Opinión
PANORAMA NACIONAL

Tengamos las fiestas en paz

Nota de opinión de Carlos Fara.

En su largo aprendizaje pragmático, el gobierno está actuando como esos equipos que van ganando 2 a 0 y empiezan a cuidar la pelota con pases cortos, conservadores. Salvo que se produzcan los huecos, no tiene sentido arriesgarse a que te metan un gol. Siempre se puede jugar al contrataque.

Esta semana el oficialismo 1) no llamó a extraordinarias (prefiere quedarse sin presupuesto), 2) finalmente se plegó a la expulsión de Kueider, y 3) se sacó la foto – oportunidad con el “casta” Chiqui Tapia para festejar que habrá partido de primera ronda en Argentina por el Mundial 2030. ¿Y las SAD? Te las debo (nadie quiere líos con Messi). Se reconfirmó la filosofía Don Julio: todo pasa.  

Así empezó a jugar el segundo playoff de 4. Si se cumplen los pronósticos de la mayoría de los “econochantas”, LLA debería llegar a la elección en un clima de optimismo por la recuperación. De este modo, podría caerse la eventual suspensión de las PASO y los tiempos legislativos de 2025 se acortarían al máximo para dar lugar al frenético juego electoral desde abril. Es decir que empiezan las clases y, cuando te querés acordar, todo el mundo a ir cerrando alianzas y listas.

Milei festejó su cumpleaños con una “mise en scene” rodeado de los 12 apóstoles, digno de un líder mesiánico. Más allá de cuestiones específicas de la economía- el consabido castigo a la casta o el relato grandilocuente de sus logros, hay que prestarle atención a tres cuestiones:

1) El agradecimiento a los ciudadanos de a pie por el esfuerzo realizado hasta acá. Una de las críticas que surge de manera recurrente en los grupos focales es cierta falta de empatía por parte del presidente. El león está mucho más centrado en comunicar dureza e intransigencia que cualquier otro aspecto, y esto puede hacer alguna mella, aún en aquellos que elogian su coraje y adhieren al rumbo.

2) Si bien buena parte de la sociedad –sobre todo la que aprueba- siente esperanza, hay que darle algo concreto para alimentarla. En este sentido, al hablar de la rebaja de impuestos, la autonomía financiera de las provincias o la promoción de actividades económicas de alto valor agregado, está poniendo algún horizonte que no sea la motosierra recargada y perpetua. Hace un tiempo dijimos en esta columna que al libertario le faltaba un discurso productivo.

3) La reivindicación de la energía nuclear. Más allá del tema específico, aquí habló por única vez de una iniciativa estatal, dejando de lado la lógica de que el mercado decide qué se hace y qué no. Es tan llamativo que le dedicaremos un párrafo especial.

Demian Reidel, jefe del consejo de asesores presidencial, es egresado del Instituto Balseiro, la escuela de los ingenieros nucleares argentinos. Él va a presentar un plan nuclear argentino porque evidentemente sabe del tema (además de haber tenido un exitoso paso por el mundo de las finanzas en los EE.UU.). Milei relacionó la producción de cierto tipo de reactores con la necesidad de mayor energía por parte de los emprendimientos de inteligencia artificial. Pero claro, no todo es tan fácil. Al organismo histórico de la Argentina en la materia –la Comisión Nacional de Energía Atómica- le hackearon los servidores por desinversión en mantenimiento de redes, y no se sabe qué información se podrá recuperar. Por esa razón los empleados están haciendo home office hace 2 semanas. A esto se le debe agregar que el sueldo promedio en la CNEA es de 1,2 millón de pesos, con lo cual está habiendo una gran fuga de cerebros. 

Para terminar con el capítulo nuclear, hay dos detalles curiosos más. El presidente –y luego suscribió un personaje famoso- celebró que vaya a existir un Plan Nuclear Argentino (con mayúsculas). Claro, el mismo nombre que le puso el gobierno de Néstor Kirchner en 2006. El segundo detalle es que el famoso aludido saludó la existencia del “nuevo” plan utilizando el mismo logo que viene usando Nucleoeléctrica Argentina –administrador de las centrales nucleares- desde el año pasado. ¿Deberíamos celebrar entonces que existe una política de Estado? ¿o fue fruto de la grandilocuencia y la improvisación? Cosas de la revolución libertaria.

El otro personaje relevante de la semana fue Cristina. A su favor porque impuso la expulsión del senador Kueider, aun cuando LLA solo quería suspenderlo, partiendo al PRO y sumando casi toda la UCR. En contra porque se profundizó la grieta al no asistir Kicillof, la CGT y otros personajes a su asunción como presidenta del PJ. El gobernador siente la presión de los intendentes para que desdoble la elección y así preservar sus territorios frente a lo que imaginan un alud de votos hacia el oficialismo. Esto complicaría bastante la movilización electoral para el comicio nacional, dejando a la jefa y a sus candidatos a diputados librados a su propia suerte (es decir, algo van a moverse, pero no mucho). Ahí hay 2 bibliotecas: los que dicen que separar tendría un costo tal que las finanzas provinciales y la ausencia de logística no lo podrían soportar, y los que esgrimen –como el juez Ramos Padilla- que “sí, se puede”. Que UP siga unido, pero que se separen las elecciones bonaerenses, es casi como que se dividiera en cierto sentido. Pronóstico reservado porque Axel dio la impresión de meter violín en bolsa cuando se discutía la interna. Está frente al momento más importante de su carrera política. 

Ultimo comentario. El índice de inflación de noviembre es un “numerazo” –cuando en general las consultoras lo calculaban más alto- y agranda el ego del gobierno. Sin embargo, la canasta de gastos sobre la que se calcula el índice tiene ya 20 años de existencia, en donde se sobre representa la incidencia de los alimentos y se subestima el peso de los servicios. Por eso algunos consumidores lo sienten un poco extraño a sus realidades.

Expulsado Kueider, el gobierno le aseguró vacaciones tranquilas a “la casta parlamentaria” hasta febrero. ¿Podría haber generado un compromiso de vacaciones cortas para hacerla trabajar durante el verano? Pareció concluir que “Mejor tengamos las fiestas en paz”.