Era prácticamente inevitable que sucediera. Y sucedió. La disputa cada vez más desatada en el PRO por la candidatura presidencial entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta terminó estallando en territorio bonaerense.
Se libra, por el momento, dentro de ciertos carriles de normalidad, con menos virulencia en relación a lo que ocurre “arriba”. Sin embargo, puertas adentro, se ha tornado áspera.
Deriva, también, hacia una reconfiguración del poder dentro del partido fundado por Mauricio Macri: los intendentes, dueños del poder territorial, han comenzado a sufrir una lenta erosión de los liderazgos indiscutidos que ejercen en sus distritos.
Muchos de estos alcaldes parecían convencidos de que conseguirían alambrar sus terruños y ponerlos a salvo de aquella puja entre Larreta y Bullrich que se ha tornado descarnada. Esa certeza ha comenzado lentamente a evaporarse al calor del enfrentamiento nacional.
La cumbre bonaerense que el PRO desarrolló en La Plata fue, pese al esfuerzo por exhibir una foto de unidad, testigo de aquellas rispideces. La mayoría de los intendentes alineados con Rodríguez Larreta pretenden no tener competencia en sus comunas. Son los más fervientes impulsores de la “Y”, la alquimia electoral que permitiría competencia presidencial y acaso para la Gobernación, pero listas de unidad en los municipios.
Esa aspiración de varios de los alcaldes es rechazada por la tropa de Bullrich. Aún sin terminar de pertenecer del todo a ese sector porque sigue alineado con María Eugenia Vidal (que sostiene su aspiración presidencial), el más contundente detractor de ese esquema fue el diputado nacional Cristian Ritondo. “Va a haber interna en todos los niveles”, lanzó ante las apelaciones a la unidad.
Algunos tragaron saliva y otros le saltaron a la yugular al ex ministro de Seguridad que pretende gobernar la Provincia. Un alcalde alineado con Larreta habría lanzado la advertencia de que no estaría en condiciones de garantizar una interna civilizada con la gente de Bullrich en su comuna.
El PRO se asoma a un escenario desconocido. Inquieta acaso más que el desenlace de las PASO, el día después. Ese debate, con todo, no lograr ocultar otra realidad: la interna nacional también parece haber hecho añicos el deseo de que haya un solo candidato para disputar en las PASO con Axel Kicillof. La lógica de la tensión presidencial derrama sobre la Provincia y parece encontrar al larretista Diego Santilli ante la inevitable espera de que Bullrich defina quién será su candidato. La ex ministra tiene un trío en carrera: Néstor Grindetti, Joaquín De la Torre y Javier Iguacel. Ritondo podría en breve terminar sumándose a esa oferta.
El radicalismo asiste a la pelea de sus socios con la premisa de no ceder, al menos por ahora, a la tentación de involucrarse. Gerardo Morales reservó el Luna Park para subirse al ring presidencial y Facundo Manes volvió a moverse luego de algunas semanas de cultivar un bajo perfil. En la Provincia, otro que aceleró fue Maximiliano Abad, anotado para la Gobernación, con recorridas y fuerte presencia en las redes sociales.
Estos movimientos buscan mantener en pie la idea de la UCR de ir con candidatos propios a la Paso de Juntos por el Cambio. Por ahora, en medio de contactos cruzados con Larreta y Bullrich, ese es el objetivo. Puede que esa decisión esté impregnada de otra certeza: que ensayar ahora una eventual negociación para acordar con el PRO sea por demás prematura.
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