Un edema agudo de pulmón y una congestión visceral generalizada sufrió Williams Jonathan Quispe Quenta, el joven de nacionalidad boliviana que murió tras un posible ataque de viudas negras en la localidad bonaerense de Ciudadela.
Fuentes del caso confirmaron que el resultado preliminar de la autopsia reveló que el chico de 19 años sufrió una acumulación anormal de líquido en los pulmones y sangre en sus órganos.
Se espera que se den a conocer los primeros resultados de las pericias toxicológicas para constatar si falleció producto de la ingesta de alguna sustancia puesta por las delincuentes en las bebidas que consumieron.
El parte policial al que accedió este medio detalla que el sábado por la noche la víctima había salido a bailar junto con amigos, identificados como Rodrigo Laura y Efrain Torres Onofre, al boliche Equinoxio en Liniers.
Pasadas las seis de la mañana, todos se dirigieron hasta un domicilio, ubicado en la localidad bonaerense de Ciudadela, con tres mujeres. Al arribar a la vivienda, las víctimas habrían compartido tragos hasta que se quedaron dormidos.
Al despertarse, los Torres constataron que el joven se encontraba sin signos vitales, vomitado y recostado la cama. A su vez, verificaron que faltaba un televisor y sus celulares.
En el caso intervino la UFI N°1 de San Martín y la causa fue caratulada como homicidio criminis causa.
En el modus operandi de las llamadas “viudas negras” es habitual el uso de una sustancia conocida popularmente como “burundanga”, cuya sobredosificación se condice con algunos de los resultados clínicos que arrojó la autopsia del joven fallecido.
El nombre científico de la “burundanga” es escopolamina, una sustancia psicoactiva que se extrae de plantas como el estramonio, la belladona o la mandrágora y sus efectos son anulación de la voluntad de quien la consume, generando un estado de sumisión química. También provoca amnesia temporal, lo que impide recordar lo ocurrido durante su efecto.
En dosis altas, puede causar convulsiones, arritmias cardíacas, hipertensión severa o, en casos graves, colapso vascular. También convulsiones, coma e incluso muerte en casos extremos con rabdomiólisis (descomposición muscular) y falla renal.
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