Hoy a las 10:30 horas de la mañana comenzó el juicio por el asesinato de Fernando "Poroto" Liguori en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Pergamino
Durante la misma, tuvo lugar la declaración de la pareja de la víctima, Carolina Piperno, quien narró ante el tribunal conformado por los jueces Guillermo Burrone, Carlos Picco y Alejandro Salguero cómo fue la tarde del 31 de marzo del año 2022, en la que Marcelo Barrionuevo y Fernando Valiente decidieron terminar con la vida de Liguori.
Visiblemente quebrada, Piperno sostuvo que aquel día se encontraba junto a su esposo andando en bicicleta en el camino rural conocido como "Tamequ" cuando observaron la presencia de una camioneta que se dirigía a gran velocidad en sentido contrario al que ellos circulaban.
Continuó su relato explicando que, por una cuestión de seguridad, se pusieron uno detrás del otro debido a que el vehículo circulaba a gran velocidad. "Recuerdo claramente que el conductor de la camioneta me miró y me di cuenta que adentro iban más personas. Cuando pasó la camioneta nos pusimos a la par y seguimos charlando. En un momento veo que Fer se da vuelta, mira para atrás y me dice: "Acelerá, acelerá". Me di vuelta para ver qué pasaba y observé que venían los dos corriendo y apuntándonos con armas".
Piperno recordó que en ese momento escuchó disparos, declaró que fueron entre cuatro y seis detonaciones. "Los tiros se intercalaban como si no fuesen de una misma arma, era como que se mezclaban. En ese momento Fer se da vuelta y les dice "qué hacés hijo de puta" y enseguida escuchamos que nos vuelven a disparar una cantidad de tiros similar a la primera. Nosotros estábamos subiendo la curva para agarrar la vía y lo escucho a Fer decir "me pegó" y al mirarlo comencé a pedir auxilio esperando a que alguien escuchara".
La mujer de Liguori sostuvo que al pasar la vía se dio vuelta para ver por dónde venía su esposo que había quedado unos metros atrás de ella. "Veo que se para y me dice: "Me pegó, me mató". En ese momento lo único que atiné a hacer fue agacharme, me quedé hecha un bollito porque para mí estos tipos, estos asesinos, nos iban a venir a rematar, estaba segura de eso, fue lo primero que se me cruzó por la cabeza".
Y prosiguió: "Agarré el teléfono como podía porque me temblaban las manos porque quería llamar a alguien pero no me salía ningún número de emergencia y marqué el 147 y no me contestaban. Entonces corrí hacia donde Fer y nunca me imaginé que estaba muerto, no podía entender lo que estaba pasando. Corrí para socorrerlo y justo vino un muchacho en moto a quien paré y le conté rápidamente lo que había pasado, y en ese momento me llaman del 147. Lo único que me importaba era ayudar a Fer y le di el teléfono al muchacho y él lo atendió. Cuando lo ví a Fer, lo primero que atiné fue empezar a hacerle masajes cardíacos y noté que tenía el orificio de bala en un hombro y en ese momento apareció un amigo nuestro que andaba siempre en bici con nosotros y me ayudó a hacerle los masajes. No podía entender que estaba muerto, para mí estaba vivo".
Una vez finalizada su declaratoria, Piperno pidió nuevamente la palabra y expresó con mucho dolor: "Lacras asesinas, por qué Fer no puede estar acá con nosotros. Qué derechos tienen esas lacras inmundas de haberle quitado la vida como lo hicieron. Nos destruyeron la vida, nadie se puede imaginar el calvario que es pasar una cosa semejante. Estoy muerta en vida, créanme porque así me dejaron. Fer no se merecía esto, era una persona excelente, querida por todo el mundo, era respetuoso y estaba lleno de valores. Les deseo el peor infierno que puedan vivir por la oscuridad que nos hicieron vivir a nosotros. Necesitamos justicia por Fer y que esos asesinos criminales se pudran en la cárcel".
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