El fiscal Martín Laius, de la UFIJ 8 del Departamento Judicial Junín, comentó a Democracia que ya solicitaron al Municipio de Ameghino la documentación que unía contractualmente al municipio de Ameghino y al técnico bombista, Ricardo Bottega, en tanto el fallecido no era empleado municipal sino tercerizado. Asimismo, indicó que aguardan los resultados periciales pendientes y que se encuentran tomando testimoniales.
Recordemos que Bottega fue el bombista contratado por el municipio para realizar una reparación en la estación de bombeo de Blaquier, perteneciente a la red cloacal. En diálogo con medios, el propio intendente, Nahuel Mittelbach, dijo que Bottega “toda la vida se dedicó” a trabajar en la reparación de bombas. “Se lo contrató para hacer esta tarea desde hace muchos años”, expresó el pasado sábado.
Bottega fue el primero en entrar a “El Cigarro”, un lugar cerrado de 12 metros de profundidad, donde funciona la estación elevadora. Mittelbach explicó que en horas de la mañana el bombista había estado en el sitio. “Es un lugar totalmente cercado, una obra inaugurada hace poco tiempo, sólo accede la gente que debe realizar trabajos. Había que hacer una reparación de bomba, esa fue la tarea que se le asignó a Ricardo”, agregó el Intendente.
Por la tarde, la situación fue otra. Según pudo reconstruir Democracia, el bombista contratado por el Municipio descendió por un arreglo inicial que tenía que ver con las guías que poseen las bombas en el pozo. Una vez dentro, destapó dos bocas del sistema cloacal y en ese momento se liberó el gas metano que inhaló y que desencadenó en su muerte.
A medida que pasaban los minutos y al ver que Bottega no salía del lugar y su camioneta seguía fuera del predio, se fueron acercado los vecinos.
Primero bajó el bombero Nicolás Sánchez, quien acudió al lugar luego de un llamado por la “caída de un hombre dentro de un pozo”, pero también se demoró en salir, y empezaron a ingresar, en cadena, las demás víctimas. Hasta que alguien en el lugar se percató que la situación no era normal y decidieron frenar con el descenso de personas.
Al llegar al lugar, y ante la falta de equipamiento de rescate, solicitaron ayuda de sus camaradas de Ameghino, los cuales se encontraron con el desolador panorama. Dos bomberos tuvieron que ser traslados por el SAME al hospital de Ameghino y con el correr de las horas fueron dados de alta.
Avances en la causa
En una primera instancia las autoridades judiciales detallaron que se inició una Investigación Penal Preparatoria bajo la carátula de “averiguación de causales de muerte”. Horas después, tras realizarse las correspondientes autopsias en los cuerpos, logró determinarse que los seis fallecieron como consecuencia de una “asfixia mecánica por broncoaspiración”.
En diálogo con Democracia, el Agente Fiscal Martín Laius, de la UFIJ 8 del Departamento Judicial Junín, a cargo de la investigación, reveló que aguardan los resultados periciales pendientes y que se encuentran tomando testimoniales.
A su vez, Laius adelantó que solicitaron al Municipio de Ameghino la documentación que unía laboralmente, a modo de contratación, al Estado municipal y al técnico bombista, aunque consideró que “por ahora no hay imputación penal”.
En tanto, los peritajes en las instalaciones de ese pozo cloacal en Blaquier ya empezaron, pero por ahora no se pudo determinar la cantidad de gas metano que hubo al momento de la tragedia. Esto debido a que las dos bocas del sistema cloacal se mantuvieron abiertas por un período largo anterior al rescate de los cuerpos. Al momento del peritaje, el nivel de metano era menor. Por eso, se hicieron nuevas tareas y pruebas el lunes, con personal especializado.
El peligro de asfixia
Democracia habló con personal de otros municipios que suelen hacer tareas similares a las que Ameghino encomendó a Bottega en Blaquier. Todos coincidieron que ese tipo de trabajos se hace en grupo, donde uno baja al pozo con arnés (T5) y un medidor de atmósfera, vital para realizar estas tareas confinadas, ya que mide las partículas por millón de oxígeno.
Los otros integrantes del grupo deben estar fuera del lugar, alertas a cualquier situación que requiera de subir a la superficie a la persona que está bajo tierra. Ante la aparición de determinados gases existe la posibilidad de neutralizarlos, aunque lo recomendable es salir del lugar. La manera de hacerlo es con cloro y si es en polvo, el procedimiento es más efectivo y rápido.
En tal sentido, Carlos Damin, jefe de Toxicología del Hospital Fernández, explicó que el gas metano es uno de los gases que se producen naturalmente en las producciones de gas como energía fósil, y que el gas que se produce para el consumo domiciliario es “una mezcla de metano y butano”.
De todos modos, aclaró que ese gas metano o butano tiene poco que ver con el que se produce a partir de los líquidos cloacales por descomposición de compuestos orgánicos, que es lo que hay en los residuos cloacales. “En todos los pozos ciegos donde hay concentración de líquidos cloacales se produce desprendimiento de gas, butano, propano, pero también puede haber otros gases que son mucho más rápidamente mortales como son el sulfhídrico o el ácido clorhídrico, que pudieran haber también sumado o haber potenciado los efectos de esta intoxicación y haber producido la muerte de las seis personas”, advirtió.
Justamente lo que puede producir el metano es una asfixia hipoxia-hipóxica, o sea, un desplazamiento de la columna de oxígeno. “Llega menos cantidad de oxígeno al pulmón, no se puede provocar la interfaz gaseosa y esto lleva a que el pulmón en algún momento colapse”, sostuvo.
Si bien aún es poco el tiempo que pasó desde que se conocieron los hechos, uno de los puntos que no pueden omitirse al momento de esclarecer lo ocurrido es la falta de equipo de protección de Bottega a la hora de bajar a hacer su trabajo. “Sin duda no tenía protección, ni él ni ninguno de los cinco que bajaron a continuación. Puede haber ocurrido que él haya destapado algo y que quedó abierto a continuación y producto de eso fue el resto”, respondió Damin.
Compartir