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Hablemos de democracia, hablemos de república
OPINIÓN

Hablemos de democracia, hablemos de república

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Argentina se enfrenta al debilitamiento de la democracia. Indiferencia, instituciones frágiles, representación en estado crítico, estado de derecho debilitado, persecución a la libertad de expresión, altos niveles de inseguridad, violencia y corrupción, deficiente desempeño económico y social de los gobiernos, son algunas de las manifestaciones del deterioro.

Los partidos políticos no están al margen de esta problemática. Opacados, y desdibujados en imagen y legitimidad. Hoy, aparentan valer más los personalismos a la hora de elegir a nuestros representantes. 

Estamos atravesando un peligroso proceso de naturalización de hechos que la corroen. Parecería que tener gobernantes condenados por corrupción, que no terminan su mandato, que fuerzan su permanencia en el poder rompiendo las reglas de reelección, no afecta los principios democráticos. En este marco, crecieron generaciones (el apoyo a la democracia es superior entre los mayores de 61 años que entre los menores de 25). 

Preocupante escenario, grandes desafíos, si pensamos en la posibilidad de contar, con escasa representación parlamentaria, lo que demandará la construcción de consensos, acuerdos, debate de políticas públicas… 

Todo estará en nuestras manos, los ciudadanos de a pie, custodiando y protegiendo a nuestra democracia. El desafío será grande y nos demanda actuar con madurez. De lo contrario, nuestras instituciones corren el riesgo de entrar en una crisis sin retorno.

Cuando coqueteamos con no votar, estamos desconociendo que el escenario para las próximas elecciones tiene vital importancia. En ellas, entre otros cargos, elegiremos a quienes serán nuestros representantes en el congreso de la nación, en las legislaturas provinciales y en los concejos deliberantes. Por consiguiente, su integración (mayorías y minorías), la define nuestro voto. Desafío nada menor. 

Votar es, la herramienta que nos da la democracia para expresar nuestras decepciones, frustraciones…, las urnas son el camino, el voto es el camino para intentarlo. 

No es novedoso decir que el país está sumergido en una crisis estructural, que demanda medidas urgentes, muchas de las cuales requieren de la interacción entre los tres poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial), de este modo, el próximo gobierno deberá trabajar fuertemente en este sentido. Está en juego la República y el futuro de nuestro país.

La división de los poderes del estado debe fortalecerse y consolidarse de una vez, sin supremacías ni interferencias.

El retorno de la democracia nos dejó una misión como ciudadanos, cuidarla y fortalecerla. La política, necesita de la sociedad. Entre todos sería más fácil.

Malena Baro: Contadora. 

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