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Dar la cara
MARKETING APLICADO

Dar la cara

Marketing personal.

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Hoy quiero contarles lo que me sucede todas las semanas, cuando recibo consultas de quienes solicitan desarrollar un “Logo” para impulsar su emprendimiento. Personas de cierta trascendencia local que podrían capitalizar su influencia pero que, sin embargo, creen que el mejor camino es crear una marca de fantasía. Ahí empieza el juego que debemos evitar. 

Nombres inspirados en familiares que ya no están, sílabas que componen una idea que nadie entiende y otras cuestiones llegan a la mesa de trabajo. Un camino que inicia en la subjetividad de quien cree que de eso se trata, de un gusto personal, un tributo o una cuestión filosófica. 

Lejos de plantear el tema como una obsesión vinculada a la profesión, el tema es que un error al inicio de un proyecto se paga con tiempo y dinero al final. Cuando la cosa no funciona y se cree que lo que falta es “publicidad”. La realidad es que el “primer abordaje” en el desarrollo de un proyecto de identidad comercial es fundamental para la vida útil del recurso. 

A esta altura, quizá sea redundante insistir sobre los componentes de una marca. Destacar que no hablamos de un grafismo compuesto por denominación, símbolo y un color determinado, como prometen algunas aplicaciones del “hágalo ustéd mismo”, sino que la cuestión va mucho más allá. 

Dicen por ahí que una marca es lo que no es otra o que se trata de todo aquello que dice la gente cuando vos no estás. Lo mismo aplica para cualquier producto o servicio. Tiene que ver con la experiencia, con lo que construimos en cada situación, “momentos” que se acumulan formando una estructura sólida o endeble. 

El único camino es la estrategia, considerar el momento. Hacer una lectura de los medios que usaremos para contactar a nuestro público. Por eso hoy es tiempo de dar la cara, de ponerle el cuerpo a nuestros proyectos. Porque una marca es eso, la gente que la compone y no un montaje de fantasía. 

Algunos, como yo, tienen pudor, porque creemos que si no “impostamos” un poco nos estamos exponiendo demasiado. Quizá el error es ese, creer que se trata de montar un personaje para enfrentar una cámara cuando en realidad lo único que cambia es el contexto. Lo que antes era un cliente, mano a mano, ahora son decenas o mejor aún, cientos por las redes sociales pero que debemos ser los mismos, a pesar del detalle. 

Todavía me cuesta un poco, pero hoy doy el primer paso. Porque la fecha me lo impone. Disculpen el “toque” autorreferencial, hoy domigo es mi cumpleaños. Por eso y para educar con el ejemplo, les cuento que la imagen que acompaña a esta columna soy yo. Doy un paso al frente, doy la cara y espero tu saludo. Gracias!.

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