Opinión

Alfonsin una vida dedicada a la política

Raúl Ricardo Alfonsín nació en la ciudad de Chascomús, provincia de Buenos Aires, el 12 de Marzo de 1927. Hijo de un reconocido comerciante, Alfonsín realizó sus estudios primarios en la Escuela Normal Regional de Chascomús, los secundarios en el Liceo Militar General San Martín, y en el año 1950 se graduó como abogado en la Universidad de Buenos Aires. Ese año se inició formalmente su actividad política en el Movimiento de Intransigencia y Renovación de la Unión Cívica Radical, desempeñando diversos cargos partidarios y electivos. Luego de la división de la UCR en 1956 integró la UCR del Pueblo liderada por Ricardo Balbín y Crisólogo Larralde.­

Fue concejal en Chascomús (1954), diputado por la Provincia de Buenos Aires (1958/62), diputado nacional (1963/66), y presidente del Comité de la provincia de Buenos Aires de la UCR.­

Fue un férreo adversario de las dictaduras militares pero también del accionar de las organizaciones terroristas y guerrilleras de izquierda. En 1972 fundó el Movimiento de Renovación y Cambio en el seno de la UCR y enfrentó a su mentor Ricardo Balbín por la conducción partidaria y por la candidatura presidencial de 1973, resultando derrotado en ambas instancias.­

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Mantuvo a través de toda su trayectoria política y profesional como abogado un firme compromiso con la defensa de los derechos humanos. En diciembre de 1975 funda la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Durante la dictadura cívico militar de 1976/83 defendió presos políticos y se preocupó especialmente por los detenidos desaparecidos presentando sendos Hábeas Corpus.­

Cuando en las postrimerías del proceso militar se desarrolló la Guerra de las Islas Malvinas fue uno de los escasos dirigentes que no se sumó al clima de algarabía general sino que cuestionó por irracional y oportunista el accionar bélico que puso en riesgo el reclamo histórico de soberanía reconocido por casi toda la comunidad internacional.­

Luego de vencer en elecciones libres y sin proscripciones al peronismo el 30 de octubre de 1983, el 10 de diciembre asumió como presidente de la Nación en un escenario complejo a nivel político y socioeconómico. Si bien en el plano político consiguió consolidar la flamante democracia, en el plano económico no pudo revertir un panorama desfavorable a la Argentina fundamentalmente debido al condicionante heredado por la deuda externa y la crisis hiperinflacionaria.­

­En el plano institucional deben apuntarse como logros de la presidencia de Raúl Alfonsín los decretos de enjuicimiento a las Juntas Militares que detentaron el poder entre 1976 y 1982 y de las conducciones de movimientos terroristas. La anulación de la ley de autoamnistía impuesta por los militares antes de entregar el gobierno y la creación de la Conadep y del Banco Nacional de Datos Genéticos. La sanción de nuevas leyes de Defensa Nacional y de Seguridad Interior. El tratado de paz y amistad con Chile que puso fin al litigio por el Canal de Beagle respaldado por más del 80% de la ciudadanía en consulta popular no vinculante.­

La reinserción argentina en el mundo, a través de acciones positivas en torno a la paz, por medio del tratado de paz y amistad con Brasil que sirvió de base al Mercosur y la política de integración regional; el grupo de apoyo al Grupo de Contadora para la paz en centroamérica y el Grupo de los 6.­

La eliminación de la censura y el Ente de Calificación Cinematográfica. La puesta en marcha del Plan Nacional de Alfabetización, del Plan Nacional de Lectura y el Congreso Pedagógico Nacional. El restablecimiento de la vigencia de los principios de autonomía y cogobierno establecidos en la Reforma Universitaria.­

La implementación del Plan Alimentario Nacional. La sanción de importantes leyes civiles como la patria potestad compartida, la equiparación entre hijos matrimoniales y naturales y la ley de divorcio vincular.­

Las sucesivas crisis militares por la resistencia de cuadros de las FFAA a someterse a la acción del poder judicial en la investigación de la represión ilegal, condujeron a la aprobación de leyes llamadas de Punto Final y de Obediencia Debida cuya consecuencia fue la impunidad de muchos responsables de la comisión de delitos aberrantes contra los derechos humanos que significó un alto costo político para el presidente.­

Tras las elecciones del 14 de mayo de 1989 y como modo de descomprimir la situación, resolvió anticipar la entrega del mando al presidente electo Carlos Saúl Menem.­

­Desde aquel momento y por los veinte años siguientes, Raúl Alfonsín mantuvo un activo protagonismo en la vida política argentina desde su partido y desde diversos ámbitos generadores de opinión. En 1993 como presidente de la UCR llegó a un acuerdo con el presidente Menem conocido como Pacto de Olivos para impulsar una reforma constitucional que incorporara institutos políticos novedosos como contrapartida de la reelección presidencial que le posibilitó a éste un segundo mandato. Al poco tiempo impulsó la formación de la llamada Alianza por el Trabajo, la Educación y la Justicia, integrada por la UCR y el Frepaso (desprendimiento del PJ y otras fracciones políticas de centroizquierda) que triunfó en las elecciones parlamentarias de 1997 y las presidenciales de 1999 con el binomio Fernando de la Rúa-Carlos Alvarez.­

En 2001 fue electo senador nacional por la provincia de Buenos Aires.­ Una nueva crisis socioeconómica llevó a la caída de aquél gobierno y, luego de una serie de interinatos en el poder ejecutivo, Alfonsín como líder parlamentario del radicalismo, impulsó al justicialista Eduardo Duhalde como presidente provisional con el apoyo y coparticipación radical.­

Luego de una larga y penosa enfermedad, Raúl Alfonsín falleció en Buenos Aires el 31 de marzo de 2009. El poder ejecutivo decretó duelo nacional en el país y una multitud despidió sus restos que fueron inhumados en el Cementerio de la Recoleta.­

Por algunas semanas su féretro compartió con Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen y Arturo Illia el Panteón de los Caídos en la Revolución de 1890, ubicado en el cementerio de la Recoleta, trasladándose posteriormente a su propio mausoleo en la misma necrópolis. 

*Diego Barovero es presidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano.