Prehistóricos parecen los tiempos en que para despuntar el vicio de tirar una ficha en la ruleta o afrontar unos pases en punto y banca había que viajar a Mar del Plata porque en Buenos Aires estaba prohibido. Hoy ese casino lo tenemos todos en la mano, en el celular.
No sólo se puede apostar a los juegos tradicionales. Hoy se puede perder plata por asuntos tan particulares como haber errado el resultado del partido de primera ronda en Wimbledon que disputaron este martes las prácticamente desconocidas Mayar Sherif, egipcia, con Dalma Gálfi, húngara (ganó ésta 6-1, 6-2).
La reciente y dramática explosión del juego online -autorizado en Santa Fe en 2020, en CABA y Provincia un año después y en Córdoba y Mendoza en 2023- se vuelve más evidente aún, para quien no sigue el tema, con el impresionante bombardeo publicitario relacionado con la Copa América. De hecho, una casa de apuestas online aparece primera entre los sponsors globales del torneo. Auspicia la Eurocopa también.
En cada partido pueden verse a ídolos infantiles como Emiliano Dibu Martínez invitando a a apostar. La frase de cierre del aviso del arquero de la Selección es bien simbólica del equívoco mensaje que venden las empresas del rubro. Dice: “Donde los argentinos nos encontramos a jugar”.
Recuerda, de alguna manera, a aquellas publicidades de las tabacaleras que más o menos afirmaban que fumar era prácticamente lo mejor que nos podía pasar para ser lindos, jóvenes, ricos, tener sexo y conocer el mundo.
Uno de los efectos más directos de tanto dinero invertido en publicitar las apuestas es que resulta raro hallar un docente que no haya enfrentado el problema de sus alumnos jugando en el aula. Según una consulta de Ibope a 10.000 personas, casi el 10% de los encuestados afirmó que “alguna vez” ingresó al mundo de las apuestas online. Y el 12,5% de los jóvenes de entre 15 y 24 años apostaron online alguna vez.
Por supuesto, los menores no tienen permitido apostar en los sitios online legales, aquellos cuya URL termina en bet.ar. Aquí aparecen los ilegales, mucho más laxos a la hora de controlar la edad de sus clientes. El 80% de los jugadores criollos está registrado en operadores ilegales. Unos 11 millones de personas.
Algunas medidas se han tomado para limitar los daños. La Ciudad, por ejemplo, anunció la semana pasada que no dará más licencias de explotación de juego online aparte de las 11 que ya otorgó (en Provincia son siete), habilitó la línea 108 para casos de ludopatía infantil, activó un grupo de especialistas en el Hospital Alvarez para jóvenes y en las redes wi-fi de las escuelas públicas porteñas se bloquearon los sitios .bet.
Este lunes, además, envió cartas documento a varios participantes de Gran Hermano, como la famosa Juliana Furia Scaglione, a la actriz Florencia Peña y a las mediáticas Florencia Vigna y Morena Rial, entre otros influencers, por promover y publicitar en sus redes sociales a plataformas de apuestas ilegales.
En Santa Fe, en tanto, la provincia sumó 112 nuevos sitios a los 273 que ya había denunciado y solicitó su bloqueo y que se embarguen sus cuentas bancarias por permitir el acceso a menores.
Y en la Provincia de Buenos Aires, este fin de semana, la Justicia de San Isidro ordenó el bloqueo de 110 sitios de juegos de azar ilegales.
En parte, estas iniciativas están bendecidas o impulsadas por las empresas legales, que no quieren que las ilegales les coman una porción de la torta. La semana pasada, la Cámara Argentina de Salas de Casinos, Bingos y Anexos (Cascba) presentó ante la fiscalía de Delitos y Contravenciones Informáticas una denuncia contra “254 sitios que operan ilegalmente, a los que puede ingresarse sin ningún tipo de control de la edad del apostador”.
Se trata de empresas muy poderosas, que en general reúnen en una sociedad a compañías extranjeras con expertise digital con una pata local proveniente del mundo analógico.
Por ejemplo, Bet Warrior, les pertenece a Federico de Achával, dueño mayoritario del hipódromo de Palermo y de las miles de tragamonedas que Néstor Kirchner le “obligó” a instalar allí al final de su mandato, a la danesa Shape y la griega Intralot. La sueca Betson, por su parte, tiene como socio local al antiguo binguero Daniel Mautone.
Hay mucha plata en juego. Según el informe Global Online Gambling Markets, el mercado mundial de juegos de azar online superaba, en 2020, los 65.000 millones de dólares.
Como suele suceder con estos asuntos, resulta interesante ver cómo han enfrentado la cuestión otros países adelantados respecto a nosotros.
Mientras en la Argentina, Boca, River, Racing y Estudiantes de la Plata cuentan con una de estas empresas como su auspiciante principal y el torneo lleva el nombre de una de ellas, en España, en cambio, donde el 77% de los clubes de La Liga llegó a tener sponsoreo del juego, estos auspiciantes fueron prohibidos hace un par de años por el gobierno.
En la inglesa Premier League, tal vez la más atractiva del mundo, hay siete equipos con casas de apuestas en sus camisetas. Ninguno de los grandes. Ya acordaron, además, que esos auspicios no serán permitidos a partir de la temporada 2026-27. Por allí ven mal que un team promocione una casa de apuestas donde justamente se puede apostar a los resultados de ese equipo.
Mientras, por aquí, en Jugadores Anónimos, por la demanda de casos recibidos desde el año pasado, hace tres meses decidieron aceptar en sus reuniones a chicos menores de 18 con problemas por apuestas.
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