Un escándalo sin precedentes sacude la industria farmacéutica argentina: más de 120 muertes vinculadas a un fentanilo adulterado han destapado una trama de negligencia y encubrimiento que involucra a altos directivos de HLB Pharma. Ariel García Furfaro y otros 12 acusados ya fueron procesados por el juez federal Kreplak, que no dudó en calificar su accionar como “doloso”.
El fallo, que abarca 401 páginas, califica la conducta de los imputados como “dolosa” ya que sabían de los riesgos de sus prácticas y continuaron con la producción y comercialización del fármaco. La imputación principal es la “adulteración de sustancias medicinales con resultado de muerte", un delito que prevé penas de 10 a 25 años de prisión. Junto a Furfaro, fueron procesados su hermano Diego, el director general Javier Tchukrán, el director técnico José Maiorano y otros responsables de la gestión y producción en HLB.
El juez destacó que los acusados ignoraron más de 100 advertencias de organismos de control, como la ANMAT e INAME, y discutieron internamente cómo “maquillar defectos” en lugar de corregirlos. Además, la empresa retrasó el retiro de los lotes contaminados del mercado y solo notificó a droguerías el 9 de mayo, cuatro días después de que se registraran las primeras muertes.
La resolución también menciona grabaciones de reuniones y documentación que prueban la adulteración sistemática de la producción. Kreplak calificó el accionar de los imputados como un "desprecio total por la vida de los pacientes. Un medicamento cien veces más potente que la morfina exige estándares máximos de seguridad, y esos parámetros fueron violados sistemáticamente".
Las defensas de los acusados anunciaron que apelarán la calificación de "doloso", lo que podría prolongar el proceso judicial, que ya se perfila como un precedente internacional en casos de adulteración de medicamentos.
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