Las jugadas foráneas que pueden definir el escenario electoral
Axel Kicillof busca irá por la reelección, pero el kirchnerismo no termina de confirmarlo. En Juntos por el Cambio existe una fuerte presión para ungir un candidato único a la Gobernación.
El escenario electoral en la Provincia no termina de despejarse. Axel Kicillof busca irá por la reelección, pero el kirchnerismo no termina de confirmarlo. En Juntos por el Cambio existe una fuerte presión para ungir un candidato único a la Gobernación en medio de la feroz disputa presidencial que libran Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
En medio de un fuerte juego de presiones cruzadas, la incertidumbre que se vive a nivel nacional y en otro de los distritos clave como Capital Federal, conspiran para que el escenario bonaerense aporte cierta dosis de claridad a poco más de dos meses del cierre de listas.
Kicillof acaba de mover una ficha importante en el tablero oficialista: convocó a elecciones Primarias para el 13 de agosto en simultáneo con la fecha en la que se harán a nivel nacional. Sin embargo, obvió una cuestión central: el llamado a elecciones generales. Es habitual que los gobernadores dicten un único decreto para englobar las dos convocatorias, pero el mandatario bonaerense esquivó esa costumbre. El motivo, según admiten en fuentes del oficialismo, remite a la disputa con Alberto Fernández.
El hecho de guardarse esa carta bajo la manga y amenazar con un improbable desdoblamiento electoral (la Provincia podría legalmente adelantar los comicios generales hasta cuatro semanas aún cuando afrontaría enormes inconvenientes para organizarlos) apunta a presionar al Presidente para que desista de su propia candidatura al dejarlo huérfano del empuje clave del peronismo bonaerense. El extremo de esa jugada pone en evidencia la tensión que se respira en el Frente de Todos: el kirchnerismo reclama que Alberto Fernández se corra de la carrera electoral e interpreta que la indefinición termina erosionando las chances del oficialismo, ya menguadas por una situación social y económica muy compleja a la que la inflación le da todos los meses un empujón más.
Ese movimiento en clave electoral se combina con otro: la disposición del kirchnerismo para darle aire a la candidatura nacional de Daniel Scioli. Le abrió las puertas en Quilmes, el territorio conducido por la camporista Mayra Mendoza. Todo un gesto en medio de la disputa oficial. Esa señal no implica que el actual embajador en Brasil termine siendo el nombre bendecido por Cristina Kirchner, pero al menos podría pasar el filtro K para una competencia en las Paso contra una lista si se quiere más afín a la vicepresidenta.
Cerca de Kicillof miran todos estos movimientos con esmerada atención. Permanece latente la alternativa de su propia candidatura nacional si no se ordena el tablero del oficialismo. El Gobernador sólo ambiciona un nuevo mandato, pero al mismo tiempo teme que la falta de un nombre taquillero lo termine empujando a una pelea que no desea dar al menos en este turno electoral.
En la Provincia, la coalición opositora también parece atada a decisiones ajenas. En particular, al desenlace de una jugada que, según distintas versiones, intenta abrocharse en Capital Federal como fórmula de acuerdo tras la tensión generada entre Rodríguez Larreta y Mauricio Macri.
En el PRO
Diversas versiones dan vueltas el convulsionado escenario del PRO. Una de ellas apunta a que el ex presidente estaría pensando en María Eugenia Vidal como candidata en el distrito porteño. La ex gobernadora no quiere saber nada. Hay quienes dicen que no son pocas las presiones para convencerla. El dato político fuerte es que tras la separación de las elecciones nacionales de las porteñas (aún cuando se realizarán el mismo día), dejó sin el crucial empuje de los presidenciables a Jorge Macri, la primera opción del ex presidente.
En el PRO empieza a surgir temor frente a la posibilidad de que se termine formando una masa crítica para hacer morder el polvo a Macri, asestarle una derrota y dejarlo sin su territorio dorado. ¿Alguna ayuda subterránea de sectores del peronismo y del propio PRO para que gane el radical Martín Lousteau? La pregunta sobrevuela con tono de acechanza.
Vidal podría, como candidata de síntesis, suturar parte de las heridas que se abrieron entre Larreta y Macri y, acaso, evitar aquél traspié. Este eventual decisión podría terminar impactando en la Provincia donde el PRO tiene varios candidatos en la cancha. Algunas versiones hablan de que si se diera aquella síntesis porteña, Larreta pediría unificar la oferta bonaerense con Diego Santilli a la cabeza.
Nadie sabe con certeza cómo terminará esa jugada a varias bandas. Pero en el PRO y en la UCR ya surgen voces que hablan de la necesidad de que para la categoría de Gobernador no haya Paso. En las próximas horas varios intendentes irán a la carga con esa posición con la difusión un documento público. Temen que si hay interna en ese tramo de la boleta sean arrastrados a una derrota en sus distritos. Bullrich se opone a todos esos enjuagues y quiere confrontar en todas las categorías. No es un freno menor a esa idea de síntesis.