el 32,9 por ciento. La coalición opositora quedó a poco más de 3 puntos de Kicillof, pero se asoma a desafíos múltiples.
Por un lado, el ganador de esa Paso, Néstor Grindetti, tendrá que trabajar en galvanizar el voto a Diego Santilli, su contrincante en la interna. Ya hubo un primer gesto tendiente a exhibir unidad y una foto y video compartidos.
El otro reto importante pasa por cómo hacer crecer a Juntos por el Cambio, buscar el voto útil y desinflar a Píparo en medio del guiño nacional que recibió Milei. En la Gobernación también analizan ese desafío opositor. Creen haber logrado, además de un resultado a favor en las Paso, un gesto amigable que le brindó la dinámica interna de Juntos por el Cambio. Estiman que Santilli era un candidato que asomaba más competitivo que el todavía intendente de Lanús alineado con Patricia Bullrich.
Se mezclan otras dudas. ¿Se ampliará el oleaje en favor de Milei en la Provincia o el peronismo, con su porcentaje duro de adhesiones terminará frenando ese empuje? No son los únicos interrogantes que asoman porque la situación nacional y el deterioro económico puede que termine de alguna forma impactando aún más sobre el escenario bonaerense.
Kicillof, el domingo, logró surfear el rugido de Javier Milei y consiguió más votos que las fórmulas nacionales de su propio espacio. También superó a la sumatoria de un Juntos por el Cambio que acusó el impacto del resultado que no esperaba en estas elecciones. En medio de ese escenario, el Gobernador salió fortalecido. Es cierto que perdió, como todo el oficialismo, un fuerte caudal de apoyo en comparación con las elecciones de 2019 cuando fue electo y consiguió el 52 por ciento de los votos.
Pero en medio del desgaste oficial, asomó la cabeza y quedó bien posicionado para sostener su plan de reelección. Y en medio de la peor elección histórica del peronismo, no parece poca cosa.