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Una lectura electoral equivocada llevó al dislate que se desató en la catedral
OPINION

Una lectura electoral equivocada llevó al dislate que se desató en la catedral

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En la construcción electoral que comenzó con los comicios en cinco provincias, que evidenció claramente el triunfo de los gobernadores, la semilla fue la provincia de Salta donde en esa capital ganó La Libertad Avanza: la expandieron en los medios como que se volcaba el país en respaldo del Presidente.

Esta semilla, manejada en forma antojadiza en el resultado posterior de la elección en CABA, hasta el negacionismo escondió la catástrofe de ausencia más grande de la Argentina desde 1983, de gente que no se sintió representada y no quiso ejercer su derecho ciudadano.

Lo extraño es que después de esta elección en CABA avanzó una tremenda instalación nacional, en el sentido que este es el resultado que va a incidir en la voluntad de todo el pueblo de la Argentina, cuando si se saca numéricamente la asignación de votos del 31 por ciento que obtiene La Libertad Avanza sobre la totalidad de los votantes, para que la matemática no sufra la aplicación de la teoría de la cuadratura del círculo o cualquier dislate que quieran inventar, se ve con claridad que de cada cien porteños que fueron a votar por La Libertad Avanza, votaron 16; si es de cada mil, 160; si es de cada 100.000, 16.000. 

Una elección inferior a la primera vuelta de la presidencial de Javier Milei, no se compara con la segunda vuelta porque sería una catástrofe.  

En síntesis: hay un desvío en la discusión de lo que le interesa a la gente, que es la cuestión económica, de seguridad, de lucha contra el narcotráfico, de trabajo; ojalá que prime la razón y se plantee discutir qué queremos de acá en adelante que hagan los que son candidatos. 

¿Van a sostener que hay que seguir gobernando sin presupuesto arrastrando desde hace tres años las prórrogas? 

¿Es posible que en los decretos de necesidad y urgencia no se suprima el privilegio inconcebible de que con solo un tercio una Cámara rechace el veto por el Congreso?

¿La Corte Suprema va a ser de 5, de 7, de 12? Los jueces que tienen aprobados por el Consejo de la Magistratura y se reserva el Presidente que son 170 y no los envía el Congreso para que reciban su tratamiento: ¿nadie va a decir nada?

El dislate culminó en el tedéum de la Catedral: al esclarecedor sermón eclesiástico le ofreció su actitud soberbia de negar el saludo a la segunda figura del poder de la República y al Jefe de Gobierno de la Ciudad.
Reforzando el disparate con mensajes agraviantes, que aplique la teoría del Presidente Roca que admira, ¿por qué no lo aplica su histórica frase?: ¿el que habla, se jode?


José María  García Arrecha: Ex Senador de la Nación, UCR-CABA, MC.

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