En el último informe de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), correspondiente a abril de 2024, publicada por el Ministerio de Capital Humano de la Nación, se ha confirmado una tendencia que merece prestarle atención, porque el empleo privado registrado en empresas sigue disminuyendo. Este escenario no solo afecta a los trabajadores individuales, sino que también tiene un impacto negativo en la economía.
En abril de 2024, el empleo privado registrado experimentó una contracción del 0,4% en comparación con marzo. Este descenso prolonga una tendencia de cinco meses consecutivos de caída, acumulando una reducción del 1,9% desde diciembre de 2023. En términos interanuales, el empleo asalariado registrado disminuyó un 1,2%, situándose en niveles comparables a los de abril de 2019, siendo estos los más bajos desde la pandemia y la crisis del año 2001.
Excepto el sector de Servicios comunales, sociales y personales, que se mantuvo constante, todos los sectores mostraron datos negativos en el empleo registrado. La Construcción lideró la caída con un 1,1% mensual, aunque la contracción fue menos intensa que en meses anteriores. La Industria, el Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones, así como los Servicios financieros y a las empresas, intensificaron su disminución del empleo en comparación con meses previos.
Las empresas de todos los tamaños vieron una reducción en el empleo, con variaciones entre -0,3% y -0,6% mensual. Las empresas medianas y pequeñas sufrieron las mayores contracciones interanuales, con caídas del 1,6% y 1,7% respectivamente, mientras que las grandes empresas mostraron una contracción menor del 0,3%.
En términos regionales, los aglomerados del Interior registraron una reducción del empleo del 0,4%, y el Gran Buenos Aires mostró una caída del 0,5%. La tasa de entrada de nuevos empleados cayó a niveles históricos bajos (1,5%), reflejando una reducción significativa en las contrataciones, mientras que la tasa de salida también disminuyó, indicando una menor cantidad de desvinculaciones.
Según los datos relevados, las expectativas netas de las empresas para los próximos tres meses son casi nulas, con un leve aumento esperado en la dotación de personal (0,4%).
La demanda laboral, medida por la tasa de búsqueda, se ubicó en 1,6, uno de los niveles más bajos desde que se tiene registro, sólo superada por abril de 2020 durante la pandemia.
En resumen, el informe destaca una tendencia de contracción del empleo en un contexto de caída de la actividad económica, afectando más severamente a las empresas pequeñas y medianas, y con una baja demanda de nuevas contrataciones.
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